tag:blogger.com,1999:blog-73370460678993386132024-02-07T00:17:19.363-03:00Ensayos para el Pensamiento CreativoEspacio de reflexión e intercambio para ver de un modo diferente lo que se vive todos los días en los lugares de siempre.Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.comBlogger131125tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-83119639817867270022016-03-10T09:15:00.003-03:002016-03-10T09:18:25.878-03:00El infierno del corrupto<h2 style="text-align: center;">
Una vida en medio de delaciones y traiciones</h2>
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVis-3NZIceNzvVLHoX-iVev-Jbx-mkpQD0MOJ2WIeY2idFqIu6cRzoKkZzFxDhBinprwI4s8CdGKqPVA90jvFcaKDZ5CQQaJG58lMzZ7VHlzVJaDcHfQBk-9hEgQIZ6RuMvS2oQAt-JlJ/s1600/soborno.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="153" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVis-3NZIceNzvVLHoX-iVev-Jbx-mkpQD0MOJ2WIeY2idFqIu6cRzoKkZzFxDhBinprwI4s8CdGKqPVA90jvFcaKDZ5CQQaJG58lMzZ7VHlzVJaDcHfQBk-9hEgQIZ6RuMvS2oQAt-JlJ/s320/soborno.jpg" width="320" /></a>En materia de desorden de la conducta humana, la experiencia nos muestra un desvío que afecta ostensiblemente la red de convivencia, la paz y el acceso al bienestar de la misma comunidad. Tal desvío es la corrupción, que en su despliegue expande a escala creciente y sin escrúpulos el daño social. De allí que adopta, en la mayoría de los casos, la forma de estrago moral irreversible.<br />
<a name='more'></a><br />
Desde los pequeños desvíos, el corrupto va armando una arquitectura caracterizada por la avidez de la posesión indebida. Y es esta avidez de posesión el elemento troncal de un desvío que, aún adoptando una aparente liviandad inofensiva, conlleva el germen del daño social, la insensibilidad y el abuso.<br />
<br />
A diferencia de lo que sería un acto injusto, un pago indebido o el retardo de un cumplimiento orientado a un logro común, la corrupción se configura como tal no sólo por la vulneración de un bien social o por la generación de un daño de grandes alcances, sino, fundamentalmente, porque el abuso, como tal, es ejercido desde un estado de conciencia que mantiene insensible al corrupto y justifica el desvío de su proceder. <br />
<br />
El abuso de poder y el desvío de funciones y de medios para sacar un provecho económico o de otra índole, se comportan como elementos matriciales alrededor de los cuales se encadenan innumerables desvíos que intentan afianzar, justificar y asegurar el instinto de posesión indebida. Por eso, la corrupción como tal afecta seriamente la dignidad del otro, negándole el derecho a un mínimo bienestar y consideración. <br />
<br />
La vida del corrupto es una construcción que nace del desvío del pensamiento, de la sensibilidad y la conducta, caracterizándose por la indiferencia, el egoísmo y la inequidad para dar lugar al objetivo de posesión. Es por eso que la mente del corrupto busca la posesión a toda costa y para ello altera el proceso de espera por la falta de capacidad para comprender y por su adicción compulsiva a la inmediatez del disfrute.<br />
<br />
En sentido ético, la posesión de algo surge de una relación de causalidad entre capacidad y esfuerzo y exige el cumplimiento de un proceso signado por el tiempo y la espera. Fuera de lo ético, aparece el desvío de un sistema de vida conformado por comportamientos reñidos con el sentido del bien y la ética social. Por eso, la corrupción aísla al sujeto y lo margina hacia un campo donde el engaño, la delación y la traición son sus monedas corrientes.<br />
<br />
Este aislamiento provocado por la incapacidad de convivir sin dañar, constituye el verdadero infierno mental del corrupto, el cual se caracteriza por una suerte de cauterización y endurecimiento de la conciencia frente a los valores que rigen el sentido de la vida y la honestidad de la convivencia humana. <br />
<br />
El infierno mental del corrupto también se caracteriza por el hecho de que, lejos de revertir o atenuar su conducta, incrementa aún más el desvalor de la misma, bajo un estado de insaciabilidad en la búsqueda para acrecentar sin límites su poder, su fortuna o su influencia. A diferencia del ambicioso, vanidoso, egoísta o manipulador, el corrupto no puede arrepentirse ni acceder por sí mismo a un estado de conciencia superior que le permita, como podría darse en estos últimos casos, reparar el daño provocado.<br />
<br />
De manera similar a lo que se corrompe en la naturaleza, el corrupto se presenta bajo el concepto de irrecuperabilidad y de degradación cuasi-irreversible del comportamiento. Porque la conciencia del corrupto está afectada por la incapacidad de observar en sí mismo una alternativa superior de vida y por la incapacidad de advertir y reparar el daño social que provoca sin miramiento alguno ni ponderación de sus consecuencias. <br />
<br />
Si bien cualquier perversión o deficiencia humana deja márgenes de reversión y reparación, ello se debe a que la conciencia está de algún modo vigente de manera incipiente en la vida del sujeto. Esto permite que, tanto el ladrón, como el mentiroso o irresponsable, puedan revertir sus defectos y manifestar rasgos de bondad en otras áreas de la vida. El corrupto, en cambio, inhabilita su conciencia en el uso abusivo de un poder que lo quiere para sí sin escatimar en el daño social que provoca. <br />
<br />
Es una ruptura con el orden ético-social de alcances ilimitados y abusivos, sin otra regulación que la conveniencia y la ventaja para sí mismo, en un grado de omnipotencia que convierte al corrupto en un auto-referente arrogante, insensible e implacable.<br />
<br />
Podríamos decir que el infierno mental del corrupto no logrará su reversión si previamente no media un riguroso proceso de restitución objetiva que permita la devolución y reparación concreta y efectiva, pero nunca simbólica ni parcial, del daño provocado. Eludir este trabajo de la conciencia conlleva mantener y afianzar el estado de corrupción que afecta al sujeto y generar en su vida un verdadero estrago interno mediante la degradación creciente de su pensar y sentir.<br />
<br />Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-21499025748501376652016-01-20T10:59:00.002-03:002016-01-20T11:04:10.693-03:00Cada vez que dudamos aprendemos más<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: center;">
<img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghAoFphsIV4zSfDgOMjxC6iWTcRiaAX398VUaJ84LiQle7c1eJ9g8A865YaPibheDSnfisnMTV2n_j-q5S-a8yvXdgx1sXSO7OVat0Ac5oUUJETPRZPcXixsQIBz5Z4x_VcuqcxlH1VvqI/s400/Emprendedor.jpg" width="400" /></div>
<h2 style="text-align: center;">
Un aprendizaje sin hipótesis genera una mente inactiva<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
</h2>
El hábito de dudar consiste en preguntar e interrogar a los hechos, a nosotros mismos y al todo del universo para habilitar procesos de investigación e indagación activa de la inteligencia. Como consecuencia de tal proceso, el sujeto ejerce su iniciativa para no quedar estancado en la fijeza e inmovilidad de los conocimientos adquiridos en el pasado. Es así como el estado de incertidumbre, al hacerse consciente, le permite acceder a un plano de mayor conciencia de sí mismo y a una valoración de su potencial cognitivo interno.<br />
<a name='more'></a><br />
<br />
Siempre que sea consciente, la duda eleva al sujeto al punto más profundo de su oscuridad existencial para emerger con nuevas y lúcidas comprensiones. Lejos de detener la inteligencia en la seguridad de la certidumbre o de agitarla en la vacilación, el titubeo o la desconfianza, la duda la amplía y expande hacia nuevas búsquedas. En tal sentido, el universo de los conocimientos construidos a lo largo de la historia por el ser humano, se ha ido cimentando en el ejercicio de dudar y de no aceptar como válida una premisa sin antes haberla sometido a la prueba de la verificación. Sin esta prueba, las afirmaciones carecerán de aquello que permite ser consciente y estar seguro del saber que se posee hasta ese momento: la íntima convicción. <br />
<br />
La íntima convicción de ningún modo equivale a la seguridad de la certidumbre, pues la primera es la conciencia que el sujeto experimenta acerca de la validez de lo que piensa o siente, mientras que la segunda es la cancelación de la indagación, por considerar haber llegado a una verdad que se presenta como definitiva. El verdadero saber se configura como tal en la medida que el sujeto va adquiriendo la íntima convicción acerca de lo que va indagando e investigando. Esta es la diferencia cualitativa con la certidumbre, donde el saber que se posee se estanca y paraliza sin dar lugar a nuevas hipótesis y reformulaciones. <br />
<br />
Alejada de la duda, la mente acepta y acata pasivamente el modelo ajeno, sin poder generar un proceso constructivista de aprendizaje y transformación mental. Ello explica por qué las teorías y paradigmas deben estar en constante apertura, revisión y transformación para evitar el tan temido estancamiento mental de los conocimientos adquiridos y de las certidumbres aceptadas como inmodificables y definitivas.<br />
<br />
La exigencia de tal apertura mental obedece al hecho de que el trabajo de la inteligencia debe guardar un correlato con la constante expansión y dinamismo del universo de lo cognoscible. Por eso, la hipótesis y la duda constituyen un trabajo metodológico y pedagógico que permiten elevar a la inteligencia a un plano cognitivo superior y conferirle una dinámica acorde con su naturaleza. Este proceso define la evolución del conocimiento, expresado no solamente en el saber científico, sino también en la totalidad de la vida humana, en la cultura, en el ejercicio de los valores y en los planos cognitivo y psico-emocional del sujeto. <br />
<br />
Dado que el estado natural de la inteligencia se configura en el movimiento y la actividad de indagación para acceder a la íntima convicción que otorga el saber, podemos inferir que la duda se constituye como la función cognitiva que hace posible la construcción del conocimiento. Por ello, diríamos que el ejercicio de la duda responde a una actitud consciente y se transforma en condición insoslayable de la evolución del pensamiento humano. <br />
<br />
¿Por qué se debe llevar a cabo el ejercicio de la duda en los diversos planos de la vida mental?<br />
<ul>
<li>Debemos dudar porque tal función nos permite mantenernos mentalmente activos y someter a nuevas contrastaciones los aprendizajes adquiridos en el pasado. </li>
<li>Debemos dudar porque la duda permite ejercitar la mente y darle movimiento para dilucidar hipótesis, consolidar nuevas comprobaciones y verificar nuevos conocimientos.</li>
<li>Debemos dudar para evitar caer en la comodidad de la aceptación y el acatamiento pasivo ante el pensamiento ajeno y las verdades inculcadas. </li>
<li>Debemos dudar porque verificando ampliamos la mente, somos más conscientes para ejercer la iniciativa del pensamiento y generamos una mente más activa.</li>
<li>Debemos dudar para sentirnos vivos y renovarnos interiormente sobre lo que estamos dudando.</li>
<li>Debemos dudar porque si no dudáramos caeríamos en un estado de creencia inercial que cancela la búsqueda de nuevos conocimientos.</li>
<li>Debemos dudar porque de lo contrario daríamos lugar a un sentimiento de omnipotencia bajo la creencia e ilusión de haber llegado a comprender y conocer todo.</li>
</ul>
Dudar no es negar; es ampliar la búsqueda y la indagación, elevando la inteligencia a un plano superior de conocimiento. Es el mejor tributo que la inteligencia humana lleva a cabo para acceder al saber y la condición de posibilidad de construcción del conocimiento. Por ello, la duda es una posición mental de alta intensidad y gravitación para cumplir con la condición activa y creativa del hombre inteligente. <br />
<br />
Esto explica por qué, en el extenso campo de los saberes y de las actividades humanas, tanto el alumno y el aprendiz consciente como el discípulo aventajado terminan dudando de sus respectivos maestros como culminación de un proceso autónomo y de alta generosidad e intercambio. Si no dudaran de sus maestros, serían seguidores pasivos y, como tales, víctimas de posibles estados de creencia y sumisión mental. Porque la calidad y excelencia de todo maestro, educador o formador no se miden tanto por el contenido que transmiten sino por el proceso mental que hacen desplegar de manera autónoma, crítica y creativa en quienes se encuentran en situación de búsqueda y aprendizaje. Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-43498443217132059932015-12-15T20:39:00.000-03:002015-12-15T20:44:04.124-03:00El dudoso llanto del arrepentido<h2 style="text-align: center;">
Una hipótesis sobre el llanto hipócrita </h2>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCh0eqyd24_yjOXh0pNX2Cr01w9ZbGhc3JSE1uhHLpq6GAgpEl-cF4a8HUWrmSWF8J1_rZpahr7qnwY-71b0_TOGppxjYHU4fwBquGytTAty2V5upuvKDqM7fNqfZ5OM5w5fHe6NPnzAh2/s1600/arrepentimiento.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="190" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCh0eqyd24_yjOXh0pNX2Cr01w9ZbGhc3JSE1uhHLpq6GAgpEl-cF4a8HUWrmSWF8J1_rZpahr7qnwY-71b0_TOGppxjYHU4fwBquGytTAty2V5upuvKDqM7fNqfZ5OM5w5fHe6NPnzAh2/s400/arrepentimiento.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
En la cultura occidental-cristiana el arrepentimiento se representa como un estado de pesar y remordimiento que conmueven de manera insistente la memoria y las emociones de quien experimenta el reproche interno de haberse equivocado o actuado mal o inoportunamente.<o:p></o:p></div>
<div style="text-align: justify;">
<a name='more'></a><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por su naturaleza, la vida es un camino que avanza y no vuelve atrás. El arrepentimiento pretende retroceder para rehacer con la imaginación un camino que ya no existe. En este caso, sin advertirlo el sujeto queda inmovilizado en el arrepentimiento y hace esperar a la vida. Aquí surge el germen improductivo de la tristeza, el vacío y la amargura, potenciada por una sensación oscura de estancamiento y parálisis de la acción. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Socialmente y para los paradigmas de una ética sostenida por la culpa y el temor, el arrepentimiento estruendoso cae bien y resulta creíble en la medida que se exprese como una conmoción cargada de sufrimiento y dolor intensos. Por eso, quienes dicen arrepentirse de alguna acción fallida tratan de aparecer, sincera o fingidamente, bajo los rasgos visibles de un padecimiento atroz. Ello será, en el plano de la convivencia social, familiar o grupal, un indicador de que quien actuó con desacierto debería merecer la consideración y la oportunidad de un perdón que espera y reclama en todo momento.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ante el nihilismo y la indiferencia axiológica que se rige con criterios pragmáticos en una cultura del arrepentimiento estruendoso, sentirse culpable, arrepentido, dolorido y sufriente de la manera señalada, parecería una actitud honesta. Es tal el olvido y el desprecio por los valores morales, que aunque sea por culpa o reproche, dicho remordimiento juega con la fantasía de un logro social y de una actitud confiable. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
Es así como, quien padece tal situación, siente el alivio de ofrecerle a la comunidad ese sufrimiento doloroso como prueba de un arrepentimiento precariamente sostenido por la ilusión mágica de haber compensado, aunque sea simbólicamente, los efectos del desacierto o daño provocado. Dado que tal mecanismo se rige por la apariencia, tal actitud resulta éticamente insuficiente y confusa, ya que no se advierte ni apunta al fondo y a la esencia del verdadero arrepentimiento.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En ese contexto, quienes se arrepienten de una conducta deshonesta o fallida, en general lo hacen por una razón práctica y de conveniencia, tratando de “lavar” la imagen mancillada por el desacierto y comprometida ante la implacable opinión ajena. Esto no es arrepentimiento; es especulación.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es tal el sufrimiento que provoca las consecuencias del error, que la lógica que habitualmente se aplica es sentir pesar y remordimiento observando solamente los efectos y no advirtiendo las causas reales del daño u omisión bajo reproche. Por eso, se pretende pasar desapercibido en esta cultura de la apariencia, por lo que es muy probable que el sujeto continúe con la práctica de su conducta desacertada. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Este es el motivo y la razón principal por la que no es creíble quien dice arrepentirse. Pues en dicha situación, el sujeto busca proclamar y hacer conocer a todos un supuesto cambio de conducta y de valores que lo puedan reivindicar de cualquier manera. En tal caso, se apela a las más variadas e infantiles formas de “lavado de conciencia”, tales como el llanto, la confesión pública, la práctica religiosa, las donaciones de tiempo y dinero, el ejercicio de conductas visiblemente honestas y la beneficencia. Pues se trata de hacer visible y demostrar a toda costa que no se es el mismo que antes, aunque no se hayan hecho desaparecer las causas reales que originaron los errores y desaciertos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Dichos comportamientos, tan en boga en la sociedad y en la cultura de las apariencias, no apuntan a la esencia del arrepentimiento, pues son recursos anti-pedagógicos de presión de la conciencia, al punto de anularla y colocarla en un camino donde lo denso y opaco sustituye la lucidez de la íntima convicción para decidir un cambio real. Por eso hay que dudar del llanto del arrepentido.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sabemos por experiencia que la mayoría de nuestras acciones carece de los atributos de la perfección y del acierto. En tal condición, nos equivocaremos y sufriremos los efectos de la imperfección y ello debe estar encuadrado en valores de sinceridad y honestidad. Quien se arrepiente de manera transparente y honesta lo hace desde la sincera e íntima convicción de los valores y desde la decisión de promover en su interior un proceso de reversión de las estructuras de pensamiento que configuran la conducta a superar. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es a partir de este ejercicio autónomo de la propia conciencia que el sujeto podrá decidir su cambio en el silencio de su recinto interno, sin efectismos y sin el murmullo que pretende convencer a los demás de una honestidad que no es tal. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La íntima convicción para asumir una conducta honesta no especula de manera interesada por los efectos y las consecuencias, sino que se plasma en el ejercicio consciente y en un ámbito de silencio desde el cual genera su propia superación. Tal ejercicio requiere un proceso diametralmente opuesto a los estruendos de la proclama externa de un arrepentimiento oscuro y ficticio que busca en la tristeza y el sufrimiento estéril a sus aliados predilectos.</div>
</div>
Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-52755427954921322642015-11-13T09:50:00.001-03:002015-11-13T09:51:08.610-03:00Por qué nos cuesta ser honestos<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"></span></div>
<h2 style="text-align: center;">
Una hipótesis sobre la contradicción humana</h2>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsRCcxCNMiXqqSVi0aB-2a-sMNUznfyXFIAkub12KhokYfClLLzdVgxMHI7T2BYX_butQ4piyalcg-skCiSq3sP9cLzfpiZVzrkNkmcMxfAKaYoPjc-nwHH54MPIZZo_tzz7blzwdv562F/s1600/8111.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="237" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsRCcxCNMiXqqSVi0aB-2a-sMNUznfyXFIAkub12KhokYfClLLzdVgxMHI7T2BYX_butQ4piyalcg-skCiSq3sP9cLzfpiZVzrkNkmcMxfAKaYoPjc-nwHH54MPIZZo_tzz7blzwdv562F/s320/8111.jpg" width="320" /></a></div>
<span lang="ES-AR">Desde niños nos enseñan una serie de normas
para lograr un comportamiento aceptable en la vida de relación y evitar
conductas reñidas con el sentido ético vigente en la sociedad. Esto obedece a
la conveniencia social de evitar actitudes perturbadoras y a la aspiración
familiar y cultural de llegar a ser una persona honorable y honesta. En tal
sentido, los educadores, en su rol de padres y docentes, aspiran a formar
personas capaces de obrar en el sentido de aquellos valores cuya práctica
conduce a una supuesta rectitud moral. Esto es aceptado sin cuestionamiento
alguno por la gran mayoría de las sociedades y culturas. </span><br />
<a name='more'></a><span lang="ES-AR"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Sin embargo, dicho enfoque es insuficiente y
hasta puede tener cierta ingenuidad, pues se fomenta el comportamiento honesto
por razones de conveniencia social y se soslaya la razón fundamental por la que
se legitima la validez de toda acción moral. De allí que es muy probable que
quienes creen actuar de manera honesta, en realidad han aprendido a desarrollar
y automatizar conductas socialmente aceptables por la vía de imposiciones y bajo
el temor implacable de no ser aprobados socialmente. Esto determina la
diferencia entre una ética ejercida por mera conveniencia interesada y una
ética sustentada en la íntima convicción. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Por eso, no basta ni es suficiente responder, ante
ciertas circunstancias, con una conducta ya prefijada por las costumbres y
tradiciones y que se instaló en la sociedad como un formato que provoca la
aceptación ajena. Lejos de esta suerte de mandato extrínseco alejado de la
íntima convicción, es necesario tener constancia interna del aprendizaje
llevado a cabo de manera consciente y autónoma para lograr cualidades y
virtudes sin haber tenido que apelar al temor o a la conveniencia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">En tal sentido, podríamos decir que ser honesto
por temor o conveniencia, en realidad no es ser honesto, pues tal
comportamiento no emerge de un aprendizaje consciente sino por automatismos
inculcados mecánicamente por la familia y la cultura social. En sentido
riguroso, estaríamos en presencia de un comportamiento aparentemente honesto,
tal como ocurre frecuentemente en quienes actúan frente a los demás ostentando
una conducta revestida con apariencias de honestidad y corrección. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Esto nos lleva a concluir que la conciencia
individual, a diferencia de las imposiciones de la costumbre, dictamina el
sentido y la validez de lo honesto, al punto de que aún cuando el
comportamiento pueda aparecer honesto, tal honestidad no es tal si el dictamen
implacable de la conciencia está ausente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Por eso, entrando en un plano polémico e
hipotético, podríamos decir que el deshonesto, en la medida que sea consciente
de su condición, quizás pueda estar más cerca para decidir revertir por sí
mismo su propia situación y superarse frente a quienes adoptan conductas provenientes
de una moralidad automatizada que se comporta como la “mordaza” propia de una
robotización del pensar y sentir. En este caso, se desliza una falsa percepción
acerca de sí mismo, dado que el sujeto cree haber alcanzado una conducta ética
mediante una supuesta e imaginaria práctica de los valores inculcados a través
del temor o la conveniencia interesada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Este desplazamiento de la conciencia y de la
íntima convicción es el caldo de cultivo para que las pretensiones autoritarias, la rigidez de
la tradición, la avidez por pertenecer y la necesidad de la aprobación social utilicen un sistema de imposición de normas
debeístas y el recurso de la culpa y el temor como instrumentos de sumisión
alejado de toda convicción e incompatible con la autonomía de pensamiento. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Surge, en todo este proceso de sumisión, un
paralelismo entre la forma conductista de enseñar contenidos rígidos de
aprendizaje y la forma, también conductista, de resolver y superar de manera
aparente la lucha y las tensiones de las pulsiones instintivas del egoísmo y la
conveniencia mediante un catálogo de prohibiciones. Utilizar un repertorio de
imposiciones conduce a la coerción mecánica del obrar, sin generar capacidades
que permitan resolver con convicción dicha lucha con decisión autónoma y no por
el temor y la conveniencia de evitar los efectos y consecuencias adversas
provenientes de la conducta deficiente. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Por esto nos cuesta ser honestos, ya que en ese
contexto conductista no se ejercita la libertad ni la íntima convicción frente
a los valores, sino la sumisión por las vías de la culpa y el temor. Al obrar
sin esa convicción consciente, en realidad terminamos por no ser honestos,
aunque creamos que lo somos, con el
agravante de que tal creencia nos lleva a experimentar la burda sensación de
satisfacer los reclamos de honestidad de la convivencia humana. Esta es una de
las hipótesis más profundas acerca de a
contradicción humana, pues cala a fondo el comportamiento y la conducta de los
individuos teniendo en cuenta aquello que lo diferencia y le confiere su más
alta dignidad, que es la conciencia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Esta hipótesis explica la raíz cognitiva del por
qué nos cuesta ser honestos, pues careciendo de la íntima convicción de lo
honesto, la apariencia sustituye la conciencia individual y se comporta como la
máscara que oculta el vacío de una cualidad que no se posee. Así, emerge una
ética de la costumbre, aceptada y practicada por una sociedad que da por válido
y no cuestiona el ejercicio de hábitos mecánicos cuyo origen no reconoce a la
conciencia ni coloca a la íntima convicción como elemento ético central de la
vida humana.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-19452224866903326002015-10-02T11:48:00.001-03:002015-10-02T11:50:55.792-03:00Sentido pedagógico de la sanción y la pena<h2 style="text-align: center;">
Liberación mental desde la propia corrección<b><span lang="ES-AR" style="font-size: 13pt; line-height: 115%;"> </span></b></h2>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjd9icR-ZxlY3Mvj2MHxE2QwHBwgETyzr3paPty1q9QZAoVZ_q-68-Oo_wffrE2-ryEAPy6-4VXWros-tKh92PXKCo_apYUaTwZxWcaC0LbQglaV_Bbw61xZfb4PlDshAyoTomg7LngUw4t/s1600/terapias-para-el-autismo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjd9icR-ZxlY3Mvj2MHxE2QwHBwgETyzr3paPty1q9QZAoVZ_q-68-Oo_wffrE2-ryEAPy6-4VXWros-tKh92PXKCo_apYUaTwZxWcaC0LbQglaV_Bbw61xZfb4PlDshAyoTomg7LngUw4t/s320/terapias-para-el-autismo.jpg" width="320" /></a>En estricto sentido pedagógico, toda sanción conlleva la idea de la corrección. Pero para que haya corrección debe haber aprendizaje. Cuando un padre aplica un castigo, no lo hace por desahogo o venganza, a pesar del fastidio de la acción incorrecta. Salvo las excepciones burdas, ligadas al descontrol de la mente, todo padre considera a la sanción o castigo que aplica a su hijo, el medio más adecuado que en ese momento tiene a su alcance para lograr aquello que considera más importante para él: la toma de conciencia y la posterior auto-corrección de su conducta.</div>
<a name='more'></a><o:p></o:p><br />
El sentido pedagógico y el alcance ético, social y cultural de toda sanción, pena o castigo conllevan la reversión de un modo de ser incompatible con los valores, la convivencia y, en ciertos casos, con la misma dignidad humana. Que el niño y el joven logren tomar a su cargo y hacerse responsables de manera consciente de sus descuidos y negligencia, se convertiría, en tal caso, en uno de los logros más satisfactorios para cualquier padre o docente. Cuando esto ocurre, la misma familia y escuela experimentan la sensación de una liberación psico-emocional paralela a la alegría que produce el nuevo estado adquirido mediante la reversión consciente de la conducta que provocó un daño propio o ajeno.<div>
<br />Por eso, toda sanción debe evitar el reduccionismo del desahogo emocional, dado que la validez de su aplicación contiene un elemento ínsito y connatural, que es la toma de conciencia y la reflexión sincera. De allí que, pedagógicamente considerada, toda sanción es válida si garantiza la posterior auto-corrección del infractor. De lo contrario, la pena adquiere una fisonomía propia y queda circunscripta al estrecho límite del castigo como represalia. Esto ha de exigir la auto-evaluación sincera, responsable y objetiva de quien está en condiciones de aprender de sus actos fallidos.<br /><br /><a href="https://www.blogger.com/null"></a>En tal sentido, todo educador debe superar las perspectivas mecanicistas y garantizar que la sanción conlleve por sí misma la reversión del pensar, del sentir y del actuar por vía de auto-corrección. Si la auto-evaluación se visualiza como medio para tomar conciencia y corregir conductas fallidas, ello evitaría que la acción de corregir sea colocada en el plano de la revancha, del desahogo o la venganza. Sería, en este caso lamentable, darle a la sanción una entidad autónoma y caer en una suerte de ontologización de la pena. <br /><br />Aplicar una sanción sin el respaldo de un programa o propósito que permita nuevos aprendizajes, nuevos modos de pensar y nuevos modos de vivir por parte de quien todavía se encuentra en la inmanencia de una conducta disfuncional o incorrecta, implica el cumplimiento de una medida muy tosca y primitiva. Las actuales discusiones acerca de las penas y sanciones escolares, por ejemplo, son una suerte de ilusión y hasta un infantilismo intelectual, ya que se carecen de programas orientados a la reversión de las conductas y actitudes y a la mejora personal mediante una corrección inteligente y conscientemente decidida por el propio involucrado.<br /><br />Mientras no se rescate el sentido formativo de la sanción, las reglamentaciones y códigos de convivencia se convertirán en el catálogo universal para uniformar y atribuir ingenuamente un nomenclador que, por ausencia de acción formativa, seguramente reproducirá nuevos comportamientos reñidos con la convivencia. Sin desconocer la complejidad de esta situación, se hace necesario llevar a cabo procesos formativos desde un paradigma educativo no adscripto a planes y programas formales y sin valor evolutivo para quienes deben empezar a ver la vida propia y ajena de manera más colaborativa, solidaria y constructiva. <br /><br />Por tal razón, la evaluación conscientemente llevada a cabo por el propio sujeto, debe ser la oportunidad de la corrección inteligente y eficaz. Sin este sentido formativo, toda sanción sería un proceso estéril que podría alimentar el espectáculo del desahogo, practicado por docentes o padres sin paciencia y sin recursos metodológicos para lograr objetivos de superación.<br /><br />Si bien este proceso es difícil y complejo, es el trayecto insoslayable para quien quiera y aspire a recorrer un camino de mejora y superación personal. Muchos podrán recorrerlo; otros no querrán por mero egoísmo o comodidad, otros quedarán atascados en sus deficiencias y se verán impedidos para lograr su propia mejora por carecer del conocimiento de sí mismos. <br /><br />Ayudar a los niños y jóvenes a conocer sus capacidades y talento y, al mismo tiempo, fortalecer la mente de quienes con su falta de voluntad hicieron de ella un ámbito vacío y negligente, constituye el hilo conductor de un proceso formativo tendiente a la reversión y transformación personal. Ello les permitiría verse a sí mismos de otra manera. Si ello es posible, el talento que cohabita en el interior de cada individuo prevalecerá sobre la misma sanción para convertirla en un medio formativo que podría promover constructivamente la propia superación.<br /><br />En esto radica el nudo fundamental de la discusión actual acerca de las penas, castigos y sanciones con los que la sociedad se encuentra sensibilizada y a flor de piel a raíz de los intentos y proyectos relacionados, entre otros, con las calificaciones, promociones y exigencias disciplinarias a los estudiantes. </div>
<div>
<br /></div>
Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-77226033488398598972015-09-15T08:15:00.002-03:002015-09-15T12:15:55.918-03:00Consecuencias emocionales de la imaginación descontrolada <h2 style="text-align: center;">
Imaginar situaciones que inhiben y desordenan la mente </h2>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRIZgztXjL0cicHrHIKYTP5_OkwxPZ8JDR4MEQ9gbNZoTNVqU9CrczioGBOSjXgm6vkX2wxDagacQeGqNwTIIwFsyh4FsEsQcSgYrNG3Vw7a_UMUTtSAJsMQjtS6MUzwZrrWWMnyrZEcoF/s1600/fotografia-diseno-edicion-imagen.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRIZgztXjL0cicHrHIKYTP5_OkwxPZ8JDR4MEQ9gbNZoTNVqU9CrczioGBOSjXgm6vkX2wxDagacQeGqNwTIIwFsyh4FsEsQcSgYrNG3Vw7a_UMUTtSAJsMQjtS6MUzwZrrWWMnyrZEcoF/s320/fotografia-diseno-edicion-imagen.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
El ser humano vive construyendo imágenes mentales a toda hora y en cada situación. La imaginación es una función cognitiva a la que se le atribuye un papel importante en la vida humana, sobre todo para el ejercicio de la creatividad, para la innovación, el arte y la ciencia. En tal caso, la función de imaginar es ejercida bajo el auspicio de la función de pensar y se integra de manera sistémica con el resto de las funciones cognitivas, garantizando un proceso mental satisfactorio y ordenado. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<a name='more'></a>Pero cuando no se produce tal integración, la misma mente se desarticula y da lugar a un desorden por exceso o por defecto donde la potencia imaginativa, al no ser orientada por la razón, termina por producir estragos mentales imprevisibles. Pues al imaginar de manera excesiva o defectuosa, la mente queda perturbada por imágenes infundadas de carácter inhibitorio o temerario según los casos, conduciendo al sujeto a desaciertos y confusiones. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es así como las imágenes de temor y vergüenza, por ejemplo, inhiben y retraen la mente para actuar, al par que las imágenes que incitan a la acción temeraria generan una impetuosidad e impulsividad perjudicial que afectará tanto al sujeto como a sus vínculos. Por eso, los filósofos antiguos se referían a la imaginación como a la loca de la casa o el elefante en el bazar, capaz de derrumbar el orden mental vigente hasta ese momento. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ya desde niño, pasando por la adolescencia y juventud hasta la misma adultez, tales imágenes van mutando su contenido, en una sucesión ininterrumpida y dinámica que explica la permanente oscilación de los estados de ánimo y de las emociones según la naturaleza de cada imagen. Y así como la frescura de las imágenes constructivas promueven emociones auspiciosas, las impregnadas de pesimismo llevan a emociones opuestas. Ello, precisamente, por el “derrumbe” y la turbulencia de que es capaz de provocar el desborde de la imaginación cuando la mente se ve asediada por pensamientos e imágenes vinculadas al temor, al orgullo, a la susceptibilidad, a la impulsividad o a la temeridad. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A diferencia de la imaginación creadora y constructiva mencionada al comienzo, veamos las diferentes alternativas disfuncionales y no constructivas que se podrían presentar cuando la potencia imaginativa se desborda y es mal utilizada por el sujeto al carecer de un control mental consciente:</div>
<ul>
<li>Cuando en un determinado momento el sujeto imagina que va a hacer algo constructivo y, al cabo de unos segundos, esa imagen positiva deja de tener vigencia en su mente para dar lugar a otra imagen opuesta que no tiene relación con la anterior.</li>
<li>En otro momento, y después de haber estado concentrado en un proyecto interesante, podrían irrumpir imágenes relacionadas con recuerdos pesimistas que alejan al sujeto de ese estado de satisfacción.</li>
<li>De igual manera, mientras la persona se encuentra activa y predispuesta a una tarea, un simple comentario del semejante podría llevarlo a construir imágenes que despiertan y desencadenan otras imágenes en cadena, generando malestar, ofuscación o agresión.</li>
<li>En el devenir de la vida cotidiana con todos sus altibajos, son conocidos los hechos relacionados con los estados emocionales y de perturbación que acaecen cuando las imágenes y pensamientos invaden la mente del sujeto y le impiden disfrutar o vivir de manera lúcida el momento presente.</li>
<li>Esa interrupción mental no es un hecho aislado, sino que se repite de manera permanente durante el día, llevando al sujeto a estados emocionales poco propicios para tomar decisiones, vivir con entusiasmo, sentir alegría o tener confianza en sí mismo. Basta para ello observar la mente perturbada o bloqueada de quienes se ven afectados por imágenes de celos, desconfianza o pesimismo.</li>
<li>Esto explica nuestras indecisiones, la pérdida de motivación y la falta de voluntad cuando irrumpen imágenes inhibitorias que impiden llevar a cabo algún proyecto o cumplir con las obligaciones cotidianas de manera satisfactoria.</li>
<li>Esto también explica la fuerza negativa de las imágenes de temor y culpa, que conducen al sujeto a cumplir sus obligaciones o a adoptar un comportamiento honesto solamente bajo la presión del temor, de la conveniencia o para evitar las consecuencias, alejado de toda convicción y autonomía de pensamiento.</li>
</ul>
<div style="text-align: justify;">
<br />
No advertir la naturaleza fluctuante y la movilidad permanente de las imágenes, impide al sujeto la lucidez mental necesaria para ejercer a conciencia sus actividades y para vivir su vida de manera plena y gratificante. Esto sucede porque las imágenes sin control consciente ejercen sobre la mente del sujeto un poder despótico, al punto de dominar e influir en lo que piensa y siente. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En este caso, advertimos cómo la potencia imaginativa ejerce un impacto mental que conduce a muchos individuos a un juego de imágenes sin control ni conciencia, impidiéndoles interpretar de manera sensata sus posibilidades de adecuación con la realidad. De allí las distorsiones que, por exceso o por defecto en la interpretación de los hechos, conducen a modelos mentales tendientes a deformar la visión de los mismos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El mal uso de la imaginación genera un desorden mental que conduce al sujeto a dar respuestas o a interpretar hechos, propios o ajenos, alejados de la moderación, la objetividad y el equilibrio. Ello ha de exigir que el proceso formativo de la familia y la escuela se sustente en una metodología cognitiva orientada a la organización mental y al uso adecuado y razonable de la imaginación.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<br />
Ver: <br />
<a href="http://cognitio.com.ar/blog/view/11096/el-metodo-cognitio-un-diseno-de-aprendizaje-acelerativo">http://cognitio.com.ar/blog/view/11096/el-metodo-cognitio-un-diseno-de-aprendizaje-acelerativo</a> <br />
<br />
<a href="http://barcaglioni.blogspot.com.ar/2012/05/el-mito-de-la-mente-en-blanco.html">http://barcaglioni.blogspot.com.ar/2012/05/el-mito-de-la-mente-en-blanco.html</a><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span></div>
Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-31861149474720283812015-08-20T10:53:00.002-03:002015-08-20T18:01:06.570-03:00La adaptación como signo de juventud<h2 style="text-align: center;">
El desafío de adaptarse a toda edad</h2>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2hrJLE6AaFntvAbd0BM9-d4MfIKmuZg4-w5CAG_V7j7mDZ2nIeb-Fh-tQqManuygJZFsyiaf-AKPej9r9ULPf0Imx-oheHuGVKnQaOauzBslXNHA_0VFZMOuTAiHG_XhhND6Dz7PyyTB2/s1600/flor-en-el-desierto.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2hrJLE6AaFntvAbd0BM9-d4MfIKmuZg4-w5CAG_V7j7mDZ2nIeb-Fh-tQqManuygJZFsyiaf-AKPej9r9ULPf0Imx-oheHuGVKnQaOauzBslXNHA_0VFZMOuTAiHG_XhhND6Dz7PyyTB2/s320/flor-en-el-desierto.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
Mientras no haya avejentamiento emocional, los condicionamientos y/o adversidades que se evidencian en la vejez (lentitud física, dolores articulares, problemas de desplazamiento, tristeza e inactividad), en realidad no serían retrocesos si media el aprendizaje y la conciencia del tiempo. Por lo tanto, el concepto de adversidad no debería adscribirse a la idea de retroceso, por el simple hecho de que quien sufre cualquier adversidad podría superarla en la medida que haga intervenir un aprendizaje superador.</div>
</div>
<a name='more'></a>El viejo se rejuvenece emocionalmente cuando advierte en cada momento de su vida la oportunidad del aprendizaje. Por su parte, el joven se avejenta cuando retrocede por falta de aprendizaje. Al respecto, podríamos identificar algunas situaciones que se deslizan en el trayecto de la vida cotidiana de cualquier individuo:<br />
<br />
<ul>
<li>Si tenemos en cuenta que la capacidad productiva constituye el punto óptimo de lo que es capaz una persona, podríamos imaginar dicho estado culmen como una meseta que expresa el puntaje máximo de su productividad y potencialidad. </li>
<li>Pero, se observa, a través de la experiencia propia y ajena y como producto de la edad y el transcurso del tiempo, que a partir de esa meseta van apareciendo menoscabos y limitaciones en la capacidad de respuesta a los estímulos. Para el observador común, esto significa retroceso. Probablemente lo sea, si nos atenemos a la disminución de la velocidad de reacción de las capacidades y habilidades que antaño el sujeto mantenía en su esplendor. </li>
<li>Ese esplendor que antes mereciera un puntaje elevado, hoy podría estar disminuido, oscilando en puntajes medios o inferiores. La mayoría frente a este dato evidente y desalentador, da por cancelada su superación personal en cualquier aspecto de la actividad que desplegaba. Si bien antes se justificaba un esfuerzo para ser más o lograr más, hoy parecería que no, por lo que muchos dirán que ese objetivo de superación ya no tiene sentido. </li>
<li>Otros, en cambio, frente a ese evidente menoscabo, deciden comenzar una nueva etapa, como si haciéndose niños o adolescentes empiezan a aprender, a re-aprender o adquirir habilidades compensatorias para iniciar un nuevo período en sus vidas. </li>
<li>En caso que se decida por un nuevo aprendizaje, el proceso cognitivo que ello exige lleva implícito el caudal y refinamiento de la experiencia vivida y el nivel de conciencia adquirido. Es así como, a través de estos valores, el sujeto logra emprender un proceso que le permita adquirir habilidades nuevas que compensen a las anteriores. </li>
<li>Quizás por haber perdido o disminuido sus capacidades, el sujeto no pueda montar a caballo, pero por el solo hecho de intentarlo de nuevo, o de adaptarse a otra situación donde no sería similar el resultado de antaño, ese intento adaptativo entra a formar parte de una nueva visión acerca de las propias capacidades. </li>
<li>El esfuerzo adaptativo del anciano contiene una carga evolutiva superior a la que emplea el joven. Y aunque se presenten en escenarios de tiempo diferentes y hasta con resultados de menor calidad, aquí se cumple uno de los deseos de todo ser humano: haber aprendido lo que se aprendió en el pasado con la experiencia de hoy. </li>
<li>Es decir, debajo de la meseta, en la aparente regresión y minusvalía de la vejez, se podría reiniciar un proceso de nuevos aprendizajes. Es así como entran a jugar y a intervenir una serie de mecanismos y modelos mentales que harían más refinado esta etapa de superación y de nuevas adaptaciones. </li>
<li>Para ello, el anciano que así lo decida, podrá enriquecer su conciencia con la experiencia adquirida y transformarla en una fuente de sabiduría y perfeccionamiento. Si por haber caído en la renguera el anciano ya no puede correr con velocidad y flexibilidad, el intentar lograr caminar por sí mismo, aún por debajo de la meseta exitosa de antaño, ello podría permitirle un nivel de aprendizaje adaptativo y más reflexivo que el adquirido en la etapa juvenil. </li>
<li>Este es un desafío para los ancianos y enfermos incurables que, habiendo sufrido el paso del tiempo y la adversidad, podrían ser más conscientes de la habilidad y la capacidad que todavía serían capaces de desplegar o adquirir. De allí, quizás provenga el concepto de la sabiduría que caracteriza al anciano. </li>
</ul>
El viejo sabio afronta de manera apacible, paciente y silenciosa el devenir de su vida y ello le permite aprender y superarse para encontrar una comprensión superior de su propia vida. Alejado de toda manía de comparación y de la ambición y codicia que pugnan por triunfar en un sistema competitivo, percibe su vida de manera intensa, autónoma y sin quedar atrapado ni esclavizado en los estereotipos y valores regidos por el binomio precario e insuficiente del éxito-fracaso. <br />
<br />
<br />
Ver: <a href="http://barcaglioni.blogspot.com.ar/2012/07/vejez-prematura-y-avejentamiento.html">http://barcaglioni.blogspot.com.ar/2012/07/vejez-prematura-y-avejentamiento.html</a>Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-18312248059908808652015-06-30T07:04:00.002-03:002015-06-30T07:04:37.886-03:00La actuación honesta no garantiza honestidad<h2 style="text-align: center;">
Cuando la acción ética es una actuación hipócrita</h2>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK4NfEwE13oovi_SOqhtsjYFpMrbVGOz29rQ_E6EkrwayWXBrHJR98P0DBT9DysmYyX-Jk7gOsZJ6LR32G42QCLbhTYiUs-eHN9BnzTdMkHGeSHVjmXGgAOJyES0xvmcPfhlsY_2L8csj0/s1600/hipocresia+1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="247" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK4NfEwE13oovi_SOqhtsjYFpMrbVGOz29rQ_E6EkrwayWXBrHJR98P0DBT9DysmYyX-Jk7gOsZJ6LR32G42QCLbhTYiUs-eHN9BnzTdMkHGeSHVjmXGgAOJyES0xvmcPfhlsY_2L8csj0/s320/hipocresia+1.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Nos consta por experiencia que la gran mayoría
de los individuos muestra al exterior una manera de ser y de actuar que
generalmente no coincide ni guarda coherencia con lo que efectivamente es y
siente en su interior. Así, vemos que se proclama la necesidad de decir la
verdad, de ser tolerantes, de ser justos y honestos, pero que en el fuero
íntimo de la persona tales valores no tienen vigencia alguna ni poseen la
vitalidad de la íntima convicción.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Por eso, los hijos suelen presenciar en sus
padres esa perniciosa dualidad e incoherencia, que los lleva a serias
confusiones, con consecuencias no deseadas en el futuro. De igual manera,
observamos no pocas actuaciones aparentemente sinceras en la relación
docentes-alumnos, jefes-colaboradores y en las diferentes ocasiones de
encuentros entre familiares, amigos y conocidos y de los que no se excluye, a
veces, a la misma pareja.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<a name='more'></a><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Esto explica la dualidad de quienes proclaman ciertos
valores éticos y hasta parecen ser honestos en la vida de relación, pero que en
su intimidad transgreden inexplicablemente tales valores. Surge, entonces, la
necesidad pedagógica de indagar las causas de las grandes contradicciones que
acabamos de señalar. Nos limitaremos a mencionar, más allá de la configuración
dual de la naturaleza humana, la forma como se educó el sujeto en las
diferentes etapas de su vida. Pues la génesis de tales incoherencias surge del
desacierto sufrido durante el aprendizaje realizado en el pasado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Por tal razón, habría que indagar
cuidadosamente cómo aprende el niño a resolver la lucha generada en su vida por
las tensiones entre lo que quiere hacer caprichosamente y lo que debe hacer,
entre lo honesto y lo deshonesto, entre la virtud y el vicio. Pero ocurre que,
en lugar de ayudarle con paciencia a comprender dicha lucha, tanto los padres,
como los docentes y la misma cultura apelan, de manera simplista, apresurada e
impaciente, a un catálogo de prohibiciones y recomendaciones que buscan en el
niño el acatamiento rápido y sin discusión ni análisis crítico de las mismas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Este acatamiento sin convicción prepara el
camino de la actuación externa y del disfraz para lograr la aceptación y la
aprobación de los mayores, en el caso del niño, o de la comunidad, en el caso
de algunos adultos. Si bien, en tales casos, la conducta del sujeto aparece
honesta y correcta, en realidad su intencionalidad busca conformar a quienes
esperan el comportamiento deseado y aceptado por la lógica de los prejuicios
impuestos. Por eso, es necesario indagar más a fondo esta situación, que tiene
alcances adversos en la vida íntima de las personas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">En tal sentido, debemos señalar la diferencia
entre una actuación honesta y el ejercicio consciente de la honestidad como
tal. Sería la diferencia entre la apariencia de lo que mostramos y la realidad
de lo que efectivamente somos. Lamentablemente, muchos creen y están
convencidos de su honestidad por el mero despliegue externo de una actuación
aprendida rutinariamente, al punto de no
advertir la apariencia de una conducta que finge honestidad. Así, unos actúan
como sinceros, otros como justos y ecuánimes, otros como tolerantes y
flexibles, cuando en realidad harían lo contrario si las circunstancias y la
ausencia de control externo permitieran y dieran lugar a la mentira, a la
inequidad o a la intolerancia y rigidez.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">De allí que responder con la conducta externa a
una situación ejerciendo cierta tolerancia o paciencia hacia los demás, podría
significar haber dado una respuesta acertada ante un hecho, pero de ninguna
manera podría implicar, por la respuesta en sí misma, tener la virtud y la
capacidad para ser honesto, tolerante o paciente. Si ocurre esto, podría
tratarse de una conducta automatizada, en tanto que no fue adquirida por un
aprendizaje consciente, sino por automatismos inculcados que impidieron la
íntima convicción acerca de la actuación correcta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Dichos automatismos son los recursos que la
cultura familiar, escolar y social emplea para garantizar la conducta
considerada honesta o correcta para la convivencia social. Pues es muy probable
que quienes actúen de esa manera hayan aprendido por vía de imposiciones, bajo
las presiones de un temor implacable o de la conveniencia interesada. El efecto
inmovilizante de tales presiones no
admite el cuestionamiento crítico y consciente y convierte al sujeto en un mero
autómata. Por eso, ser honesto por temor o conveniencia, en realidad no es ser
honesto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Si a lo largo de la vida el edificio del comportamiento
ético no partió de la íntima convicción, la conducta ética del presente no es
tal; será una burda actuación “ética” promovida a instancias del temor, de la
conveniencia o la costumbre. Más aún, el catálogo de prohibiciones e
imposiciones que se fue adquiriendo a través de las etapas evolutivas a modo de
yuxtaposiciones forzadas, configura el historial cognitivo y psico-emocional
del sujeto, provocando comportamientos aparentemente autónomos, al modo de una
actuación “virtuosa” sin contenido consciente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Esto nos lleva a pensar que en la construcción
del edificio moral del sujeto, éste no intervino; simplemente fue un receptor
pasivo de normas y valores sin el aval de la íntima convicción. Si no se educa
desde la íntima convicción, las imposiciones, las amenazas, la conveniencia,
serán yuxtaposiciones alejadas de la conciencia, donde el comportamiento ético
no es tal, sino una mera actuación. Esto explica la endeblez de las
convicciones aparentes y las contradicciones del comportamiento humano. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">De esta manera, nos acercamos al núcleo
esencial de la conducta ética, que proviene de una capacidad conscientemente
creada que le confiere contenido a un comportamiento que emerge de la íntima
convicción. Ya desde temprana edad, es posible conducir al niño a la íntima
convicción del comportamiento moral, siempre y cuando se respeten sus tiempos
de aprendizaje y asimilación de los valores. En tal caso, el niño no actuaría
por la presión de los estímulos perniciosos del premio y castigo y aprendería a
lograr con autonomía la íntima convicción acerca de la actuación correcta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">De ello surge la necesidad de revisar si
nuestra conducta, actitudes y comportamientos acertados son verdaderas
capacidades conscientemente adquiridas o meras respuestas y actuaciones automatizadas
por la costumbre o la conveniencia. Arriesgando una hipótesis polémica, quizás
habría que desarticular el andamiaje proveniente de la imposición y el temor
que, lejos de generar una conducta honesta válida, lleva al sujeto a una
actuación cuyo automatismo lo convierte en un actor vacío y sin libreto propio.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-28672990363606192852015-05-20T15:35:00.002-03:002015-05-22T16:55:23.023-03:00El esclavo moderno<h2 style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiziWO48Rzi4DNoOdrWmcHSJfAhJOZv9XyeKZYRdIfpeui80tQcGUSFRFzeIXLJ4mybKx5gGSCux_A7VX_RSVy1rJgiHUS4IY6h4loKS0wQGd-VmLtPZAMWgccyPETzZjwbYHF2TP-Kbadi/s1600/esclavo_moderno.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><br /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiziWO48Rzi4DNoOdrWmcHSJfAhJOZv9XyeKZYRdIfpeui80tQcGUSFRFzeIXLJ4mybKx5gGSCux_A7VX_RSVy1rJgiHUS4IY6h4loKS0wQGd-VmLtPZAMWgccyPETzZjwbYHF2TP-Kbadi/s1600/esclavo_moderno.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="211" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiziWO48Rzi4DNoOdrWmcHSJfAhJOZv9XyeKZYRdIfpeui80tQcGUSFRFzeIXLJ4mybKx5gGSCux_A7VX_RSVy1rJgiHUS4IY6h4loKS0wQGd-VmLtPZAMWgccyPETzZjwbYHF2TP-Kbadi/s320/esclavo_moderno.jpg" width="320" /></a>Planificación del desahogo y del descanso</h2>
<br />
El esclavo es esclavo por experimentar la certidumbre paralizante de no poder romper ni liberarse del sistema que lo mantiene encerrado y limita sus movimientos. Esta limitación del movimiento presenta modalidades diferentes según las épocas y las tendencias por las cuales transitó la humanidad a lo largo de su devenir histórico. <br />
<a name='more'></a><br />
Así, el esclavo antiguo sufre el cercenamiento de sus movimientos físicos y esta característica, percibida de manera ostensible y pública, guarda cierto paralelismo con el cercenamiento sutil que sufren quienes viven sometidos a pautas y procesos intangibles que limitan el libre movimiento de una mente que no pudo aprender a pensar por sí misma. <br />
<br />
Es así como, en este último caso, los barrotes de la cárcel mental forman parte de la vida cotidiana del esclavo moderno. Ello, según los matices y casos que se presentan bajo un estado alienante de presión compulsiva en el amplio espectro de la vida social. Tanto el agobio por la superación de las condiciones de indigencia y necesidad, como las condiciones estresantes para lograr una mejor posición profesional o comercial, como así también el exceso y el despilfarro de la opulencia y la frivolidad, constituyen las formas sutiles por las que el esclavo moderno se encuentra encadenado. <br />
<br />
Si bien tal situación de “encerramiento” muchas veces no es percibida por el mismo afectado, es evidente que el sometimiento y la pasividad de su mente lo conducen a responder mecánicamente a los valores del consumismo, de la moda, de la tradición y de la industria del entretenimiento. A ello no escapan no pocos sistemas laborales, familiares y sociales en la vida del hombre y la sociedad actuales, cuyas normas y procedimientos inculcados por la vía del estímulo-respuesta, condicionan la reflexión y la autonomía asemejando, en cierto modo, a las órdenes agresivas y violentas de tiempos remotos. <br />
<br />
Es evidente que, a instancias de un consumo hiper-estimulado y alienante, la mayoría de los individuos se ven presionados para acatar sin autonomía alguna a los sistemas que los mantiene compulsivamente ocupados, entretenidos y obligados a seducir para poder vender y comprar. De esta manera, el determinismo que ello conlleva, clausura el margen de autonomía de la mente por vías aparentemente inofensivas y que buscan el sometimiento y la incondicionalidad a un sistema de producción y consumo. <br />
<br />
La experiencia nos muestra que las culturas que sustituyen la iniciativa del sujeto por la adaptación pasiva a las formas pre-establecidas de un sistema manipulatorio, promueven un sometimiento e incondicionalidad paradojal a cambio de los beneficios seductores de la aprobación y la pertenencia a un estilo de vida aceptado sin sentido crítico. Es así como los fanatismos, las ideologías y la misma moda imponen los valores que resultan más oportunos para apoderarse de la creatividad del sujeto y bloquear el ejercicio de su autonomía de pensamiento.<br />
<br />
La manipulación mental de las ideologías y estructuras de poder buscan a toda costa administrar el pensamiento humano para adaptar el pensar, el sentir, el decir y el hacer del sujeto a un sistema des-humanizante. De esta manera, el sujeto deja de ejercer su autonomía intelectual, al mismo tiempo que es despojado de su iniciativa y de su creatividad, en aras de una forma de vida basada en una cultura que, al cercenar el movimiento natural de la inteligencia, no puede menos que ser asimilada, metafóricamente hablando, a las formas sofisticadas de la moderna esclavitud.<br />
<br />
A propósito de esto, y a semejanza de la planificación del desahogo y el descanso de los esclavos antiguos mediante la administración ocasional de recursos lúdicos o de placer, el esclavo moderno acepta los aparentes beneficios de un sistema que le ofrece incentivos para neutralizar su estrés, su insatisfacción y su abatimiento físico y moral. Ello, al punto de que aquél no alcanza a advertir que las herramientas del desahogo no constituyen un enaltecimiento de su dignidad, sino un recurso de adhesión incondicional al sistema que lo mantiene ocupado bajo las condiciones adictivas de un trabajo que le confiere una aparente seguridad y bienestar. <br />
<br />
A partir de esta radiografía mental del esclavo moderno, surge la necesidad de promover una conciencia que permita al sujeto conquistar un estado de supremacía y autonomía respecto de los sistemas que han prescindido y desalentado la conquista de la dignidad personal. Este nuevo estado de conciencia le permitirá liberarse del condicionamiento que imponen los paradigmas y modelos mentales centrados en el poder y el lucro desmedido. <br />
<br />
Lejos de tal dignificación, la omnipotencia del sistema instala en su lugar los recursos distractores de una planificación del desahogo y del descanso. Con ello, el individuo podrá sobrellevar y compensar las múltiples formas de un condicionamiento consentido y des-humanizante. Esto nos acerca a un interrogante acerca de cómo ayudar, lejos de toda promesa e ilusión manipuladoras, a preservar y a resguardar la autonomía intelectual frente al determinismo de los sistemas no centrados en los valores de la dignidad humana. <br />
<div>
<br /></div>
<div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: justify;">
<div style="text-align: right;">
<b>Dr. Augusto Barcaglioni</b></div>
</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-size: 12pt;"></span><br /></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: center;">
<div style="font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px;">
<span lang="ES-AR"><span style="font-size: xx-small;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 14px;"><b>(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia </b></span><b style="line-height: 14px;">los </b></span><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: xx-small;">temas más sensibles y críticos)</span></b></span></div>
<div>
<span lang="ES-AR"><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></b></span></div>
</div>
</div>
<div>
<br /></div>
Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-61898648778884944262015-05-04T09:40:00.002-03:002015-05-04T10:21:55.890-03:00Por qué los alumnos no aprenden<h2 style="text-align: center;">
El modo de ser del docente incide en los aprendizajes</h2>
<div>
<br /></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 11.25pt; vertical-align: baseline;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4iimTbTHyJrMnPOrfSLV3AzNSXr8q1XzZ7CDuYmZ1O2_zjvRk3YVTagoc9KaVA3uZFzNqjdApmQU-cCM-qUtDODRrZiF8nmGCsYZRG32UTuA5J5KHnE6Kod2iHtMSTLrlYBPytHkzDqN4/s1600/mal-profesor.jpg" imageanchor="1" style="background-color: white; clear: left; float: left; line-height: 15.1pt; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="227" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4iimTbTHyJrMnPOrfSLV3AzNSXr8q1XzZ7CDuYmZ1O2_zjvRk3YVTagoc9KaVA3uZFzNqjdApmQU-cCM-qUtDODRrZiF8nmGCsYZRG32UTuA5J5KHnE6Kod2iHtMSTLrlYBPytHkzDqN4/s320/mal-profesor.jpg" width="320" /></a><br />
<div style="text-align: justify;">
Todo el mundo considera que los alumnos no aprenden porque carecen de motivación, están influidos por los medios, viven seducidos por las novedades o les falta voluntad y ganas de superarse. Esto se consideró como una regla universal, poniendo el peso de la baja calidad educativa en los mismos alumnos, dejando al docente afuera del circuito de responsabilidad y fracaso.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Si bien en verdad que los alumnos podrían actuar de otra manera, ésta no es una mirada estrictamente pedagógica, ya que tanto el niño como el adolescente son y actúan, poseen valores o carecen de ellos, según los estimulo del ambiente. Es desde esta mirada pedagógica que se debe evaluar y considerar el bajo rendimiento escolar. La función del educador no es educar a niños y adolescentes ya formados, sino formarlos y ayudarles a ser mejores a partir del estado en que se encuentren.</div>
<a name='more'></a><br />
<b>En general, los alumnos no aprenden porque: </b><br />
<ul>
<li>Observan que quien enseña no vive lo que enseña. </li>
<li>Advierten que quien enseña no está entusiasmado con lo que enseña. </li>
<li>Ven al docente como alguien que dice lo que hay que hacer sin dar el ejemplo. </li>
<li>Se dan cuenta que el docente tiene separada su vida real con lo que dice que debe ser la vida. </li>
<li>No enseña un método para aprender y mejorar el rendimiento. </li>
<li>Le interesa solo el contenido como patrón de aprendizaje. </li>
</ul>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b>Estilos docentes según la capacidad de impacto en los alumnos</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Si observamos la dinámica del cuerpo directivo y de los docentes en las instituciones educativas, se advierte que el planteo institucional de la educación lamentablemente no gira en optimizar la capacidad mental y la sensibilidad de los alumnos, sino en la organización externa del contenido. Por tal razón, y al margen de si hay un dominio del contenido por parte del docente, el proceso pedagógico le exige a quien educa la capacidad de adaptabilidad del contenido a las circunstancias y al estado mental de quienes aprenden a fin de hacer conocer y hacer pensar dicho contenido.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Conforme con la actuación del docente en el proceso áulico, nos encontramos con cinco estilos diferenciados entre sí y que enumeramos según el siguiente orden:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<ul>
<li style="text-align: justify;"><b>Estilo centrado en el programa y en la información</b>. El docente <b>no tiene registro del grupo y considera que enseñar consiste en transmitir información</b>. No contesta preguntas; y si las contesta, no las aprovecha como oportunidad emergente para plantear hipótesis. Sin predisposición emocional para la comunicación grupal, plantea un proceso lineal y rígido de transmisión de datos e informaciones. Por eso, el alumno apela a la memorización forzada y no trabaja hipótesis.</li>
</ul>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<ul>
<li style="text-align: justify;"><b>Estilo centrado en un registro selectivo del grupo</b>. Sin dejar de dar prioridad al programa y a la información a transmitir, el docente posee un <b>registro parcial del grupo</b>. Contesta las preguntas y trabaja con quienes lo escuchan o muestran interés. No domina la localización espacial del grupo, llegando a preferir y considerar a los "seguidores pasivos” y sumisos. A semejanza del estilo precedente, el docente carece de herramientas metodológicas para integrar al grupo, en virtud de carecer de la predisposición emocional para la comunicación. Por eso, y como en el caso anterior, el alumno apela a la memorización forzada y no trabaja hipótesis.</li>
</ul>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<ul>
<li style="text-align: justify;"><b>Estilo centrado en el intercambio informal y ameno</b>. A diferencia de los anteriores, este tipo de docentes tiene muy buena comunicación con el grupo y registra a sus integrantes en un nivel óptimo. Pero no enseña, convierte las reuniones en un intercambio ameno <b>sin gestar procesos de aprendizaje</b>. No trabaja hipótesis y se caracteriza por el carácter dañino y negativo de las consecuencias adversas que en el plano individual y social podrán experimentar y sufrir los alumnos en el futuro.</li>
</ul>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<ul>
<li style="text-align: justify;"><b>Estilo centrado en el desarrollo de la capacidad para pensar</b>. El docente trata de motivar y generar una dinámica favorable al intercambio y a la comunicación. Plantea hipótesis, las promueve y <b>hace pensar el contenido</b>. Tiene la capacidad de ejercer con paciencia y mucha creatividad el arte de enseñar a pensar, evitando la memorización mecánica de contenidos estáticos.</li>
</ul>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<ul>
<li style="text-align: justify;"><b>Estilo centrado en el desarrollo de la sensibilidad</b>. El docente plantea hipótesis, las promueve y <b>hace pensar y sentir el contenido</b>. Tiene la capacidad de integrar la dinámica grupal y la gestión del conocimiento en una óptima síntesis. Por tal razón, es entusiasta y genera actividades inclusivas de todos los alumnos. </li>
</ul>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Podríamos decir que estos cinco estilos de docentes tienen como correlato cinco estilos de alumnos. Es un correlato lineal, por el que el docente, en virtud de su modo de ser y pensar, incide en la forma de aprender de los alumnos. Esto también explica por qué el alumno no aprende. Un alumno pasivo sale de su pasividad si el docente es creativo e innovador; y a la inversa, un alumno creativo que indaga y pregunta, probablemente, y en caso de no animarse a preguntar o confrontar, termine en la pasividad de los procesos rutinarios.</div>
</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: justify;">
<div style="text-align: right;">
<b><br /></b>
<b>Dr. Augusto Barcaglioni</b></div>
</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-size: 12pt;"></span><br /></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: center;">
<span lang="ES-AR"><span style="font-size: xx-small;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 14px;"><b>(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia </b></span><b style="line-height: 14px;">los </b></span><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: xx-small;">temas más sensibles y críticos)</span></b></span><br />
<span lang="ES-AR"><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></b></span></div>
Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-71278831587547111402015-03-09T17:18:00.001-03:002015-03-09T17:58:14.589-03:00La anarquía del orden<h2 style="text-align: center;">
El mito de la disciplina y del orden aparente</h2>
<div class="MsoNormal">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi02KS8NLHFG1WyhYU_3BWPl84YjSwDjhL1vEjz1Exx32GmkuPbtOzVSIZ2GE-JH6MccD2_kdM8X4ADI0TJD-TPsHsZq40rXMBf6QbIXM47ys06Ez7GmduYvKNajxxvQw9vaSvwzSJHE3Id/s1600/pink-floyd-the-wall.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi02KS8NLHFG1WyhYU_3BWPl84YjSwDjhL1vEjz1Exx32GmkuPbtOzVSIZ2GE-JH6MccD2_kdM8X4ADI0TJD-TPsHsZq40rXMBf6QbIXM47ys06Ez7GmduYvKNajxxvQw9vaSvwzSJHE3Id/s1600/pink-floyd-the-wall.jpg" height="204" width="320" /></a><br />
<div style="text-align: justify;">
Uno de los mitos responsables de la pérdida de la motivación por aprender o de actuar responsablemente de cualquier niño o adolescente está relacionado con la disciplina y el orden. La falsa idea de disciplina y de orden, utilizada por una gran mayoría de padres y docentes, adscribe tales términos a la ausencia de espontaneidad. Ello significa que toda manifestación espontánea, como las diversas expresiones de alegría y entusiasmo, conspiraría para ellos contra el orden prefijado. Por supuesto que nos referimos a manifestaciones inquietas y traviesas que expresan, a pesar de las interpretaciones equívocas, una sana sensibilidad.<br />
<a name='more'></a></div>
<span style="text-align: justify;"><br /></span>
<div style="text-align: justify;">
<span style="text-align: justify;">Lamentablemente, muchos adultos muestran su complacencia por los comportamientos rígidos, como señal de orden y garantía de previsibilidad. Pero dicha rigidez, que se asimila erróneamente a la idea de disciplina, promueve una comprensible rebeldía en quienes fueron presionados a asumir conductas “acartonadas” y faltas de frescura. Por razones culturales, relacionadas con la necesidad de ser aprobados, con la apelación al temor o a la amenaza sutil, la fuerza y frescura de la espontaneidad se apagan en la vida de los jóvenes, dañando profundamente su autoestima y confianza en sí mismos.</span></div>
<span style="text-align: justify;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En sentido riguroso, el orden rígido no es orden; simplemente es una posición externa y vale para los objetos carentes de vida y faltos de sensibilidad. Si la vida es movimiento autónomo, el orden de ese movimiento no puede ser determinado ni impuesto desde el exterior, ya que existe por el dinamismo inmanente de la misma vida. Esto se entiende claramente en el plano biológico y nadie intentaría establecer un diagrama externo para disciplinar el movimiento celular como tal. La vida se configura con un ordenamiento intrínseco incompatible con toda imposición.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Podríamos decir que el orden impuesto externamente es válido y necesario cuando se adjudica a los objetos, pero no lo es cuando se dirige al sujeto por esa vía de imposición externa. El objeto tangible no se ve afectado en su esencia cuando le viene impuesto dicho ordenamiento. Cuanto más próximo al objeto tangible, la necesidad de imponer un orden queda validada y es necesaria, tal como lo observamos en las góndolas de cualquier supermercado. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin embargo, en esa acción externa dirigida a los objetos, tanto la precisión como el resultado esperado de dicho ordenamiento, no surgirán si no media la convicción interna (o compromiso) de quienes deben regirse con responsabilidad para cumplir las pautas que definen el orden de dichos objetos. De igual manera, si bien un equipo de bomberos debe regirse por un protocolo frente a un siniestro, como también en otras tareas que se rigen por la precisión, tal ordenamiento, aún cuando esté preceptuado, requiere que los procedimientos sean aplicados desde la convicción, la responsabilidad y el compromiso de los actores intervinientes. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con más razón aún, el orden no puede ser impuesto cuando la acción, en lugar de estar dirigida a los objetos, se dirige a un sujeto. Paradójica y lamentablemente, la tentación de imponer un orden pre-establecido desde el exterior es una propensión en quienes coordinan grupos de aprendizaje. En tal caso, se advierte con nitidez la contraposición entre la imposición y la convicción. Por su naturaleza, la convicción constituye un acto de conciencia ejercido de manera autónoma por el sujeto. Tal ejercicio promueve el orden por vía de auto-disciplina y auto-organización. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Como se puede observar, el mito de la disciplina y del orden aparente se sostiene en un falso concepto del sujeto, al reducirlo a una expresión que soslaya la auto-conciencia y la autonomía como condiciones necesarias para asegurar y sostener un principio de orden en los procesos. En virtud de que el proceso pedagógico requiere disciplina para acceder al conocimiento, éste no se construye por azar ni imposición, sino con método y rigurosidad. Por tal motivo, la disciplina que conlleva todo método, adopta la forma de auto-disciplina y auto-organización, tal como lo exigen los procesos cognitivo y de aprendizaje.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Una mente manejada externamente es una ficción; la mente responde a los dictados de la subjetividad y se expresa en la conciencia e íntima convicción. Manipular la mente es desnaturalizar su función, además de impedir el proceso creativo y constructivo de la función de pensar. Por eso, cuando nos referimos a la mente incorporamos el concepto de autonomía y disciplina bajo la forma de auto-organización del pensamiento.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando la manipulación mental se direcciona según un falso concepto de disciplina, nivela las mentes hacia un pensamiento uniforme y parejo. Con ello desaparece la verdadera disciplina y la inteligencia cae en franca desorganización de sus funciones y operaciones, pues el sujeto no piensa, no razona, no analiza ni compara; simplemente acata las imágenes y pensamientos provenientes del exterior. Esto genera rigidez, una disfunción que coloca a la mente en bipolaridades conceptuales por vía de antagonismos y relaciones unívocas, cuya linealidad destruye la posibilidad de comprender el dinamismo de la propia vida y de las acciones humanas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Una mente rígida puede aparecer ordenada y previsible para muchos, pero tal rigidez oculta el peor desorden: el desorden mental. El mito del orden aparente promueve un verdadero desorden, pues paraliza el ejercicio de la capacidad del sujeto para interpretar con flexibilidad y lucidez los permanentes cambios y fluctuaciones de la realidad. Dado que es imposible manejar la conciencia del sujeto, de ello resulta que todo intento o pretensión de imponerle un orden puede terminar en anarquía mental. Porque el orden es, de por sí, adaptativo y creativo, inexorablemente se apoya y enriquece en la convicción de un sujeto autónomo.</div>
<br />
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px;">
<div style="text-align: right;">
<b>Dr. Augusto Barcaglioni</b></div>
</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px;">
<span style="font-size: xx-small;"><b><br /></b></span></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px;">
<span style="font-size: xx-small;"><b><br /></b></span></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px;">
<span style="font-size: xx-small;"><b><br /></b></span></div>
<span lang="ES-AR" style="font-size: 12pt;"></span><br />
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: center;">
<span lang="ES-AR"><span style="font-size: xx-small;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 14px;"><b>(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia </b></span><b style="line-height: 14px;">los </b></span><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: xx-small;">temas más sensibles y críticos)</span></b></span><br />
<span lang="ES-AR"><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></b></span></div>
</div>
Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-63495835601559298372015-02-23T12:52:00.001-03:002015-02-23T17:15:31.367-03:00No todos podemos tener la razón<h2 style="text-align: center;">
Cuando nos equivocamos por creer tener la razón</h2>
<div style="background: white; line-height: 15.1pt; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; vertical-align: baseline;">
<i><span style="font-size: 13pt;"> </span></i><b style="line-height: 15.1pt; text-align: center;"><span style="font-size: 13pt;"> </span></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="background: white; line-height: 15.1pt; margin-bottom: 11.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7auLtsd2TlCa6JwG8qt26Rm2hwjJLkXcXFvDQ5q0GJGNLRzx4x_B3eKdFqEcjoQg2YqCJQXYgM9R03joPCXQ4oSgpXzKKpa01mVzFl2wn_5qDoXI13EtHcderJqcH0r_7Yv6LKKluzAqi/s1600/soga.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7auLtsd2TlCa6JwG8qt26Rm2hwjJLkXcXFvDQ5q0GJGNLRzx4x_B3eKdFqEcjoQg2YqCJQXYgM9R03joPCXQ4oSgpXzKKpa01mVzFl2wn_5qDoXI13EtHcderJqcH0r_7Yv6LKKluzAqi/s1600/soga.png" height="149" width="200" /></a></div>
Uno de los habituales generadores
de discordias y conflictos de la
vida cotidiana provienen de quienes sienten tener la razón en todo. Pero la sensación de tener razón puede
conducir a severos errores cuando el sujeto carece de la capacidad para
advertir los cambios y variaciones de sus allegados y no es cauto para tolerar y
reconocer tales cambios. Por eso, la sensación de tener la razón es paradojal y
nunca debe apresurar a quien la posee.</div>
<div style="background: white; line-height: 15.1pt; margin-bottom: 11.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="line-height: 15.1pt;"></span></div>
<a name='more'></a>Esto requiere el ejercicio de una conciencia atenta al
cambio de la realidad y de una<span style="line-height: 15.1pt;"> </span><span style="line-height: 15.1pt;">modestia
que no recurra al apuro ni a la imposición. De allí que no basta
con tener razón. Es necesario tener ciertas cualidades que no la hagan
malograr por no saber manejar ni entender los innumerables detalles que rodean
la vida y la relación con los demás. De lo contrario, tener razón desconociendo
los matices de la realidad propia y circundante, implicaría el
riesgo de desviar el camino de la verdad</span><span style="line-height: 15.1pt;"> y </span><span style="line-height: 15.1pt;">sembrar
más caos. </span><br />
<div style="background: white; line-height: 15.1pt; margin-bottom: 11.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<o:p></o:p></div>
<div style="background: white; line-height: 15.1pt; margin-bottom: 11.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
El tener razón desencadena una serie de estados
psico-emocionales que, en muchos casos, no configuran una cualidad sino un
riesgo. En tal sentido, podríamos enumerar algunos comportamientos frecuentes
que se presentan en la vida cotidiana de quienes creen o sienten tener razón:<o:p></o:p></div>
<ul style="margin-top: 0cm;" type="disc">
<li class="MsoNormal">Debilidad:
quienes tienen razón y no la hacen valer </li>
<li class="MsoNormal">Soberbia:
quienes tienen razón y la hacen valer con rigidez</li>
<li class="MsoNormal">Vanidad:
los que sienten que tienen razón y hacen ostentación de ello</li>
<li class="MsoNormal">Indiscreción:
los que tienen razón y la divulgan de manera imprudente</li>
<li class="MsoNormal">Falta
de tacto: quienes sienten tener razón, y probablemente la tengan, pero
insisten y presionan a los demás para que la acepten, dando lugar al
avasallamiento</li>
<li class="MsoNormal">Necedad:
quien tiene razón y, con ella en la mano, condicionan a quienes lo rodean
para que lo admiren, </li>
<li class="MsoNormal">Arrogancia:
el que tiene razón y humilla por vanidad</li>
</ul>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="background: white; line-height: 15.1pt; margin-bottom: 11.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Como vemos, ante las diferentes circunstancias que se
presentan en la vida, en el trato con los demás surge el problema de quién o
quiénes tienen razón. Aquí podría radicar el germen de la discordia, de la
competencia, de la manipulación y de la envidia entre los seres humanos.<o:p></o:p></div>
<div style="background: white; line-height: 15.1pt; margin-bottom: 11.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Esto significa que se requiere, aparte de tener razón, algunas
cualidades para que la posesión de la razón no se vea opacada o marchitada por
los comportamientos enumerados en quien dice poseerla. Pues cualquiera de las
deficiencias mencionadas anula el mérito de tener razón y coloca al poseedor en
situación desfavorable.<o:p></o:p></div>
<div style="background: white; line-height: 15.1pt; margin-bottom: 11.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
El valor de poseer la razón en algo no es suficiente si no
se posee tacto y delicadeza para esperar y dar tiempo a la comprensión de dicha
razón por parte de los demás. Quien es consciente de la razón que posee, siente
el deseo de vincularse con quienes lo escuchan y de observar de manera objetiva
y serena sus intereses e intenciones. Fundamentalmente, quien tiene razón debe
saber observarse a sí mismo a fin de no caer en el apresuramiento y en la
falta de ubicación y oportunidad en el momento de formular una expresión o
comentario.<o:p></o:p></div>
<br />
<div style="background: white; line-height: 15.1pt; margin-bottom: 11.25pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Y si a ello se agrega el caso de tener que tratar con aquellos
que también sienten tener razón, la exigencia de ser sutil y preciso en la
observación se hace evidente. De allí que quienes advierten que tienen razón y
son cautelosos frente a los demás, poseen los atributos propios de la persona
ubicada y modesta.<o:p></o:p></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: justify;">
<div style="text-align: right;">
<b>Dr. Augusto Barcaglioni</b></div>
</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: justify;">
<span style="font-size: xx-small;"><b><br /></b></span></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: justify;">
<span style="font-size: xx-small;"><b><br /></b></span></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: justify;">
<span style="font-size: xx-small;"><b><br /></b></span></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: center;">
<span lang="ES-AR"><span style="font-size: xx-small;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 14px;"><b>(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia </b></span><b style="line-height: 14px;">los </b></span><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: xx-small;">temas más sensibles y críticos)</span></b></span></div>
Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-46883144156918684012015-02-09T16:10:00.001-03:002015-02-09T16:12:16.467-03:00Aprender a dominar el ego<h2 style="text-align: center;">
Cómo lograr la aceptación de sí mismo</h2>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhf_7JBmayURvVj9i-96CEZO0Odf6rZFbmhB69iDVtFb4eEuQhDXURY-LZnTWy339A49DidLGJrVOS0rKcWYVoOqrxnegCD15jsvqJZzEa8Sq_6UimyYu6Mg9laF7aQ0KmqgoEK3H9S6oW0/s1600/apariencias.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhf_7JBmayURvVj9i-96CEZO0Odf6rZFbmhB69iDVtFb4eEuQhDXURY-LZnTWy339A49DidLGJrVOS0rKcWYVoOqrxnegCD15jsvqJZzEa8Sq_6UimyYu6Mg9laF7aQ0KmqgoEK3H9S6oW0/s1600/apariencias.jpg" height="150" width="200" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="text-align: justify;">Muchos no advierten que vivir para satisfacer
el propio <b>ego</b> constituye una seria desventaja para sí mismos y para los demás. El
ego, que busca revestirse de ostentaciones y apariencias, es incansable en la
búsqueda de ser cada vez más poderoso y de tener todo para sí mismo. Es el
disfraz y la máscara que nos cubre frente a otros como un recurso inadvertido
para ser aceptados y valorados. Aunque sea por apariencia, a veces nos
conformamos con las migajas brindadas por los demás, hasta que se descubra lo
que realmente somos. En tal sentido, diríamos que la búsqueda de ese disfraz es
la fiel expresión de la </span><b style="text-align: justify;">debilidad</b><span style="text-align: justify;"> y de
la poca </span><b style="text-align: justify;">confianza</b><span style="text-align: justify;"> y </span><b style="text-align: justify;">valoración</b><span style="text-align: justify;"> de nosotros mismos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
<a name='more'></a><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Como valemos poco, el disfraz nos salva de las
críticas de los observadores imaginarios. Por eso, el ego no soporta la verdad y
no nos deja ver la realidad de lo que efectivamente somos. De esta manera, la
energía de nuestro propio ser interno queda opacada e inactiva, al punto de
anular, desmerecer o achicar la imagen de nosotros mismos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">En estas condiciones, el sujeto bloquea su
energía de crecimiento y queda en manos de los múltiples factores de <b>alienación </b>que rodean su cotidianeidad,
creyendo ilusoriamente que sus disfraces se identifican con su vida. El <b>consumo</b> de novedades, la ambición por
poseer, el lucimiento de la personalidad a través del prestigio, son los
ingredientes que potencian y agrandan cada vez más la avidez de un ego
avasallante e insaciable. El ego aparece, así, como una estructura superpuesta
que se yuxtapone a la vida genuina sin dejarla evolucionar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Para consolidar tales <b>apariencias</b> y asegurar la omnipotencia de su ego, el sujeto vivirá
permanentemente ocupado en un trabajo que consolide el estatus logrado como el
mayor de los trofeos bajo la endeble <b>aprobación</b>
de los demás. Mientras tanto, el ser interno, aún en su achicamiento, emerge de
vez en cuando para reclamarle al sujeto su <b>liberación</b>.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Será la <b>conciencia</b>
del sujeto quien decida descubrir esa <b>máscara</b>,
construida desde afuera de su vida individual y la que podrá rescatar ese ser
interno que pugna por expresarse aún en su creciente pequeñez. Por eso, tal
liberación exige volver al propio centro de gravedad, a la <b>autonomía de pensamiento</b> y a la eliminación de todo aquello que fue
sustituyendo la realidad del sujeto a través de las apariencias. Achicar el propio
ego para liberar nuevas energías será el mayor desafío evolutivo de quien
busque su crecimiento y desarrollo personal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Ello, a condición de eliminar todo aquello que
no somos nosotros y de volver a la fuente de energía que nos identifica y nos
hace ser lo que efectivamente somos. Este es el fundamento de la <b>aceptación de sí mismo</b> y la base de la <b>modestia</b>. Quienes no se aceptan
reniegan de lo que son porque no hicieron las paces con su propia realidad. Por
eso, viven una vida hipotecada por los condicionamientos culturales y sociales
y por los prejuicios de la moda que potencian la vanidad y la soberbia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Descubrir que nada nos sustituye y que podemos
ser felices sin la aprobación y aceptación ajenas, es el punto de partida para
construir los nuevos cimientos de una vida plena, creativa y autónoma. Ello
configura el verdadero estado de felicidad, sin necesidad de apelar a recursos
externos incitados por la <b>cultura
consumista</b> y por la exitosa <b>industria
de las apariencias</b>. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR">Ver: <a href="http://barcaglioni.blogspot.com.ar/2014/03/volver-ser-uno-mismo.html" target="_blank">Volver a ser uno mismo</a></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: justify;">
<div style="text-align: right;">
<b>Dr. Augusto Barcaglioni</b></div>
</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: justify;">
<span style="font-size: xx-small;"><b><br /></b></span></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: justify;">
<span style="font-size: xx-small;"><b><br /></b></span></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: justify;">
<span style="font-size: xx-small;"><b><br /></b></span></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: center;">
<span lang="ES-AR"><span style="font-size: xx-small;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 14px;"><b>(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia </b></span><b style="line-height: 14px;">los </b></span><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: xx-small;">temas más sensibles y críticos)</span></b></span></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 11.8800001144409px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: center;">
<span lang="ES-AR"><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span></b></span></div>
Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-60924590461623779752014-12-16T11:55:00.001-03:002014-12-16T12:09:12.401-03:00El equilibrio ante el resentimiento y el fracaso<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></div>
<h2 style="text-align: center;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">
El odio como falta de confianza en si mismo</span></h2>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJ1YjT16BUPKzex7zdd2c2ikYgOtkl2L7tcDmmeFHuck8q9wyrex-fMfZaoMLcZx4utT9kDqFTSLfq4ogK3ETbCOksDri_5bpLA3ED10iyG5p_JeRszW8WBnlY_Yn8mcLwZgRSZoW8Zxu4/s1600/resentimiento.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJ1YjT16BUPKzex7zdd2c2ikYgOtkl2L7tcDmmeFHuck8q9wyrex-fMfZaoMLcZx4utT9kDqFTSLfq4ogK3ETbCOksDri_5bpLA3ED10iyG5p_JeRszW8WBnlY_Yn8mcLwZgRSZoW8Zxu4/s1600/resentimiento.jpg" height="197" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Frente
a las cosas que salen mal, ante los proyectos que fracasan y ante las situaciones
que provocan cierta vergüenza y dolor, los seres humanos tienen una tendencia a
calmar y a pretender olvidar lo que les hace sufrir. Así, viven durante mucho
tiempo <b>distraídos</b> por la anestesia
de un <b>sufrimiento </b>que no pueden
olvidar, lamentando y contagiando ese <b>descontento</b>
al entorno circundante. <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Muchos
llegan al <b>auto-engaño</b>, buscando
afuera una serie de explicaciones sin tratar de hacerlo dentro de ellos mismos.
Esto ocurre cuando sienten que lo que les está ocurriendo, o les ocurrió,
responde a la mala suerte, a las decisiones de otros o a un <b>destino implacable</b> del que no es fácil
escapar. <o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"></span></span></div>
<a name='more'></a><span style="font-family: Verdana, sans-serif; line-height: 115%; text-align: justify;">Frente
al dolor, al fracaso y a las pérdidas, no todos responden de la misma manera:</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</div>
<ul>
<li style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Una mayoría significativa
apela con rapidez a la <b>culpa ajena</b>,
atribuyendo a <b>causas externas</b> el
fracaso o las pérdidas sufridas. Así, algunos se desligan de la situación
buscando siempre un responsable externo o cayendo en la creencia de que la <b>mala suerte </b>los perjudicó y les jugó
una mala pasada. Por eso, la gran mayoría recurre a la idea del <b>destino</b> para explicar con cierta
elegancia sus fracasos.</span></li>
<li style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">En el extremo opuesto, están
quienes se hunden en el dolor y el sufrimiento, provocando en ellos mismos con
cierta <b>rigidez</b> un <b>reproche pernicioso y estéril</b>. Para
ello, recurren a su <b>fantasía</b> creando
explicaciones y <b>escenarios sombríos</b>
que seguramente no se concretarán.</span></li>
<li style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Muy pocos tratan de observarse
internamente para ver, con <b>objetividad y
ecuanimidad</b>, qué <b>actitudes y
descuidos personales</b> los condujo a la situación adversa. Es cuando
comienzan a ser <b>conscientes de su propia
realidad interna</b>, al tiempo que advierten que los episodios externos no
pueden ser dominados en el <b>desquicio </b>y
el <b>desorden mental</b>.</span></li>
<li style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">A partir de este modelo de
pensamiento, y ya de manera excepcional, algunos encuentran en el hecho fallido
y doloroso una <b>oportunidad de
aprendizaje</b>, transformando el problema mediante la alquimia que otorga la <b>comprensión </b>y el <b>conocimiento de sí mismo</b>.</span></li>
</ul>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Quienes
pertenecen a los dos primeros grupos, es probable que alberguen un <b>resentimiento</b> (y hasta <b>odio</b>) que proviene del <b>dolor no comprendido</b> ni aceptado. Al
carecer de <b>confianza</b> en la propia <b>capacidad</b>, no se atreven a comprender ni
a enfrentar las <b>causas reales</b> y se
refugian en explicaciones justificatorias y en la imagen del dolor que la vida
les provocó. Esto explica por qué muchos
quedan clausurados en el recuerdo del dolor sin poder salir del mismo. <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ello
ocurre porque carecen de capacidades y de conocimientos para mantener la <b>lucidez </b>y<b> </b>la confianza<b> </b>en medio
de esos temporales oscuros y hasta temibles. Pero cuando el <b>sujeto </b>recupera su <b>autonomía</b> y <b>estabilidad emocional,
</b>esos hechos adversos no podrán debilitarlo ni hacerle perder energías y
alegría<b>. </b>Para ello, deberá aprender
a enfrentar el vacío insoportable provocado por la <b>insatisfacción</b> y el <b>sufrimiento</b>.
Tal <b>aprendizaje</b> se puede lograr gradualmente
con constancia y con pequeñas dosis de <b>confianza
en sí mismo</b>. <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Un caso
inverso, que obedece al exceso de confianza, se presenta en quienes imaginan
que el fracaso, la enfermedad, la soledad, la pobreza y cualquiera de las
múltiples formas del dolor humano, nunca les afectará. Convencidos de que el
mundo permanece fijo y estable, se inmovilizan con la <b>engañosa ilusión</b> de que todo está bien, creyendo en la aparente permanencia
de la <b>vida confortable</b> que suponen
vivir. Con el tiempo, el <b>hastío
paradojal</b> de esa <b>seguridad aparente</b>,
emergerá en la vida de muchos sin dar explicación alguna.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Si los
individuos aprenden a<b> </b>confiar en sí
mismos, la vida les estará ofreciendo nuevas<b> formas de auto-realización</b>. Si frente a las condiciones
amenazantes el sujeto logra tal aprendizaje, seguramente podrá iniciar y
recorrer un camino creativo y sin resentimientos, <b>odios</b>, ni rencores. Por eso, para evitar la decepción en unos casos
y el hastío en otros, cada individuo debería <b>aprender a pensar </b>y tender a un<b>
equilibrio emocional</b> que le permita producir una suerte de alquimia liberadora
ante el fracaso, el dolor y las diferentes expresiones del sufrimiento.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">En tal
sentido, el <b>trabajo formativo</b> de la <b>educación</b> ha de estar permanentemente
orientado al <b>desarrollo del sujeto </b>a
fin de que aprenda a <b>pensar </b>y a lograr
mayor <b>confianza en sí mismo. </b>Ello
permitirá a los jóvenes afrontar la adversidad de manera <b>constructiva</b> y ejercer con acierto su <b>capacidad de adaptación</b> sin comprometer su <b>autonomía de pensamiento</b> ni afectar su<b> estabilidad emocional.</b></span> <span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b><br /></b></span></span>
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b><br /></b></span></span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: right;">
<b>Dr. Augusto Barcaglioni</b></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: right;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: right;">
<span style="font-size: xx-small;"><b><br /></b></span></div>
<span lang="ES-AR" style="line-height: 18.3999996185303px;"></span><br />
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: right;">
<div style="text-align: center;">
<span lang="ES-AR"><span style="font-size: xx-small;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 14px;"><b>(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia </b></span><b style="line-height: 14px;">los </b></span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span lang="ES-AR"><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: xx-small;">temas más sensibles y críticos)</span></b></span></div>
</div>
</div>
</div>
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"></span><br />
<div style="line-height: normal; text-align: justify;">
</div>
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b><br /></b></span></span>
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: 'Times New Roman'; font-size: medium; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; margin: 0px; orphans: auto; text-align: start; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: auto; word-spacing: 0px;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 18.3999996185303px;"></span></div>
</div>
</div>
Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-699828292705767882014-11-26T13:49:00.001-03:002014-11-26T17:42:13.575-03:00Anorexia emocional y obesidad mental<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7Pcn79SWUnwHNQwJD9YRLYTKViZ_RrTugOK_rhaqByyPearJmgyW36pjU19PzQOzAnKFg-1653IX5_KhFCi-Enfu7IcAgQ5dR5wcF2nKNKF_ASB-GTvhzn10pPNzloY2FDmNfj5SfS6EB/s1600/motion.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7Pcn79SWUnwHNQwJD9YRLYTKViZ_RrTugOK_rhaqByyPearJmgyW36pjU19PzQOzAnKFg-1653IX5_KhFCi-Enfu7IcAgQ5dR5wcF2nKNKF_ASB-GTvhzn10pPNzloY2FDmNfj5SfS6EB/s1600/motion.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">El
permanente <b>descontento</b> e <b>insatisfacción</b> con que muchos
individuos transitan sus días, generan una suerte de <b>anorexia emocional y obesidad mental </b>que afectan la <b>autonomía</b> y la capacidad de disfrute en
lo familiar, laboral y personal. Esto explica por qué gran parte de los jóvenes
y adultos viven sumergidos en un estado de ansiedad provocado por la falta de <b>confianza en las propias capacidades</b> y
por las angustias del no reconocimiento y de la no aprobación social. Este es
el caldo de cultivo de la sumisión y la pasividad de un sujeto que se ve
impedido de reconquistar el propio <b>espacio
de intimidad </b>y de acceder a la felicidad de una <b>vida autónoma y creativa</b>.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"></span></span></div>
<a name='more'></a><div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">La
idolatría de la imagen social y del rol laboral aparece como referente
implacable que da sentido y somete la vida cotidiana al catálogo de las costumbres vigentes. Así, la mente de cada
persona queda condicionada por el <b>consumo
de estereotipos</b> validados por la frivolidad de una moda aceptada con
reverencia. De allí la<b> aceptación sin
crítica</b> de numerosos <b>modelos de vida</b>
que terminan por usurpar el <b>sitio de la
conciencia</b> y de la propia verdad.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Todo
ocurre según formatos externos certificados por las pautas y creencias sociales
sobre el éxito, el fracaso, el confort y la opulencia. De allí que las <b>formas estereotipadas </b>del prestigio y
de la aceptación social<b> </b>reducen la
vida al <b>consumo compulsivo</b> de bienes
y valores para lograr la aprobación de terceros y satisfacer el ego sin conocer
aún el propio <b>mundo interno</b>. Aquí
emerge la <b>violencia de la uniformidad</b>
a través del efecto nivelador que los estereotipos inculcados ejercen en la <b>mente del sujeto</b>. <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">En
tanto, el yo aspira a pulir y a buscar el brillo de las apariencias que se fueron
gestando por la uniformidad mecánica en el pensar, en el sentir y en el obrar.
Esto explica por qué el <b>estereotipo </b>del
personaje de moda provoca un <b>impacto
mental uniforme y</b> genera la incapacidad de los individuos para pensar por
sí mismos. Sin la actividad ni agilidad de la <b>propia iniciativa</b>, la inteligencia termina en el sedentarismo de un
<b>pensamiento monótono y repetitivo</b>.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">De esta
uniformidad, convencionalmente establecida de antemano y paradójicamente
impuesta por las formas desviadas de la cultura y la educación, surge la incondicionalidad
y la<b> sumisión mental </b>a los “formatos” rutinariamente aceptados por un imaginario social que postula la adhesión a
formas estáticas y a concepciones elaboradas por otros. La <b>pereza mental </b>y la<b> holganza
para pensar </b>constituyen, así, los ingredientes de una <b>inteligencia pasiva y lenta</b>, cuya obesidad le impide <b>pensar con agilidad y creatividad</b>. <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif; line-height: 115%;">De esta manera, los afectados por la creencia de
que nada puede cambiar, actúan, piensan y hablan siempre igual, bajo la </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif; line-height: 115%;">engañosa ilusión </b><span style="font-family: Verdana, sans-serif; line-height: 115%;">de que el mundo
permanece fijo y estable. Adolecen de una confianza pueril en la permanencia de
una vida estática y cómoda y soslayan la </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif; line-height: 115%;">formación
de nuevas capacidades</b><span style="font-family: Verdana, sans-serif; line-height: 115%;">, ignorando que la rutina y la comodidad son los
gérmenes de la esterilidad sensible, de la falta de voluntad y del
oscurecimiento de la mente.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></span>
</div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: right;">
<b>Dr. Augusto Barcaglioni</b></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: right;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: right;">
<span style="font-size: xx-small;"><b><br /></b></span></div>
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;"></span><br />
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: right;">
<div style="text-align: center;">
<span lang="ES-AR"><span style="font-size: xx-small;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 14px;"><b>(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia </b></span><b style="line-height: 14px;">los </b></span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span lang="ES-AR"><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: xx-small;">temas más sensibles y críticos)</span></b></span></div>
</div>
</div>
</div>
<span lang="ES-AR" style="line-height: 115%;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-AR" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-11785858177473984822014-10-15T17:31:00.000-03:002014-10-15T17:39:45.643-03:00Los condicionamientos de la mirada ajena <h2 style="text-align: center;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los personajes que creamos y someten nuestra vida</span></h2>
<div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<br />
<div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMFqitnVVPe-Dhg55KqRVFiTc3ZztwLF_iaJHa8LjbUWFej4j3ND2gVm7qRY9cflgAoMkIRLLgV58UqHeRcfey9T2AKn1bFRnpU2YR8yvkuYy0vNVGISemhjpujwz4huGDhogvBAgl7gqt/s1600/personalidad_mente.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMFqitnVVPe-Dhg55KqRVFiTc3ZztwLF_iaJHa8LjbUWFej4j3ND2gVm7qRY9cflgAoMkIRLLgV58UqHeRcfey9T2AKn1bFRnpU2YR8yvkuYy0vNVGISemhjpujwz4huGDhogvBAgl7gqt/s1600/personalidad_mente.jpg" height="200" width="200" /></a></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">En la vida corriente, es muy común observar que a las personas se les presenta una alternativa implacable. Por un lado, abandonarse a la iniciativa ajena y, por otro, decidir tomar iniciativas como sujeto creativo, consciente y autónomo. Cuando se abandona la iniciativa propia, se pierde la autonomía para pensar, emergiendo un estado de sumisión donde el sujeto es manejado por personajes que lo esclavizan y le hacen perder su espacio de auto-realización. El sujeto creativo, en cambio, modela su propia escultura personal, tratando que su pensar y su sentir converjan a un estado de actividad fecunda, constructiva y sin intermediación de personaje alguno. </span><br />
<a name='more'></a><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />Los personajes, como tales, se albergan en la vida de cada individuo de manera despótica y constituyen verdaderos condicionamientos, dado que manejan la iniciativa personal, obnubilan la inteligencia y atomizan la sensibilidad, sometiendo al sujeto al consumo de novedades, a la rutina y a la monotonía. Dichos personajes no son solamente externos, sino que también co-habitan con el propio individuo, dando lugar a agitaciones y perturbaciones emocionales que externamente suelen no advertirse. <br /><br />Aquí se manifiesta aquella alternativa implacable de todo ser humano: o se somete pasivamente a los “personajes” que responden a las formas externas que presenta la cultura corriente y a los condicionamientos internos de sus delirios y fantasías o, por el contrario, ejerce su autonomía de pensamiento y decide por sí mismo como sujeto capaz de resistir los intentos de sustitución de su iniciativa. <br /><br />Desde el punto de vista pedagógico, diríamos que el sujeto, condicionado por el temor, la manipulación externa, el consumismo de la moda, los bloqueos del prejuicio, la cultura y las formas rutinarias de vida, queda inmovilizado al perder su capacidad atencional y dejar de pensar por sí mismo. Además, la pérdida de autonomía mantiene su inteligencia en una suerte de inercia, simulada por los movimientos aparentes de la ofuscación y la agitación. <br /><br />Con relación al personaje interno, en la vida cotidiana observamos, tanto en la experiencia propia como ajena, que actuamos en función de un estereotipo que en todo momento busca compulsivamente el éxito, el placer bajo sus diferentes formas y la aprobación ajena. Ese personaje seduce y hasta genera mucha envidia en los demás. Es el estereotipo con el que, a partir de ciertos éxitos, halagos, alabanzas, admiraciones o triunfos, nos hemos identificado creyéndonos ser nosotros mismos. Es el disfraz que registra atentamente todo aquello que desde el exterior halaga el amor propio y la vanidad, cayendo en una creencia que anestesia y deforma la percepción real de nosotros mismos. ¿Acaso tales desvíos no le ocurren al ejecutivo triunfador, al catedrático que deslumbra, al amante seductor, al comerciante opulento que no supieron llegar al conocimiento de sí mismos? <br /><br />Por otra parte, la imagen social y el rol laboral se comportan como verdaderos soporte y andamiaje del personaje externo con que actuamos. Por eso, cuando un suceso adverso irrumpe en la vida del sujeto, puede generar en él un profundo vacío e inestabilidad por la afectación del personaje que manejó su vida y le impidió su autonomía. En tales casos, ese personaje, inconmovible hasta ese momento, se hace trizas ante lo inesperado y sorpresivo. <br /><br />Cuando la vida pareciera fragmentarse y hacerse añicos en los fracasos, en las enfermedades, en la soledad, en el abandono, en la pobreza o en cualquiera de las múltiples formas del dolor humano, el personaje exitoso que éramos queda destruido en el nihilismo y en la sensación de un futuro oscuro. Entonces, aparece un punto de bifurcación: o se abandona el personaje con todos sus disfraces o se buscan nuevos personajes con nuevas características. En este último caso, y bajo la creencia de una auténtica renovación, el individuo podría seguir buscando nuevos disfraces para compensar al personaje destruido anteriormente. Es el canje que aquél hace para mantener su halago aún a costa de la auto-destrucción y la pérdida de la condición de sujeto.<br /><br />Pero cuando decide abandonar cualquier forma de personaje, inicia su propio camino como sujeto en la desnudez de su verdad. El opacamiento de la confusión anterior cede su paso a la lucidez de una inteligencia que puede leer en profundidad y a la intensidad de un sentir fecundo que lo comunica y vincula con los demás seres. Es, precisamente, en ese punto aparentemente siniestro donde el sujeto podría resolver una de las paradojas más trascendentes del ser humano. Es la paradoja que convierte el fracaso en posibilidad, el sufrimiento en comprensión, la oscuridad en luminosidad y el vacío en aprendizaje. <br /><br />Todo comienza cuando la inteligencia comprende y aprende a pensar frente al claroscuro inherente a una vida en constante movimiento. Ser dueño de sí mismo, prepararse para vivir y pensar con autonomía y recuperar la propia medida, son formas de evitar el vacío después de haber sufrido un fracaso o de haber cumplido con éxito una función. Así, rodeado de la amenaza de lo incierto el sujeto, liberado de sus personajes, podrá iniciar y recorrer creativamente el camino de su propia superación sin ceder a otros su escultura personal ni hipotecar su territorio.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<br />
<div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><b>LINKS RELACIONADOS</b></span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><a href="http://barcaglioni.blogspot.com.ar/2014/03/volver-ser-uno-mismo.html" target="_blank">Volver a ser uno mismo</a></span><br />
<a href="http://barcaglioni.blogspot.com.ar/2014/02/como-lograr-ser-el-que-quiero-ser.html" target="_blank"><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;">Como lograr ser el que quiero ser</span></a><br />
<br /></div>
<div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16.6319999694824px; text-align: justify;">
<div style="text-align: right;">
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: right;">
<b>Dr. Augusto Barcaglioni</b></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><b><br /></b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><b><br /></b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"><b><br /></b></span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<div style="font-size: medium; line-height: normal;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-AR"><span style="font-size: x-small;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 14px;"><b>(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia </b></span><b style="line-height: 14px;">los </b></span><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: x-small;">temas más sensibles y críticos)</span></b></span></span></div>
<div style="font-size: medium; line-height: normal;">
</div>
</div>
</div>
</div>
</div>
<div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
</div>
</div>
</div>
Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-3367800972014788882014-09-03T17:07:00.001-03:002014-09-03T17:07:34.475-03:00El mito de la felicidad cotidiana<h2 style="text-align: center;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Entre el disfrute fugaz y la capacidad para disfrutar</span></h2>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />Se comenta habitualmente que la felicidad tiene un carácter esquivo, que es imposible lograrla y que se presenta siempre fugaz. De esta manera, casi todos tratan de convencerse de que con los pequeños detalles de la vida cotidiana, con la alegría que provoca la percepción de un paisaje, con un gesto sencillo, con la preparación de una buena comida o con la lectura de un libro, se pueden encontrar en tales situaciones fragmentos de felicidad. Esto podría explicar el hecho tan conocido de que, para estimular el consumo de un determinado servicio o bien, la publicidad apele a la confusa afirmación de que la felicidad está hecha de pequeños momentos. <br /><a name='more'></a><br />Si bien los pequeños momentos forman parte de una vida feliz, tal percepción resulta insuficiente y fragmentaria. Pues se confunden las sensaciones gratas, brindadas por un objeto o situación anhelada, con la felicidad genuina. Esta distorsión, que adscribe la felicidad a un estado de placer, sesgado por las sensaciones gratas otorgadas por ciertos objetos de turno o de moda, resulta ser un proceso engañoso que desencadena un vacío difícil de advertir en los momentos de gratificación. <br /><br />Cuando alguien disfruta de una situación o episodio, ello implica que se posee una capacidad de disfrute y una predisposición para captar con alegría los pormenores del hecho placentero. Pero el hecho placentero en sí no es la causa de la felicidad, por lo que habrá que indagar más a fondo acerca de la realidad que nos hace feliz. Si bien una puesta de sol provoca placer o alegría intensa, tal disfrute no permanecería estable si previamente no tenemos la disposición mental y sensible para disfrutarlo. En la medida que el sujeto tenga esa disposición estable para ser feliz, podrá disfrutar los pequeños momentos y no a la inversa, como pretende, en este último caso, quien deposita en objetos tangibles o, incluso, de corte espiritual, el acceso a la felicidad.<br /><br />Esto explica por qué tenemos momentos de alegría o disfrute en ciertas circunstancias y carecemos de esa posibilidad en muchas otras. Quienes carecen de esta capacidad o no advierten su disposición para ser feliz, caen en la ilusión de creer que la felicidad es un “producto” que se adquiere desde lo externo mediante objetos y situaciones que ejercen seducción y gran satisfacción. De allí que tanto el dinero, la conquista de una posición social, el lucimiento personal, los títulos académicos y las diferentes formas del éxito, se presentan como objetos de consumo que ilusoriamente generan en el sujeto un estado de felicidad cuya fugacidad guarda una relación directa con la falta de conciencia acerca de su realidad interna.<br /><br />De allí que cuando sentimos emociones gratas y estables ante un hecho concreto, las mismas surgen desde la realidad interna de quien advierte en sí mismo una comprensión superior acerca de sí mismo. Este estado de conciencia permite al sujeto disfrutar la aparición de posibles hechos felices en el transcurso de su vida. De esta manera, y en función de esta capacidad, los hechos de la vida cotidiana se van eslabonando entre sí, amalgamados por la estabilidad y equilibrio que brinda la conciencia de la capacidad para disfrutar.<br /><br />Es la capacidad interna (vislumbrada como alegría de la propia aceptación y como estado de gratitud ante la vida como fuerza constructiva), el fundamento de la felicidad y lo que permite enhebrar cada hecho o situación en un todo o ámbito de plenitud sensible configurado por la propia vida. Para ello, se requiere un estado de conciencia que permita al sujeto elevarse por sobre los hechos que brindan estímulos fugaces y fragmentos efímeros de felicidad y que no se los sabe comprender ni integrar a la propia vida. <br /><br />Ese estado elevado de conciencia nos permite advertir que no es posible ser feliz para determinados hechos y no serlo para otros. Sería el caso de quienes buscan un disfrute ilusorio en determinados bienes y valores, desechando hacerlo respecto de otros. Cuando se es realmente feliz, no hay exclusión de los bienes que se brindan al ser humano, dado que la capacidad de ser feliz por la comprensión y aceptación de la propia realidad y por el proceso de construcción de la escultura de sí mismo, se comporta como un elemento atractor que imanta a todos los bienes que rodean al sujeto y que le confieren la estabilidad del disfrute. <br /><br />Es decir, el sujeto es feliz por la capacidad que posee para atraer todos los hechos que aparecen en su vida. Esta es la explicación acerca de por qué sería incoherente que un individuo sea feliz con las pequeñas cosas cotidianas que se le presentan de manera aislada, inestable y al margen de la totalidad atractora que presenta la propia capacidad y disposición para ser conscientemente feliz.<br /><br />De aquí surge el mito de la felicidad cotidiana, que postula un bienestar por estimulación externa, sin atender la capacidad real del sujeto para acceder a la felicidad a partir de la percepción y conciencia de la propia vida. Por eso, sería más propio hablar de alegrías cotidianas y no de felicidades cotidianas. Las primeras provienen de la satisfacción ante la posesión de un bien externo; las segundas surgen del carácter atractor que ejerce la estabilidad de la propia capacidad para disfrutar. Las primeras son hechos comunes y gratos del momento; las segundas son, simplemente, una disposición estable a ser feliz ante las realidades superiores de la vida.</span><div>
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<b>Dr. Augusto Barcaglioni</b></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><b><br /></b></span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><b><br /></b></span></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"><b><br /></b></span></span></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-AR"><span style="font-size: x-small;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 14px;"><b>(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia </b></span><b style="line-height: 14px;">los </b></span><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: x-small;">temas más sensibles y críticos)</span></b></span></span><br />
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-AR"><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: x-small;"><br /></span></b></span></span></div>
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Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-5163442742809746282014-05-22T15:18:00.001-03:002014-11-26T17:40:28.144-03:00La contradicción humana <h2 style="text-align: center;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Entre la fuerza destructiva y la capacidad constructiva</span></h2>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"></span><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmI899zvTEejGB5lfpgkpK9w8yeLINwbwEmLCf3QHlnnCYVH-L6ZJ9VYQL2_zG_9GYxtffbuT8t-b4HxkAdlw2w_1vigUgv-azWvg_CVupWwPz4KCGey0U4nXrL0pxbS9T4dpnt9poQme7/s1600/contradiccoin+humana.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmI899zvTEejGB5lfpgkpK9w8yeLINwbwEmLCf3QHlnnCYVH-L6ZJ9VYQL2_zG_9GYxtffbuT8t-b4HxkAdlw2w_1vigUgv-azWvg_CVupWwPz4KCGey0U4nXrL0pxbS9T4dpnt9poQme7/s1600/contradiccoin+humana.jpg" height="267" width="320" /></a><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">En el campo de la conducta y de la amplia variedad de los comportamientos humanos, encontramos diferentes actitudes de los individuos que oscilan, a veces de manera contradictoria e inexplicable, entre dos extremos en lucha que manifiestan una constante fluctuación entre la fuerza destructiva y la capacidad constructiva ínsitas en toda psicología humana. Esto explica por qué es necesario el esfuerzo y la voluntad individual para dirimir una colisión interna de fuerzas y energías en constante lucha y oposición. </span></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">
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Si bien nadie ostenta la perfección absoluta al punto de actuar de manera rigurosamente precisa y acertada en todo momento y en todos los aspectos de la vida, tampoco nadie vive en una absoluta denigración que afecte la totalidad de su vida. En la experiencia del mundo interno de cada individuo se advierte un campo de energías en permanente contraposición y que, según su capacidad, formación y sensibilidad, el sujeto podrá resolver o encauzar en un sentido u otro. Es este mosaico disímil de las experiencias internas lo que diferencia a los individuos entre sí: </div>
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- Mientras unos actúan con generosidad y espontánea solidaridad, otros actúan con egoísmo y provecho propio. </div>
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<div style="text-align: justify;">
- Mientras unos cuidan los bienes del prójimo, otros los arrebatan para sí mismos. </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Mientras unos cuidan no ofender ni lastimar la dignidad de terceros, otros actúan sin delicadeza para mancillar la vida íntima de los demás. </div>
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- Mientras unos trabajan responsablemente para orientar sin engañar a un posible comprador, otros esgrimen estrategias de venta para seducir y confundir. </div>
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- Mientras unos viven de manera sencilla y transparente bajo el amparo de una austeridad conscientemente cultivada, otros concentran sus energías para atender las apariencias de un neurótico ritual social, caracterizado por la avidez y necesidad compulsiva de ser tenido en cuenta y valorado a cualquier precio por los demás. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Mientras el pudor y la sinceridad de algunos fortalecen los vínculos, el engaño de otros termina por afectar las emociones de quienes creen en los verdaderos valores. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Mientras unos despliegan una energía constructiva nacida desde lo más íntimo de su ser, otros despliegan una energía destructiva y estéril cuya fuerza impulsiva termina en el opacamiento y destrucción de los vínculos. </div>
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<br /></div>
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- Mientras algunos orientan su voluntad a la mejora personal, otros viven la vida con avidez destructiva y son capaces de desplegar sin compasión alguna su capacidad de daño. </div>
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<br /></div>
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Utilizando tales imágenes, surge el gran interrogante acerca de por qué unos y otros actúan de manera tan opuesta y disímil. Generalmente observamos sus comportamientos externos, pero no alcanzamos a comprender de dónde provienen ni por qué ni cómo se gestan. Al respecto, tendríamos que afirmar que tanto las conductas como los comportamientos, en general, están ligados a lo que el sujeto interiormente concibe e interpreta de su propia vida, a cómo la trata y si la cuida como algo que posea un valor trascendente y no efímero o trivial. </div>
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<br /></div>
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Así, la conducta de seres destructivos y propensos al daño surge de haber transformado la vida y la dignidad ajenas como cosas manipulables y sin valor alguno, al punto de generar un estado de indiferencia y cosificación de las relaciones y vínculos humanos. En el caso opuesto, la conducta que responde a la conciencia honesta, despliega una energía constructiva de respeto, tolerancia y honestidad inherente a todo ser humano consciente y responsable. Esto tiene una explicación y un fundamento cognitivo respecto de por qué mientras se genera agresión, ofensa, daño o destrucción en un caso, se cultiva el respeto, la generosidad, la tolerancia y la paciencia en otros. </div>
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<br /></div>
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De allí surge una consecuencia pedagógica de indudable alcance ético y social: quienes dominan a conciencia ese juego interno de energías contrapuestas y lo orientan a mejorar la propia conducta, difieren de aquellos que actúan con indiferencia por no advertir, o no querer advertir, ese juego de opuestos ante el cual no pueden, o no quieren, decidir el sentido de la acción correcta u honesta. Esto, al punto de que, quizás con cierta exageración según los casos, se llega a afirmar que tales desvíos de la conducta reducen la condición humana al estado primitivo y de incultura que caracteriza a los seres inferiores. Por tal razón, una educación orientada al desarrollo personal y a la búsqueda de la perfección resulta por demás insoslayable y evidente. </div>
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Por otra parte, la falta de conciencia conduce a vivir “compactado” y “fusionado” en una alianza permanente con una vida fácil, sin exigencias ni voluntad de superación y con la comodidad que brinda una satisfacción instintiva que dispensa pensar, reflexionar y actuar con responsabilidad. Salvo atisbos fugaces de reflexión sobre sí mismo, el delincuente seguramente vivirá compactado en ese estado primitivo que le impide pensar, ya que actúa a instancias de pulsiones incontrolables. Al no observarse a sí mismo, permanece fusionado en una suerte de “bloque” endurecido que lo hace insensible. En ese estado primitivo, orienta su vida y su conducta al daño como forma de supervivencia. </div>
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Ello no excluye los casos de quienes planifican con inteligencia acciones, actividades o delitos que requieren una precisión técnica adquirida por una formación profesional, y hasta de nivel superior, lograda al margen de la función social y solidaria del conocimiento. La experiencia muestra cómo profesionales graduados en el nivel superior de enseñanza ponen al servicio de intereses incompatibles con la ética y la convivencia humana sus destrezas y conocimientos, sea en el campo de la medicina, de la ingeniería, del derecho, de la economía, para beneficio e interés propio, familiar o de grupos. </div>
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Todos desean poseer; quien respeta su sensibilidad orienta su impulso de posesión a través del propio esfuerzo, la disciplina y la confianza en la capacidad que advierte en sí mismo. Quien daña a otros (o a sí mismo) para obtener un bien a toda costa (sea en términos de arrebato cuando se trata de bienes tangibles; sea en términos de difamación o inequidad) no ha desarrollado en sí mismo la capacidad de autorregulación. Por eso, quienes infringen la propia dignidad personal y la del prójimo carecen de estos mecanismos regulatorios y quedan a expensas de una fuerza que interiormente los domina para satisfacer anárquica y caóticamente sus impulsos y deseos. </div>
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<br /></div>
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Contrariamente, el hombre moralmente evolucionado habilita dentro de sí espacios de reflexión que, como rasgo evolutivo y promisorio para su vida, genera un ámbito dentro del cual tendrá que decidir su evolución en la lucha que surge del juego de aquellas energías en permanente contraposición. Esto lo diferencia y jerarquiza respecto de quien no posee principios evolutivos ni concibe su vida en términos de perfeccionamiento integral de su condición humana. De allí que aquél, en ese espacio de lucha reflexiva para superarse a sí mismo constantemente, hace de su vida algo superior y trascendente, en cuyo acontecer todo cambio y decisión son planteados desde la honestidad del proceder. </div>
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<br /></div>
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Esta dinámica de fluctuaciones internas configura una lucha ínsita en la condición humana y debe ser fortalecida por una educación superior que apele a la evolución de la conciencia. Como señalamos al comienzo, nadie nace en estado diáfano y de perfección absoluta e impoluta ni tampoco se da el caso inverso de absoluta imperfección y vacío. Se trata de una lucha creativa y promisoria a la que la humanidad tendrá que apelar para no ceder ante el nihilismo y el abandono.</div>
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Ver: <a href="http://barcaglioni.blogspot.com.ar/2013/09/entre-la-etica-de-la-conveniencia-y-la.html">http://barcaglioni.blogspot.com.ar/2013/09/entre-la-etica-de-la-conveniencia-y-la.html</a></span> <br />
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<b>Dr. Augusto Barcaglioni</b></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><b><br /></b></span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><b><br /></b></span></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"><b><br /></b></span></span></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-AR"><span style="font-size: x-small;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 14px;"><b>(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia </b></span><b style="line-height: 14px;">los </b></span><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: x-small;">temas más sensibles y críticos)</span></b></span></span><br />
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-AR"><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: x-small;"><br /></span></b></span></span>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-AR"><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: x-small;"><br /></span></b></span></span></div>
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Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-61016450074860600942014-03-17T16:41:00.000-03:002014-12-04T13:49:19.558-03:00Volver a ser uno mismo<h2 style="text-align: center;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">La intervención ajena en la propia escultura personal</span></h2>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"></span><br />
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"></span></div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfeMWaz0DcwOIC70fbRGhxK7mn0P86gN8EYoobrVrkuV6QMpH_jq6Y4RGEUUElWpq7i1nejmpQnaWr1oaKpCVil4FMpKcf-qyyp0NzjuXzHjd4DYlUCSIEzE7c1xZtRM8zb9Mq10nQXmVv/s1600/uno+mismo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Volver a ser uno mismo" border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfeMWaz0DcwOIC70fbRGhxK7mn0P86gN8EYoobrVrkuV6QMpH_jq6Y4RGEUUElWpq7i1nejmpQnaWr1oaKpCVil4FMpKcf-qyyp0NzjuXzHjd4DYlUCSIEzE7c1xZtRM8zb9Mq10nQXmVv/s1600/uno+mismo.jpg" height="208" title="Volver a ser uno mismo" width="320" /></a><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Quizás el verbo “volver” sea incorrecto o esté demás. Es como si alguna vez hubiésemos logrado ser uno mismo. Por ahora, esto no importa. Lo que interesa es que esta expresión alude a una situación anhelada por la gran mayoría y que adquiere virulencia creativa en la madurez o en el ocaso tardío de la vejez.</span></div>
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<a name='more'></a><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Para volver a ser uno mismo, o simplemente ser uno mismo, seguramente deberíamos des-aprender y despojarnos de lo que todavía mantenemos como adherencias o incrustaciones provenientes del exterior y que inciden en nuestro modo de ser, de pensar y de vivir. Las mismas se fueron adquiriendo sin tener en cuenta el latido genuino de la vida personal y adhiriendo al ruido estrepitoso de un deber ser impuesto por los parámetros de una vida que no percibió el valor y la riqueza de pensar y sentir como sujeto autónomo y principio de iniciativa. </span></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">
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Por eso, se trata de des-aprender para empezar a encontrarnos con nuestra realidad interior y con lo mejor de nuestro ser. Aprender de nuevo no es tan arduo como parece, pero exige ser consciente y observar las experiencias vividas en el trayecto recorrido. Para que ese camino constituya en el presente un tramo de aprendizaje evolutivo y de re-encuentro consigo mismo, debemos observar el estado mental que no nos hizo ser en plenitud lo que hubiésemos querido ser. Ello, sin excluir aquellos casos inversos relacionados con la confianza que generó en cada uno el vivir consciente y creativamente. Este aprendizaje constituye un bagaje inapreciable que podría dar impulso a nuevas decisiones y renovaciones de nuestra realidad personal.</div>
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Al respecto, existe una multiplicidad de enfoques y propuestas que apuntan a este rescate del propio ser, a cómo volver a ser uno mismo y lograr ser el que quisiéramos ser. Sea a modo de teorías, de reflexiones prácticas, de axiomas o aforismos, representan un intento de volver a las fuentes de uno mismo y de sacarse de encima aquello que no somos.</div>
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<br /></div>
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Tales intentos muchas veces quedan en la incipiencia, al no comprender que el rescate de la propia identidad constituye un recorrido complejo que no es reductible a la mera comprensión teórica o a vivencias emocionales fugaces. Salir de ese estado requiere la realización de un proceso sostenido e ininterrumpido que, partiendo del diagnóstico inicial sobre nuestras insatisfacciones y defectos, se logre transitar un camino de des-aprendizaje y de reversión de lo adquirido por imposición cultural, familiar o social. Revertir las consecuencias no deseadas de esa manera inconsciente y espuria del aprendizaje pasado, exige un cambio de conceptos que induzca a un cambio mental y a una vía de acceso mayéutico al conocimiento de sí mismo. </div>
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<br /></div>
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Conocerse a sí mismo sin aditamentos debería ser el objetivo central de padres y educadores a fin de que faciliten, siempre desde afuera y sin intromisiones, el desarrollo de las capacidades que permitan la búsqueda de aquello que será lo más adecuado para ser feliz y evolucionar. Esto es lo que reclama la vida de quienes se encuentran en estado de formación bajo el propósito de ser más. Este proceso, pedagógicamente considerado, exige una manifestación consciente de la sensibilidad y de lo que constituye la esencia de nuestro ser individual. Por las razones apuntadas, también exige reparar el daño de una sensibilidad bloqueada por no haber comprendido que la autonomía de pensamiento debería constituir el primer peldaño para facilitar el desarrollo ulterior y evitar perderse en los laberintos de una confusión destructora de la propia identidad.</div>
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En este proceso no lineal y asimétrico, con altibajos, contradicciones, conflictos y aprendizajes por ensayo y error, se vislumbra la verdadera felicidad. Las demás metas hacen al acceso a la satisfacción y al bienestar. Es así que por impericia, dejadez o comodidad, en muchos casos el sujeto excluye su acceso a la felicidad por limitar su vida a la búsqueda de un bienestar fugaz incompatible o a costa de aquélla. Y aun cuando en ciertas circunstancias se excluyan recíprocamente por dicha impericia, es posible educar la mente y la sensibilidad y promover la connivencia consciente entre felicidad y bienestar en la vida cotidiana, constituyendo tal equilibrio una loable y saludable aspiración. </div>
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<br /></div>
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El precio de tal anhelo tiene un costo evolutivo que habrá que afrontar mediante la adquisición gradual de nuevas capacidades y conocimientos que permitan renovar la propia vida. Así, se la podrá cambiar sin apelar a agregados externos y recurriendo al noble ingrediente de la íntima convicción.</div>
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De esta manera, podremos ser artistas fecundos y creativos para trabajar en el lienzo de la propia vida y trazar allí los mejores rasgos y colores más sutiles. Caso contrario, la opacidad será el caldo de cultivo del pesimismo y de la incapacidad para emerger. Al respecto, Max Scheller simboliza este proceso como el “martirio escultórico de sí mismo”, a modo de un trabajo personal que nos convierte en verdaderos artistas para con nosotros mismos y en un genuino escultor sin relación de dependencia.</div>
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La función central de la vida humana consiste en transitar un proceso y un trayecto que por ensayo y error nos vaya ayudando a comprender un poco más cada día y cada momento y descubrir en qué fuimos sustituidos por lo que no somos. Descubrir qué nos sustituye y no nos deja ser, implica constatar y eliminar los disfraces que colocaron no pocos escultores ajenos opacando nuestra identidad y ocultándola en las formas artificiales de una tecnología seductora y atrapante. Por eso, el desafío creativo y artesanal consiste en dejar de permanecer en la periferia alienante de una cosmética personal cuyo magnetismo y fascinación nos inducen inadvertidamente a esterilizar artificiosamente nuestra propia capacidad creativa.</div>
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<b>Dr. Augusto Barcaglioni</b></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><b><br /></b></span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><b><br /></b></span></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"><b><br /></b></span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-AR"><span style="font-size: x-small;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 14px;"><b>(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia </b></span><b style="line-height: 14px;">los </b></span><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: x-small;">temas más sensibles y críticos)</span></b></span></span><br />
<div style="font-family: 'Times New Roman';">
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<br /></div>
</span>Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-22566312155443061082014-02-10T13:04:00.000-03:002015-01-15T18:23:53.901-03:00Cómo lograr ser el que quiero ser<h2 style="text-align: center;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Cuando los padres impiden la identidad de sus hijos</span></h2>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHCAsuhL3gh4El62UHBwHDhQZGlbXXqDa8LJKUCCJkQulk0CxJvaJfBn0ijuGegz-F0vSwOAGKNBnmUoNSuRxWpB3SJoJRQ-iI90iTYR_FWvm2i6nSnUATugaks1YqtrZASSHic4ru66z_/s1600/1416624059.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHCAsuhL3gh4El62UHBwHDhQZGlbXXqDa8LJKUCCJkQulk0CxJvaJfBn0ijuGegz-F0vSwOAGKNBnmUoNSuRxWpB3SJoJRQ-iI90iTYR_FWvm2i6nSnUATugaks1YqtrZASSHic4ru66z_/s1600/1416624059.jpg" /></a><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Una de las razones de nuestra insatisfacción en la actualidad, proviene del hecho que consideramos que no somos felices porque no somos aquel que quisiéramos ser o aquel que quiso ser y no pudo por imposición externa o dejadez. Esto conlleva un estado de ánimo en el que tanto lo que hacemos como nuestra vida misma no nos satisfacen ni dan alegría cotidiana. Por eso, nos sentimos compulsivamente volcados a lograr metas que alguna vez estuvieron en nuestro imaginario personal y que simbolizaron el logro de la felicidad. Y es muy posible que en base a ese imaginario construyéramos el edificio de nuestra realidad personal.</span><br />
<a name='more'></a><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />Si tenemos en cuenta lo que desea un padre para sus hijos, generalmente dicho deseo gira alrededor del éxito según los parámetros establecidos por una cultura excesivamente consumista y que vuelca en la posesión de bienes, tangibles o simbólicos, la idea central de la felicidad. Así, la aspiración de muchos padres tiene como referencia metas tales como:</span><br />
<ul><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">
<li>Tener suficientes o abundantes recursos materiales.</li>
<li>Lograr el éxito a través del dinero.</li>
<li>Tener prestigio y títulos académicos.</li>
<li>Ser un profesional exitoso.</li>
<li>Tener una familia.</li>
<li>Formar una pareja.</li>
</span></ul>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">
<br />A ello, cabe mencionar el listado de lo que no queremos para ellos: que no sean ni vivan de tal o cual manera, que no tengan una contextura física inadecuada, que no sean enfermos ni deformes, que no sean pobres y todas las características consideradas adversas o disfuncionales por el sistema vigente y cuya no posesión o ausencia permitiría y garantizaría completar y concretar la imagen de una vida supuestamente ideal y feliz.<br /><br />Tales aspiraciones por parte de los padres y educadores son absoluta y plenamente legítimas y valederas. Ningún padre con sentido común dejaría de imaginar y anhelar tales cosas o bienes para sus hijos. De allí que muchas insatisfacciones de los padres provienen del no cumplimiento de esas metas cuando sus hijos optan y deciden otro camino. Más aún, muchos padres pretenden tener de antemano el éxito asegurado de sus hijos y lo hacen por una vía imaginaria, al proyectar la imagen de lo que ellos entienden qué actividad es el mejor camino.<br /><br />Es en la ficción de las posesiones donde está girando la imagen de lo que debemos ser y a ello apunta la educación familiar y escolar, donde ya desde edad temprana dicha imagen se constituye como un mandato que quedará incrustado en la conciencia individual y colectiva, al punto de que nadie cuestionará lo que eligió si no es por razones prácticas de conveniencia, pero nunca por razones de identidad personal o de estar, simplemente, bien consigo mismo.<br /><br />Por tales razones, a ese listado legítimo y válido le falta lo más importante y que constituye el cimiento del futuro edificio personal y de una vida feliz. Lamentablemente, casi ningún padre hace abstracción y deja al margen, aunque sea por un momento, tales metas para preguntarse más en profundidad el sentido y envergadura de lo que anhela para sus hijos. Encerrados en lo que deberían lograr, olvidan el cómo y el para qué lograrlo, sin imaginar si son autónomos para decidir el sentido de sus propios proyectos. <br /><br />De allí que es poco frecuente que un padre tenga como anhelo principal que su hijo aprenda a decidir por sí mismo, que sepa cómo ser feliz y pleno en su vida y si será capaz de lograr las capacidades que le permitirán ser aquello que quisiera ser sin interferencia alguna. Más aún, si dicho anhelo tendría vigencia, seguramente sería tildado de idealista, utópico o poco práctico.<br /><br />La mayor satisfacción personal para un padre es tener la convicción de que su hijo no necesitará posesiones de ninguna índole para lograr ser querido o aceptado por los demás. Pero en una cultura de los efectos y resultados inmediatos, signada por el éxito y el confort, aún la conocida aspiración de “que sea una buena persona” tiene una connotación vulgar y poco atractiva. <br /><br />A este punto, y previa advertencia de nuestra insatisfacción acerca de lo que somos, de lo que hacemos y de lo que sentimos cotidianamente, quizás debamos confrontar con nosotros mismos para empezar a cuestionar nuestra actitud respecto de aquello que, si bien nos otorga algunas satisfacciones esporádicas, no nos termina de llenar del todo. Esto explica la enfermedad del vacío desde su origen y perpetúa un estado de insatisfacción y descontento crónico que termina en la envidia, en la comparación con los demás, en la competencia, en la ambición, en la avidez desmedida y en el incremento de una vanidad que a toda costa intenta brindar la imagen de lo que no somos.</span><br />
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<b><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></b>
<b><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></b>
<b><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Dr. Augusto Barcaglioni</span></b></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><b><br /></b></span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><b><br /></b></span></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"><b><br /></b></span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-AR"><span style="font-size: x-small;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 14px;"><b>(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia </b></span><b style="line-height: 14px;">los </b></span><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: x-small;">temas más sensibles y críticos)</span></b></span></span><br />
<div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-AR"><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: x-small;"><br /></span></b></span></span></div>
</div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-5308312635215762392014-01-09T18:02:00.000-03:002014-01-09T18:02:20.280-03:00Cómo reparar el daño de la sensibilidad bloqueada <div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: justify;">
<h2 style="text-align: center;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">El juego armónico de la inteligencia y la sensibilidad </span></h2>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Por experiencia sabemos que cuando la mente es invadida por imágenes y pensamientos que adquieren fuerza descontrolada, la sensibilidad queda afectada, generando las conocidas perturbaciones y daños psico-emocionales.Estas perturbaciones se comportan como condicionamientos y bloqueos cuya gravedad tendrán un alcance e impacto según su intensidad y las circunstancias de la vida personal. Así, es posible ponderar y evaluar, desde el campo educativo, la característica y naturaleza de los modelosmentales, de las actitudes y de los comportamientos disfuncionales provenientes del historial cognitivo-emocional que, a lo largo de su vida, el sujeto fue aprendiendo e incorporando a través de sus vivencias fallidas. </span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><a name='more'></a><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Este procesoiatrogénico, llevado a cabo durante el trayecto escolar, familiar y social de niños, jóvenes y adultos,se origina y llega a su concreción inculcandoprejuicios y creencias que se comportarán luego como incrustaciones mentales que bloquearán la autonomía de pensamiento y la expansión de la sensibilidad. Es el caso de las posturas dogmáticas y rígidas que impiden la íntima convicción y la armonía de las vivencias sensibles. De esta manera, comienza el camino de una incoherencia de base, que termina en la dicotomía entre la mente y la sensibilidad. </span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Por otra parte, la fuerte vigencia de una educación centrada de manera unilateral en el desarrollo de la racionalidad, margina la sensibilidad y privilegia un enciclopedismo que rehúye la experiencia sensible. Así, la mente de quien se encuentra en proceso de formación queda inmovilizada en contenidos estáticos y teoriza acerca de los valores del ser humano sin llegar a la experimentación y práctica sensible de tales teorizaciones.Este es el resultado de una educación que privilegió la racionalidad y dio lugar a los estragos emocionales ya conocidos. </span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Ante esta incoherencia por ausencia del juego armónico de la inteligencia y la sensibilidad, la dicotomíaemergente repercute en lo más hondo de la psiquis humana y es el caldo de cultivo de la enfermedad del vacío, caracterizada por la falta de expansión del propio sentir y que, en su estado crítico, lo bloquea impidiéndole manifestarse con frescura, espontaneidad y armonía. Sobreviene, entonces, una incapacidad cuasi-estructural que daña en lo más profundo la vida interna y los vínculos sensibles del sujeto. </span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Sin entrar al terreno de la psicología, tal incapacidad, entendida como la dificultad del sujeto paraexpresar sus propias emociones, explicaría las paradojas que, por exceso y por defecto, conducen a muchos individuos a ventilar su propia intimidad, a convertirse en manipuladores o sumisos,a caer en actitudes regidas por la sensiblería y a adscribir la comunicación y el contacto afectivo al uso compulsivo de las diversas formas tecnológicas que ofrece un mundo virtual que ha distorsionadoel encuentro sensible. Esto configura un falseamiento de la orientación de la sensibilidad al bien tangible y concreto. Además, reconoce una carencia de equilibrio emocional y una ausencia,inadvertida por el propio sujeto,de la armonía entre el pensar y el sentir. </span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Dado que la enfermedad del vacío surge de esta crisis del sentir,tal falencia impulsa inevitablemente al sujeto a la comunicación estridente, a la indiscreción consigo mismo y a mostrar frívola y toscamente la intimidad propia y ajena. Por su parte, el accionar de una mente desorganizada y anárquica genera un descontrol imaginativo que conduce ala respuesta fallida y a la desubicación ante las circunstancias y cambios que se suscitan en el medio ambiente. </span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Este estado implica una pérdida de adaptabilidad frente a las diferentes circunstancias de la vida, al punto de impedir y bloquear la manifestación de una emocionalidad superior y refinada. De allí que el desfasaje se presenta con diferentes variantes individuales y explica tanto la conducta inadecuada u ofendente del celoso y egoísta como el deseo de dominio para imponer sus puntos de vistapor parte del rígido e intolerante. Tal desarmonía y bloqueo del sentir conduce al impaciente al abandono de sus proyectos y al rígido y obstinado a la falta de flexibilidad para comprender con amplitud y ecuanimidad su propia vida y la vida de los demás. </span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Podríamos afirmar que tanto el aplomo como la sensatez, la paciencia, la decisión y tantas otras cualidades y virtudes,provienen de la convicción honesta que a la inteligencia del sujeto le impone el sentir.La sensibilidad, para expresarse de manera plena e intensa, no necesita control porque es energía que por naturaleza se orienta y expande hacia el bien y responde a las emociones superiores del ser humano.Esto tiene un fundamento filosófico-antropológico sintetizado en el concepto de inteligencia sentiente (X. Zuviri, 1980) y que alude a la mutua imbricación de la inteligencia y la sensibilidad y a la armonía entre el pensar y el sentir, como condiciones de equilibrio, amor y sabiduría en los diversos órdenes de la vida humana. </span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Por tal razón, los comportamientos y actitudes de todo ser humano constituiránverdaderas cualidadessiempre y cuandoderiven de un proceso ético y cognitivo transparente, a instancias de la orientación de la sensibilidad al bien. Por eso,tanto el pensar como el obrar deben estar respaldados, y diríamos “regulados”, por la convicción honesta del propio sentir. Esta es la condición necesaria e insoslayable, sin la cual el pensar y el obrar pueden desembocar en un descontrol que lleva al sujeto a desubicarse, a reaccionar o a generar conductas conflictivasen virtud de no responder al aval consciente otorgado por esa convicción honesta del sentir. </span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Quien carezca del respaldo dela sensibilidad para pensar y actuar, verá perturbada la posibilidad para comunicarse ante los demás o para expresar sus emociones y seguramente caerá en actitudes reñidas con la convivencia armónica y el vínculo inter-personal.Dado que la sensibilidad es energía en expansión consciente, todo bloqueo, obstrucción o inmovilidad de la misma impedirá al sujeto el acceso a un bienestar apacible y vivido con intensidad. </span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Ello es atribuible alas múltiples interferencias que, desde la racionalidad, los prejuicios o el fanatismo, la expansión espontánea y fresca de la sensibilidad se ausenta en alguno de los ámbitos relacionados con el amplio acontecer de la vida. Aquí radica el gran desafío pedagógico para educar con seriedad, eficacia y profundidad a las futuras generaciones. </span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> </span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Ver y comentar en <a href="http://www.cognitio.com.ar/">www.cognitio.com.ar</a> el siguiente link complementario: </span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><a href="http://cognitio.com.ar/blog/view/903/si-la-educacion-no-forma-ni-eleva-el-futuro-sera-de-la-psiquiatria">http://cognitio.com.ar/blog/view/903/si-la-educacion-no-forma-ni-eleva-el-futuro-sera-de-la-psiquiatria</a></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> </span></div>
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<b>Dr. Augusto Barcaglioni</b></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-AR"><span style="font-size: x-small;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 14px;"><b>(Agradeceremos
contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos
permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia </b></span><b style="line-height: 14px;">los </b></span><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: x-small;">temas más sensibles y críticos)</span></b></span></span></div>
<span lang="ES-AR"><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: x-small;"><br /></span></b></span>
<br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> </span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span></div>
Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-68504698419593608712013-12-09T11:56:00.000-03:002013-12-09T11:56:04.639-03:00¿Conocemos nuestra realidad?<h2 style="text-align: center;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Por qué es útil distinguir los hechos y la realidad</span></h2>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La educación formal no enseñó a comprender ni a dominar los hechos que acechan y rodean la vida cotidiana con una multiplicidad y variedad de episodios y casos. Así, desde niños se identifican erróneamente el hecho con la realidad. Este es el caldo de cultivo para vivir mezclados en la indefinida variedad de hechos y confundidos rutinariamente con ellos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<a name='more'></a><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En nuestra nota anterior afirmábamos que todo lo que nos rodea, lo que nos molesta, lo que nos agrada, los fracasos, los éxitos, lo que deseamos o lo que nos pasa interna o externamente, son simples hechos y episodios que, sin dejar de ser reales, sin embargo no son la realidad. La conveniencia de esta diferenciación se evidencia en los resultados de nuestra encuesta semanal, donde el 95% consideró que tal distinción es útil y práctica, mientras que para un escaso 5% es irrelevante y no tiene sentido. </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Acercando algunas hipótesis, veamos por qué resulta útil y práctico saber diferenciar, en los vaivenes de la vida cotidiana, el hecho de la realidad. Cuando se sufre o disfruta un hecho, ello no significa estar en la realidad, pues sabemos que muchos momentos de placer, sufrimiento o disfrute están alejados de la realidad cuando no son conscientes y se ignora el proceso mental que les dio origen. De esta manera, la conciencia deja de ser el motor de los momentos y situaciones que se presentan en la vida. Y esto no es vivir plenamente ni estar en la realidad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La realidad de la que hablamos es la realidad interna que, como sujetos conscientes, nos permite constituirnos a nosotros mismos en una realidad anterior a los hechos. Ello en virtud de que nuestra conciencia se configura como realidad al regular, dominar, modificar y manejar, al menos comprensivamente, todos los hechos posibles. De allí que tales hechos, situaciones o episodios dependen del modo como funciona y se organiza nuestra mente. En tal sentido, podríamos decir que la realidad es vivida creativamente cuando está presente la conciencia. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Teniendo en cuenta que cada hecho no es la realidad, el que podamos ser conscientes de ello nos habilita para comprender mejor los hechos tal como son y la etiología que les da existencia. Las emociones perturbadoras, por ejemplo, empañan la comprensión y la conciencia de los hechos y nos alejan de la realidad. Cabe, al respecto, preguntarnos acerca de cómo acceder al conocimiento de la realidad y lograr una mayor comprensión y creatividad ante los hechos que nos rodean. Conforme a lo que hemos planteado, la respuesta surge claramente: <i>pensando con acierto y conscientemente.</i></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pensar con acierto y conscientemente implica prever los hechos, sea para que sucedan o para que no sucedan. En tal sentido, podríamos afirmar que la realidad se expresa en el ejercicio autónomo de la mente. Según las circunstancias, los hechos nos pasan, nos entretienen, nos molestan, nos entristecen, nos agobian o nos alegran. Y podríamos decir también que según la naturaleza de nuestros pensamientos (que configuran nuestra realidad personal), surgirán múltiples hechos que empujan a ciertos conflictos, que condicionan los vínculos, que estimulan a competir desmedidamente con los demás, a envidiar, a establecer una relación simulada, a brindar un afecto ficticio o a ofrecer una amistad sincera, todo como correlato de los pensamientos deficientes o virtuosos que se comportan como generadores de tales hechos.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No interesa la cantidad de robos de un ladrón. Los hechos o comportamientos que pueda llevar a cabo dependen de un pensamiento-guía central que se comporta como la realidad de la cual se desprenden aquéllos. Robe o no, el ladrón es tal por la matriz de sus pensamientos, incitados por el instinto de apoderamiento. De igual manera, quien tiene una capacidad solidaria, ésta es su realidad y se expresará en hechos solidarios conforme a las circunstancias. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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De allí que un hecho puede o no producirse sin que por ello se altere la realidad que subyace en la conciencia y en los modelos mentales del sujeto. Es el caso de quien posee el modelo mental del engaño y las circunstancias le impiden la manifestación externa de la conducta o el hecho engañoso. En este sentido, la realidad de quien engaña no se modifica, ya que guarda correlato con un modelo mental que permanece activo aunque todavía no se manifieste. </div>
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<br /></div>
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Sin querer dramatizar, si alguien en una oportunidad es intolerante con su pareja y en otro momento tiene conflictos con quienes le rodean y pasado cierto tiempo llega a la enemistad con sus compañeros de trabajo o con algún desconocido, tales episodios son hechos o ramificaciones de una realidad previa, dada en el pensamiento de intolerancia ira o rigidez que los produce. Y en virtud de que muchas veces esos hechos se presentan de manera esporádica o se manifiestan en ambientes diferentes, el sujeto puede no advertir la realidad de la cual proceden. Así, transcurre su vida limitándola a la solución de hechos y situaciones sin conocer sus causas. </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Como consecuencia de ello, observamos que por los hechos visibles y tangibles los seres humanos se separan, se desunen, se agreden, se vinculan ocultando intereses egoístas o simulan generosidad, cuando es a través del conocimiento de la realidad de sus pensamientos y modelos mentales que podrían comprender con más amplitud las reacciones, comportamientos y actitudes propias y ajenas. Hasta podríamos entender mejor la lógica de quienes delinquen, de quienes actúan por apariencia y de quienes son honestos y generosos. </div>
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<br /></div>
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Sin una comprensión de nuestra realidad, nuestra vida queda clausurada en los límites y en la inmanencia de los efectos y de los hechos que demandan tiempo y esfuerzo para neutralizarlos. Por eso, la mayoría vive en la apariencia de los hechos creyendo que los mismos son la realidad. Esto los lleva a la ficción que les hace creer que al no existir un hecho, no es necesario indagar la realidad del pensamiento que todavía no se manifiesta y espera la ocasión de hacerlo.</div>
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<br /></div>
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El sabio no necesita que un hecho se produzca para conocer la realidad de lo que efectivamente es. Al conocerse a sí mismo, la propia observación le permite conocer la realidad de sus pensamientos. Para quienes no son sabios, en cambio, cada hecho o situación podría convertirse en una oportunidad creativa para conocer los pensamientos que definen su concreta y propia realidad. Esto evidencia que los hechos son verdaderas oportunidades para acceder al conocimiento profundo de las causas que impulsan nuestra conducta. De allí la importancia de una educación centrada en la organización y el uso creativo de la mente.</div>
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<b>Dr. Augusto Barcaglioni</b></div>
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<span style="font-size: x-small;"><b><br /></b></span></div>
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<span lang="ES-AR"><span style="font-size: x-small;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 14px;"><b>(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia </b></span><b style="line-height: 14px;">los </b></span></span></div>
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<span lang="ES-AR"><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: x-small;">temas más sensibles y críticos)</span></b></span><br />
<span lang="ES-AR"><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: x-small;"><br /></span></b></span>
<span lang="ES-AR"><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: x-small;"><br /></span></b></span></div>
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</span>Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-32179158660917937852013-11-18T13:21:00.000-03:002013-11-18T13:21:10.915-03:00La realidad no es lo que parece<h2 style="text-align: center;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Nuevo enfoque para comprender y revertir los hechos adversos </span></h2>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Si tenemos en cuenta que el hecho es aquello que ocurre y se presenta como un suceso a modo de acciones, emociones, conductas o comportamientos, nos encontramos que lo que nos rodea, lo que nos molesta, lo que nos agrada, los fracasos, los éxitos, lo que deseamos o lo que nos pasa interna o externamente, son simples hechos y episodios que, sin dejar de ser reales, sin embargo no son la realidad. En tales casos, podríamos aventurarnos a plantear que los episodios que vemos o nos afectan y hacen sufrir, no serían la realidad que no vemos. Ello, por lo mismo de que “lo esencial es invisible a los ojos”. </div>
<div style="text-align: justify;">
<a name='more'></a><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ante el sufrimiento por hechos adversos o el bienestar por hechos con matices favorables, generalmente tendemos a culpar o a agradecer a una situación externa ajena a nosotros. A tales situaciones habitualmente se les atribuyen, en la consideración común, el rango de realidad. Así, ante la presencia de un hecho o situación, la mayoría tiene la sensación de estar y vivir en la realidad. Sin embargo, debemos hacer una distinción que nos conduzca a ver más claro la naturaleza y el origen de los hechos que nos suceden e impactan en la vida cotidiana. </div>
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La experiencia universal nos permite observar que en cada hecho, positivo o negativo, promisorio o adverso, favorable o desfavorable, nuestra mente estuvo, está y estará presente en la gestación de los mismos a través de pensamientos e imágenes. Tal experiencia nos muestra a diario que toda imagen o representación mental tiende a buscar una “salida” o “egreso” hacia el comportamiento y la conducta, pues la actividad humana proviene de una voluntad que se moviliza en virtud de una acción mental previa. Es lo que la moderna ciencia cognitiva denomina “relevancia cognitiva”, aludiendo al papel causal que las representaciones mentales ejercen en la génesis del comportamiento y en la determinación de la conducta.</div>
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Esto significa que antes que se produzca un hecho, ya intervino la mente con sus pensamientos. Por eso, la mente es el motor de los hechos que rodean nuestra vida. Si lográsemos ser conscientes de ello, podríamos dominar los hechos en la multiplicidad y diversidad con que aparecen, ya que son la consecuencia de lo que pensamos a través de imágenes y pensamientos propios y ajenos. Ello implica que si nuestra mente está organizada, ejerceremos frente a cada hecho una autonomía liberadora, sin encapsular nuestra vida en la dinámica cambiante de los hechos. Esta relación causal que guarda la conducta humana con el proceso mental que le da origen, nos permitirá comprender la diferencia entre los hechos y la realidad.</div>
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Como sujetos conscientes, somos una realidad anterior a los hechos que luego podremos observar, pues cada episodio que sufrimos o disfrutamos tiene una dependencia con el modo como pensamos. Atribuirlo a otra cosa, dándole a cada hecho una entidad causal, es caer en una tergiversación y situación mentalmente tosca o ingenua. Esto significa que si pensamos bien, el hecho resultante será motivo de satisfacción; si pensamos defectuosamente, el hecho cobrará una entidad y una condición adversa que tendremos que sufrir. </div>
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Al ser anterior a los hechos, se podría decir que nuestra conciencia se configura como realidad porque regula, domina, modifica, perfecciona y puede manejar comprensivamente todos los hechos posibles. Es decir, nuestra forma de pensar le confiere a cada hecho una entidad compatible con la realidad de nuestros pensamientos. Es así que podríamos aventurar la hipótesis de que es por nuestra mente que se promueven verdaderos hechos a modo de episodios, comportamientos, conductas y estados anímicos de perturbación y/o bienestar. Por eso, tales hechos dependen del modo como funciona y se organiza nuestra mente frente a los estímulos que se nos presentan y que, según nuestra lucidez mental, podremos responder y actuar con autonomía o condicionarnos frente a ellos.</div>
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Más allá de las discusiones y teorías filosóficas acerca de la realidad, si nuestra mente es lúcida y somos conscientes, podremos dominar y regular los hechos y comprenderlos. El que podamos hacer este proceso, nos confiere la capacidad de ser superiores a cada uno de los episodios que nos acontece y rodea nuestra vida. Por otra parte, a nadie pasa inadvertido que no es suficiente modificar el comportamiento o la conducta externa sin haber modificado previamente el pensamiento o la imagen que la mente construyó para dicho comportamiento. </div>
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De allí que para cambiar nuestra vida y prepararla para enfrentar y revertir los hechos, debemos cambiar antes la realidad de nuestros pensamientos, sea para modificarlos cuando son adversos, sea para hacerlos evolucionar cuando son promisorios. Mientras mejor pensemos, más estaremos en la realidad, más independientes seremos frente a cada episodio y podremos manejar los hechos sin ser dominados ni fagocitados por ellos.</div>
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<b>Dr. Augusto Barcaglioni</b></div>
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<span lang="ES-AR"><span style="font-size: x-small;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 14px;"><b>(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia </b></span><b style="line-height: 14px;">los </b></span></span></div>
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<span lang="ES-AR"><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: x-small;">temas más sensibles y críticos)</span></b></span><br />
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</span>Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-79388323133418190452013-10-11T13:50:00.002-03:002014-11-26T14:34:50.496-03:00¿Qué edad quiero tener?<h2 style="text-align: center;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ficción de la vejez imaginaria</span></h2>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidGINkANURK9dY62Q46c2TaF6DghZ2kxuk2td2dPtcxefyNeuXFSmfxLnLxPsOnuk52EjHFcDy3gr2vQN4UdA139IqiFcs3Cxq6TeM3j7BHl-GnvdTej-KU6OhWvxvSGgRTjEkrypvL4rF/s1600/edad+mental.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Ficción de la vejez imaginaria" border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidGINkANURK9dY62Q46c2TaF6DghZ2kxuk2td2dPtcxefyNeuXFSmfxLnLxPsOnuk52EjHFcDy3gr2vQN4UdA139IqiFcs3Cxq6TeM3j7BHl-GnvdTej-KU6OhWvxvSGgRTjEkrypvL4rF/s1600/edad+mental.jpg" height="160" title="Ficción de la vejez imaginaria" width="320" /></a><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">En la cultura de la eficiencia y del pragmatismo utilitarista, la vejez es declinación, abandono, ineficiencia y, en casos extremos, inutilidad por ausencia de rentabilidad. A la inversa, la juventud implicaría el éxito y el motor de la prosperidad material. Sin embargo, en la realidad cotidiana se observa que quienes deberían poseer la frescura creativa de las iniciativas padecen depresiones y un desgano crónico para vivir de manera intensa y experimentar triunfos.</span></div>
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Porque no se trata de vivir, sino de vivir intensa y plenamente en una amalgama creativa de conocimiento y experiencia. Salvo aquellos jóvenes que han decidido hacer de sus vidas un espacio de aprendizaje permanente, muchos viven una vida sometida por la lógica de una productividad alienante que los coloca en un estado de temor, inseguridad y falta de confianza en sí mismos. Muchos de ellos llegan a padecer el síndrome del esclavo satisfecho y bien vestido, en un pacto que apresura el encadenamiento de la propia autonomía.</div>
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Esto nos lleva a plantear la ficción de la vejez imaginaria, en el sentido de que no todo aquel que es joven es realmente joven. Porque lo que define el estado de vejez o de juventud es la emocionalidad del sujeto ante el futuro y la manera de pensar y sentir la vida. Un joven cuyas emociones se cierran al futuro, clausura su evolución y se avejenta por adormecimiento de la esperanza. A la inversa, un anciano que puede encontrar en sí mismo la capacidad que otros no ejercitan o ignoran, se rejuvenece a través del entusiasmo y la dinámica creativa de su vida. </div>
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En tal sentido, podríamos decir metafóricamente que si un septuagenario desea tener las cosas que tiene un joven y siente que, salvadas algunas distancias irreversibles, puede pensar de manera fecunda y ejercer la capacidad de hacer lo que hace un hombre de 45 años, en realidad ese viejo tiene esta última edad. Lo que define la edad de una persona es el modo y la actitud mental para encarar la vida. Si ese viejo tiene una actitud jovial y ejercita el arte de renovarse cada día, ese querer creativo es el motor que dinamiza su vida y potencia nuevas decisiones. </div>
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Pero esto requiere sensatez y ubicación como condiciones insoslayables ya que, por razones obvias, existen impedimentos relativos que harían ridícula la comparación del viejo con el joven. De allí que es importante comprender que así como la agilidad física del joven aliviana los movimientos de su cuerpo, la experiencia del viejo agiliza los movimientos de su mente y le confiere a su vida el ansiado y anhelado premio de la alegría y la serenidad. </div>
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Siguiendo la metáfora, podríamos plantear, desde los puntos de vista cognitivo, actitudinal, emocional y volitivo, que es posible superar la ficción de una vejez imaginaria. Pues es lo que se quiere y cómo se quiere lo que define la energía de la vida, al modo de un dinamizador que la potencia y la eleva evolutivamente. Esto requiere sensatez y sentido común, a fin de no ser tan necio en querer aquello que ya no se puede lograr por lógica declinación de las fuerzas físicas. Justamente, la juventud de ese viejo estriba en su lucidez mental, en sus ganas de progresar, en su buena disposición para ayudarse a sí mismo y a los demás y en la creatividad para vivir y aceptar sus propias limitaciones sin caer en el ridículo ni en la dependencia. </div>
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Esto significa que la capacidad para continuar viviendo anhelando nuevos aprendizajes, rejuvenece y le da sentido a la vida. El aprendizaje agiliza la mente y le confiere al sujeto una movilidad para manejar su vida con más acierto y alegría. No nos referimos al aprendizaje formal y enciclopédico, sino al adquirido por la vía de la experiencia. Por tal razón, se observa que cuando el joven descuida su aprendizaje marchita su energía y trunca el camino a seguir.</div>
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Un claro ejemplo acerca de la pérdida de esa vitalidad de la mente lo tenemos en los resultados de nuestra encuesta anterior, que permite observar que en un mínimo porcentaje (4,17%) la conducta y el comportamiento habitual de los individuos provienen de la íntima convicción. Sin esta prerrogativa de la libertad humana, la vida del sujeto sufrirá los condicionamientos del temor y la presión de la apariencia. Son el temor y la búsqueda de apariencia las causas reales de un avejentamiento mental que pretende mostrar por fuera lo que no se es por dentro.</div>
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<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: EN-US;">Nota relacionada: </span></div>
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<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: EN-US;"><i><a href="http://barcaglioni.blogspot.com.ar/2012/07/vejez-prematura-y-avejentamiento.html" target="_blank">Vejez prematura y avejentamiento juvenil. </a></i></span></div>
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<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: EN-US;"><br /></span></div>
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<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: EN-US;"></span><br />
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<b>Dr. Augusto Barcaglioni</b></div>
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<span lang="ES-AR"><span style="font-size: x-small;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 14px;"><b>(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia </b></span><b style="line-height: 14px;">los </b></span></span></div>
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<span lang="ES-AR"><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: x-small;">temas más sensibles y críticos)</span></b></span><br />
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<span lang="ES-AR"><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: x-small;"><br /></span></b></span></div>
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</span>Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7337046067899338613.post-82686080822107923562013-09-10T13:34:00.000-03:002014-11-26T17:21:35.565-03:00Entre la ética de la conveniencia y la ética del temor<h2 style="text-align: center;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ser honesto por temor o conveniencia no es ser honesto</span></h2>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"></span><br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7zZZmLO0-WFF95dXXqZcrjFfvBnoIAfJLf35RnKLkJfBzn5nLPobE2_rYz_I3RPrL4z1ZbKVqhEaQT92jRO6zlMZIcVQG4a-_ysLcVWbuzanDgxx8holSe4SGhbJwLDXfK1ZBW2ck8OGl/s1600/sin-miedo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7zZZmLO0-WFF95dXXqZcrjFfvBnoIAfJLf35RnKLkJfBzn5nLPobE2_rYz_I3RPrL4z1ZbKVqhEaQT92jRO6zlMZIcVQG4a-_ysLcVWbuzanDgxx8holSe4SGhbJwLDXfK1ZBW2ck8OGl/s1600/sin-miedo.jpg" height="240" width="320" /></a></div>
Decir la verdad por temor, ser honesto por temor, ser puntual por temor, en realidad no son cualidades ni virtudes, sino el disfraz de una conducta que, si bien busca la aprobación social, en realidad el propio sujeto queda inmerso en variadas formas de apariencia e hipocresía. Así, cuando alguien no roba por temor, deja intacto el pensamiento de robo en su conciencia y mantiene vivo el impulso al robo, ya que frena una conducta que seguramente surgiría como deshonesta si desaparecieran las circunstancias del control social.</div>
<div style="text-align: justify;">
<a name='more'></a><br /></div>
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A diferencia de ciertos casos en que la conducta del sujeto es inducida por un temor invencible que le impide un proceder autónomo y deliberado, los casos que nos ocupan se relacionan con el temor vencible, que es posible de ser advertido y superado. Respecto de este último, podríamos enumerar una serie de comportamientos conscientes afectados por la apariencia:</div>
</span><br />
<div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"></span><br />
<ul><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">
<li>Quien es fiel o leal por temor, no significa que no sea infiel o desleal, pues deja intactas la infidelidad y la deslealtad dentro de sí mediante la apariencia de una conducta honesta hacia su pareja, amigos o confidentes.</li>
<li>Quien no habla en público por temor, a pesar del manto de prudencia con que aparece ante los demás, tiene el pensamiento bloqueado e interferido acerca de lo que podría decir, ostentando así una falsa conducta prudente o mesurada.</li>
<li>Quien tolera a los demás por temor a su descalificación, no es tolerante, ya que deja vivo los pensamientos de rechazo y rigidez en su fuero interno.</li>
<li>Quien aparece respetuoso y amable por temor a quedar aislado del círculo que frecuenta, seguramente alberga dentro de sí la búsqueda de una conveniencia utilitaria que, sin el temor a los demás, quedaría de manifiesto.</li>
<li>Quien es generoso y ayuda a otros buscando el propio interés, carece de una cualidad moral que disfraza con recursos visibles para conseguir aprobación o lograr beneficios.</li>
</span></ul>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">
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<br /></div>
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El temor configura un bloqueo y condicionamiento mental que origina confusiones a veces inadvertidas por el propio sujeto, al punto de inducirlo permanentemente a expresar ficticiamente comportamientos positivos u honestos que no son tales. Estas conductas aparentes tienden a evitar, por razones de mera conveniencia, la ejecución de acciones de tinte negativo que, en otras circunstancias, se llevarían a cabo. Ello constituye una aberración cognitiva que conduce a la incoherencia entre el pensar y el hacer. </div>
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<br /></div>
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En el campo de la conducta habitual, el temor actúa como una fuerza que suprime la actuación espontánea, autónoma y sensible del sujeto ante circunstancias en que le resulta útil y oportuno adoptar alguna forma aparente de comportamiento. En este terreno impregnado por lo falso y espurrio, la simulación de valores y cualidades se lleva a cabo a través del despliegue ficticio de acciones aparentemente positivas. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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Desde un enfoque cognitivo-pedagógico, podemos observar que, aunque determinadas deficiencias no se manifiesten ni expresen en la conducta externa, las mismas permanecen intactas y forman parte de la vida del sujeto. Este proceso simulatorio termina por colocar a quien lo practica en el oscuro rincón de la doble moral y afectar su coherencia personal. </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La cultura y la ética emanadas de una visión excesivamente pragmatista, valoran y consideran aceptables los resultados útiles de la conducta en sí, independientemente del pensamiento y la conciencia del sujeto. Para este paradigma, tanto el temor como, en menor medida, la conveniencia (o quizás, en algunos casos, el temor disfrazado de conveniencia y oportunismo) se comportan como factores que terminan por aislar la dimensión de la conducta externa y la dimensión interna de la conciencia. Aquí se observa cómo la conducta aparentemente honesta enmascara al pensamiento deshonesto. </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Así como al no robar por temor, el sujeto deja el pensamiento de robo intacto, ser honesto para agradar a otro no permite construir en lo interno la honestidad y las cualidades y valores que externamente aparecen en una conducta aparentemente honesta esgrimida ficticiamente por aquél. Al faltar la íntima convicción de lo honesto, la apariencia sustituye la conciencia individual y se comporta como la máscara que oculta el vacío de una cualidad que no se posee. Por razones que guardan afinidad con el desarrollo y la coherencia personal, podríamos decir que la ética del temor se convierte en aliada de la ética de la conveniencia. Y ambas se sostienen con una ética de la costumbre, aceptada y practicada por una sociedad que da por válido y no cuestiona el ejercicio de cualidades transformadas en hábitos mecánicos cuyo origen no reconoce a la conciencia ni coloca a la íntima convicción como elemento ético central de la vida humana.</div>
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<b>Dr. Augusto Barcaglioni</b></div>
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<span lang="ES-AR"><span style="font-size: x-small;"><span lang="ES-AR" style="line-height: 14px;"><b>(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia </b></span><b style="line-height: 14px;">los </b></span></span></div>
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<span lang="ES-AR"><b style="line-height: 18px;"><span style="font-size: x-small;">temas más sensibles y críticos)</span></b></span><br />
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Dr. Augusto Barcaglionihttp://www.blogger.com/profile/17396921144067432216noreply@blogger.com9