
Espacio de reflexión e intercambio para ver de un modo diferente lo que se vive todos los días en los lugares de siempre.
Cada vez que dudamos aprendemos más

Un aprendizaje sin hipótesis genera una mente inactiva
El hábito de dudar consiste en preguntar e interrogar a los hechos, a nosotros mismos y al todo del universo para habilitar procesos de investigación e indagación activa de la inteligencia. Como consecuencia de tal proceso, el sujeto ejerce su iniciativa para no quedar estancado en la fijeza e inmovilidad de los conocimientos adquiridos en el pasado. Es así como el estado de incertidumbre, al hacerse consciente, le permite acceder a un plano de mayor conciencia de sí mismo y a una valoración de su potencial cognitivo interno.El dudoso llanto del arrepentido
Una hipótesis sobre el llanto hipócrita
En la cultura occidental-cristiana el arrepentimiento se representa como un estado de pesar y remordimiento que conmueven de manera insistente la memoria y las emociones de quien experimenta el reproche interno de haberse equivocado o actuado mal o inoportunamente.
Por qué nos cuesta ser honestos
Una hipótesis sobre la contradicción humana
Sentido pedagógico de la sanción y la pena
Liberación mental desde la propia corrección

Consecuencias emocionales de la imaginación descontrolada
Imaginar situaciones que inhiben y desordenan la mente
El ser humano vive construyendo imágenes mentales a toda hora y en cada situación. La imaginación es una función cognitiva a la que se le atribuye un papel importante en la vida humana, sobre todo para el ejercicio de la creatividad, para la innovación, el arte y la ciencia. En tal caso, la función de imaginar es ejercida bajo el auspicio de la función de pensar y se integra de manera sistémica con el resto de las funciones cognitivas, garantizando un proceso mental satisfactorio y ordenado.
La adaptación como signo de juventud
El desafío de adaptarse a toda edad
Mientras no haya avejentamiento emocional, los condicionamientos y/o adversidades que se evidencian en la vejez (lentitud física, dolores articulares, problemas de desplazamiento, tristeza e inactividad), en realidad no serían retrocesos si media el aprendizaje y la conciencia del tiempo. Por lo tanto, el concepto de adversidad no debería adscribirse a la idea de retroceso, por el simple hecho de que quien sufre cualquier adversidad podría superarla en la medida que haga intervenir un aprendizaje superador.
La actuación honesta no garantiza honestidad
Cuando la acción ética es una actuación hipócrita
Nos consta por experiencia que la gran mayoría
de los individuos muestra al exterior una manera de ser y de actuar que
generalmente no coincide ni guarda coherencia con lo que efectivamente es y
siente en su interior. Así, vemos que se proclama la necesidad de decir la
verdad, de ser tolerantes, de ser justos y honestos, pero que en el fuero
íntimo de la persona tales valores no tienen vigencia alguna ni poseen la
vitalidad de la íntima convicción.
Por eso, los hijos suelen presenciar en sus
padres esa perniciosa dualidad e incoherencia, que los lleva a serias
confusiones, con consecuencias no deseadas en el futuro. De igual manera,
observamos no pocas actuaciones aparentemente sinceras en la relación
docentes-alumnos, jefes-colaboradores y en las diferentes ocasiones de
encuentros entre familiares, amigos y conocidos y de los que no se excluye, a
veces, a la misma pareja.
El esclavo moderno
Planificación del desahogo y del descanso
El esclavo es esclavo por experimentar la certidumbre paralizante de no poder romper ni liberarse del sistema que lo mantiene encerrado y limita sus movimientos. Esta limitación del movimiento presenta modalidades diferentes según las épocas y las tendencias por las cuales transitó la humanidad a lo largo de su devenir histórico.
Por qué los alumnos no aprenden
El modo de ser del docente incide en los aprendizajes

Todo el mundo considera que los alumnos no aprenden porque carecen de motivación, están influidos por los medios, viven seducidos por las novedades o les falta voluntad y ganas de superarse. Esto se consideró como una regla universal, poniendo el peso de la baja calidad educativa en los mismos alumnos, dejando al docente afuera del circuito de responsabilidad y fracaso.
Si bien en verdad que los alumnos podrían actuar de otra manera, ésta no es una mirada estrictamente pedagógica, ya que tanto el niño como el adolescente son y actúan, poseen valores o carecen de ellos, según los estimulo del ambiente. Es desde esta mirada pedagógica que se debe evaluar y considerar el bajo rendimiento escolar. La función del educador no es educar a niños y adolescentes ya formados, sino formarlos y ayudarles a ser mejores a partir del estado en que se encuentren.
La anarquía del orden
El mito de la disciplina y del orden aparente

Uno de los mitos responsables de la pérdida de la motivación por aprender o de actuar responsablemente de cualquier niño o adolescente está relacionado con la disciplina y el orden. La falsa idea de disciplina y de orden, utilizada por una gran mayoría de padres y docentes, adscribe tales términos a la ausencia de espontaneidad. Ello significa que toda manifestación espontánea, como las diversas expresiones de alegría y entusiasmo, conspiraría para ellos contra el orden prefijado. Por supuesto que nos referimos a manifestaciones inquietas y traviesas que expresan, a pesar de las interpretaciones equívocas, una sana sensibilidad.
No todos podemos tener la razón
Cuando nos equivocamos por creer tener la razón
Uno de los habituales generadores
de discordias y conflictos de la
vida cotidiana provienen de quienes sienten tener la razón en todo. Pero la sensación de tener razón puede
conducir a severos errores cuando el sujeto carece de la capacidad para
advertir los cambios y variaciones de sus allegados y no es cauto para tolerar y
reconocer tales cambios. Por eso, la sensación de tener la razón es paradojal y
nunca debe apresurar a quien la posee.
Aprender a dominar el ego
Cómo lograr la aceptación de sí mismo
Muchos no advierten que vivir para satisfacer
el propio ego constituye una seria desventaja para sí mismos y para los demás. El
ego, que busca revestirse de ostentaciones y apariencias, es incansable en la
búsqueda de ser cada vez más poderoso y de tener todo para sí mismo. Es el
disfraz y la máscara que nos cubre frente a otros como un recurso inadvertido
para ser aceptados y valorados. Aunque sea por apariencia, a veces nos
conformamos con las migajas brindadas por los demás, hasta que se descubra lo
que realmente somos. En tal sentido, diríamos que la búsqueda de ese disfraz es
la fiel expresión de la debilidad y de
la poca confianza y valoración de nosotros mismos.
El equilibrio ante el resentimiento y el fracaso
El odio como falta de confianza en si mismo
Frente
a las cosas que salen mal, ante los proyectos que fracasan y ante las situaciones
que provocan cierta vergüenza y dolor, los seres humanos tienen una tendencia a
calmar y a pretender olvidar lo que les hace sufrir. Así, viven durante mucho
tiempo distraídos por la anestesia
de un sufrimiento que no pueden
olvidar, lamentando y contagiando ese descontento
al entorno circundante.
Muchos
llegan al auto-engaño, buscando
afuera una serie de explicaciones sin tratar de hacerlo dentro de ellos mismos.
Esto ocurre cuando sienten que lo que les está ocurriendo, o les ocurrió,
responde a la mala suerte, a las decisiones de otros o a un destino implacable del que no es fácil
escapar.
Anorexia emocional y obesidad mental
El
permanente descontento e insatisfacción con que muchos
individuos transitan sus días, generan una suerte de anorexia emocional y obesidad mental que afectan la autonomía y la capacidad de disfrute en
lo familiar, laboral y personal. Esto explica por qué gran parte de los jóvenes
y adultos viven sumergidos en un estado de ansiedad provocado por la falta de confianza en las propias capacidades y
por las angustias del no reconocimiento y de la no aprobación social. Este es
el caldo de cultivo de la sumisión y la pasividad de un sujeto que se ve
impedido de reconquistar el propio espacio
de intimidad y de acceder a la felicidad de una vida autónoma y creativa.
Los condicionamientos de la mirada ajena
Los personajes que creamos y someten nuestra vida
En la vida corriente, es muy común observar que a las personas se les presenta una alternativa implacable. Por un lado, abandonarse a la iniciativa ajena y, por otro, decidir tomar iniciativas como sujeto creativo, consciente y autónomo. Cuando se abandona la iniciativa propia, se pierde la autonomía para pensar, emergiendo un estado de sumisión donde el sujeto es manejado por personajes que lo esclavizan y le hacen perder su espacio de auto-realización. El sujeto creativo, en cambio, modela su propia escultura personal, tratando que su pensar y su sentir converjan a un estado de actividad fecunda, constructiva y sin intermediación de personaje alguno.
El mito de la felicidad cotidiana
Entre el disfrute fugaz y la capacidad para disfrutar
Se comenta habitualmente que la felicidad tiene un carácter esquivo, que es imposible lograrla y que se presenta siempre fugaz. De esta manera, casi todos tratan de convencerse de que con los pequeños detalles de la vida cotidiana, con la alegría que provoca la percepción de un paisaje, con un gesto sencillo, con la preparación de una buena comida o con la lectura de un libro, se pueden encontrar en tales situaciones fragmentos de felicidad. Esto podría explicar el hecho tan conocido de que, para estimular el consumo de un determinado servicio o bien, la publicidad apele a la confusa afirmación de que la felicidad está hecha de pequeños momentos.
La contradicción humana
Entre la fuerza destructiva y la capacidad constructiva

Volver a ser uno mismo
La intervención ajena en la propia escultura personal

Cómo lograr ser el que quiero ser
Cuando los padres impiden la identidad de sus hijos

Cómo reparar el daño de la sensibilidad bloqueada
El juego armónico de la inteligencia y la sensibilidad
Por experiencia sabemos que cuando la mente es invadida por imágenes y pensamientos que adquieren fuerza descontrolada, la sensibilidad queda afectada, generando las conocidas perturbaciones y daños psico-emocionales.Estas perturbaciones se comportan como condicionamientos y bloqueos cuya gravedad tendrán un alcance e impacto según su intensidad y las circunstancias de la vida personal. Así, es posible ponderar y evaluar, desde el campo educativo, la característica y naturaleza de los modelosmentales, de las actitudes y de los comportamientos disfuncionales provenientes del historial cognitivo-emocional que, a lo largo de su vida, el sujeto fue aprendiendo e incorporando a través de sus vivencias fallidas.
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