El origen de la entropía y del desorden social

Una hipótesis cognitiva 


Cuando una sociedad no encarna ni vive los valores básicos y esenciales de la convivencia y de la ética en la administración de sus proyectos, seguramente recurrirá al pernicioso hábito de declamar con cierta verborragia dichos valores y a postular recetas que, en el accionar cotidiano de sus integrantes, no se concretan ni ejecutan. Con este proceso declamatorio, y con su consiguiente desgaste físico y emocional, se inicia el desorden y comienza a transitarse el camino de la entropía y la desorganización. Pues la fantasía sobre lo que se debe hacer termina por neutralizar las decisiones y el accionar de cualquier proyecto. Este estado mental conlleva la falta de compromiso, que es, precisamente, el subterfugio para disfrazar con declamaciones, y por la vía del auto-engaño, la acción transformadora de la voluntad. 

Los riesgos de no comprender la complejidad

Las soluciones que surgen del mismo lugar del problema, crean nuevos problemas 


Consta por la experiencia cotidiana que muchas organizaciones, desde las relativamente simples hasta las más complejas, presentan un rasgo crítico que las afectan en su rendimiento interno y en el desarrollo de sus funciones. Ese rasgo configura un estado de “fisura”, que las presenta como “entrecortadas” por dentro, fragmentadas y atomizadas, con sectores, departamentos y equipos que mantienen un aislamiento injustificado e incomprensible, al punto tal que las decisiones a tomar y los problemas a resolver resultan cada vez más tortuosos y onerosos. Si a ello se agrega la idiosincrasia de los gerentes inseguros y la indecisión de los temerosos, la situación se vuelve caótica y hasta incontrolable, con un costo sistémico que podría conducir a un estado de entropía. 


LOS JÓVENES NO ESCUCHAN, SIMPLEMENTE MIRAN

Un análisis pedagógico de la incoherencia 


Con la presente nota finalizamos una breve secuencia de reflexiones relacionadas con la Escuela para Padres. A sugerencia de algunos lectores, trataremos hoy un tema que, si no se lo profundiza, los padres podrían pensar que sus hijos actúan por rebeldía y cierto desdén. Se trata de la tan mentada queja acerca de que los adolescentes parecería que no escuchan a sus mayores. Esto es verdad; los adolescentes y jóvenes no escuchan a sus mayores. Pero lo que éstos no saben, o saben a medias, es que aquéllos los miran con mucha atención, al punto de no perder el más insignificante de los detalles. 

No interesa la caída sino la capacidad para levantarse

Proteger a un hijo no implica impedirle que tropiece


Una de las características de nuestra cultura y que se manifiesta a lo largo de la vida de todo ser humano, es prevenir e impedir los tropiezos y las caídas, sobre todo cuando están en juego los propios hijos. Este es el comportamiento habitual por el que los padres, en general, viven pendientes y alarmados ante una posible caída o tropiezo de sus hijos, asimilándolo a la idea de fracaso, con la consiguiente angustia y dolor que quisieran evitarles a toda costa y con alta dosis de sobreprotección.

OPTAR ENTRE EL DERECHO AL RUIDO O EL DEBER DEL SILENCIO

La mayoría de los padres se atribuye y ejerce un derecho que, con apariencias de beneficio, termina siendo un verdadero perjuicio y obstáculo para el desarrollo de sus hijos. Es el derecho a intervenir y a hacer “ruido” con palabras y sugerencias que, aunque a veces suaves y generosas, terminan por aturdir la mente necesitada de silencio de quien busca la verdad sobre sí mismo. Este acto consciente es un acto silencioso y sereno; se opone al ruido de las palabras y de los comentarios y opiniones que provienen del exterior. Paradójicamente, en no pocas familias prevalece un ruido que dispersa y distrae esa búsqueda.

MIS HIJOS ME QUIEREN PERO NO ME SOPORTAN

MIS HIJOS ME QUIEREN PERO NO ME SOPORTAN

Esta es la expresión que surge de una sensación habitual en muchos padres que, a pesar de ser conscientes y estar convencidos del amor de sus hijos, refleja gran desconcierto, desazón y angustia. De allí que algunos padres se sientan decepcionados por una suerte de ingratitud que no es tal, otros se sientan cada vez más perplejos por una agresión que no es tal y otros permanezcan indiferentes o resentidos por una actitud que no se alcanza a comprender.

CUANDO EL DOCENTE NO DOMINA LA HERRAMIENTA ADECUADA

Si cuando hablamos de educación estamos pensando en la acepción educare, probablemente pensaremos que la herramienta para educar es el contenido y la información. Pero, según dijimos en una nota anterior, esta acepción es insuficiente, ya que coloca al docente en una situación de proveedor de datos e informaciones y fomenta la pasividad mental por ausencia de hipótesis. En la acepción EDUCERE, por el contrario, debemos pensar en herramientas centradas en el sujeto.

RIGIDEZ MENTAL E INADAPTABILIDAD A LOS CAMBIOS

En oposición a los sistemas cerrados y determinísticos, los sistemas abiertos tienen dispositivos de regulación para intercambiar con su entorno (como se observa en los sistemas biológicos, sociales y organizacionales). Cuando ese mecanismo de regulación se ve afectado, la relación sistema-entorno deja de ser fluida y el sistema pierde capacidad de reacción. En tal caso, se instalan funciones de retardo que pueden conducir a la inacción y a la inadaptabilidad profunda. Ello explica el proceso de la enfermedad en los sistemas vivientes, la burocracia en los sistemas administrativos y por qué ciertos sistemas se transforman en obsoletos o tienden a desaparecer. En tales situaciones, se instala un estado de rigidez, al mantener sin variación estructuras que han perdido su capacidad de transformación y de autorregulación para hacer frente a la dinámica impuesta por la relación sistema-entorno.

Didáctica y trabajo docente II

LAS TAREAS FÉRTILES QUE ACTIVAN Y DINAMIZAN LA MENTE


En nuestra nota anterior dejamos establecido que la forma como los estudiantes viven y realizan la tarea didáctica se comporta como un verdadero “sensor” de la vida escolar. En tal sentido, y a modo de indicador cualitativo para determinar el nivel de calidad y excelencia pedagógica, cabría pulsar la actividad cotidiana y las tareas institucionales que involucran a directivos, docentes y alumnos. Sin quedar circunscriptos al aula y abarcando las diversas relaciones y vínculos formales e informales, se podrá detectar si las actividades escolares promueven aburrimiento y falta de placer y alegría o generan motivación, confianza y entusiasmo.

Didáctica y trabajo docente I

LAS TAREAS INFÉRTILES QUE ADORMECEN EL TALENTO




Siendo el aprendizaje un proceso connatural a la vida misma, debe regirse por los principios de naturalidad y frescura creativa inherentes al dinamismo de la sensibilidad y a la lucidez de la inteligencia. Cuando el aprendizaje genera aburrimiento y hastío, algo funciona mal y no es, precisamente, el alumno el único y absoluto responsable de su dejadez y falta devoluntad para aprender. El problema de fondo a resolver por los docentes y directivos está dado en detectar si lo que se aprende promueve aburrimiento por sequedad y ausencia de placer y alegría o, por el contrario, si lo que se aprende genera motivación, confianza y entusiasmo. 

Inteligencia y aprendizaje

LA MEMORIZACIÓN ES EL TRABAJO FORZADO DE LA MENTE


La memorización mecánica constituye un trabajo forzado de la mente, ya que esclaviza al sujeto que está aprendiendo al sometimiento y dependencia a una información estática e inmóvil. Ello surge cuando la búsqueda natural de convicción, que alimenta la alegría de aprender mediante la verificación de la razón, es sustituida por la memorización mecánica de contenidos cuyo enunciado teórico y sin vida constituye la panacea del proceso conductista.

El descontrol de la mente y la violencia escolar II

Segunda parte

Si leemos los relatos que se suceden después de un hecho de violencia escolar, se podrá observar que la mayoría de esos relatos se refiere a datos, estadísticas, descripciones, conjeturas alrededor de ciertas condiciones ambientales, crisis de la autoridad escolar o familiar, crisis de valores y muchas más. Pero muy pocos refieren la correlación entre la violencia como efecto y la mente vacía, obnubilada o descontrolada que actúa como causa principal de cualquier desborde. 

El descontrol de la mente y la violencia escolar I

Primera parte

Parecería que los hechos que hoy estamos viviendo le dieron el gusto a la fantasía. Nadie puede explicar por qué ocurren ciertas aberraciones que antaño estaban en el cómodo catálogo de las cosas imposibles o de “las que nunca van a ocurrir”. Ese catálogo ya anticuado es el que nos está diciendo que todo es posible y se puede cumplir. Así, tenemos que en un lugar impensable, como la escuela, ocurren situaciones casi al modo de cualquier reducto carcelario cuyos internos liberan con violencia la violencia que tienen dentro de sí mismos.

Haciendo una pausa en medio del torbellino

TRABAJAR ENTRE LA FATALIDAD Y LA LIBERTAD


Si observamos a nuestro alrededor, todos estamos haciendo algo. Pero de manera diferente; unos ocupados en menesteres importantes, otros apurados, otros en trivialidades, otros soportando necesidades. Lo cierto es que casi todos estamos ocupando el tiempo a un ritmo impuesto por las circunstancias, lo que nos lleva a vivir apurados en un momento, tranquilos en otro o pasivos en otro. Esta forma alienante de vivir podría ser neutralizada si nos imponemos una pausa simple y con costo cero. Sin llegar a una detención del trabajo o tarea que estamos haciendo, podríamos hacer una pausa mental desde la reflexión. 

ENFOQUE PEDAGÓGICO-SISTÉMICO DEL SUFRIMIENTO

Segunda Parte

El arte de pavimentar el camino del dolor


De acuerdo con nuestra nota anterior, el sufrimiento constituye el episodio terminal de una secuencia que se va gestando imperceptiblemente a lo largo de un trayecto espacio-temporal, inadvertido en unos casos, o consentido en otros. El ejemplo de la propia vida personal nos ofrece claramente las diferentes alternativas de este proceso. Por aplicación de un principio básico de causalidad o, si se prefiere, de concatenación de elementos que tienen y ejercen una cierta con-causalidad entre sí, podríamos inferir que, de no mediar una intervención o modificación en alguna variable interviniente, los resultados adversos van a ser acordes con la naturaleza de los elementos actuantes durante esa secuencia imperceptible.

ENFOQUE PEDAGÓGICO-SISTÉMICO DEL SUFRIMIENTO

Primera Parte

El aprendizaje creativo en el camino del dolor


Desde una visión pedagógica sistémica, el sufrimiento humano es un emergente a modo de consecuencia surgida de factores o causas muchas veces desconocidas. De allí que cuando se conocen sus causas y comprenden las razones de lo que se está sufriendo, el dolor tiende a atenuarse o diluirse. Aún cuando no se lo extirpe de manera total, no es lo mismo el dolor incomprendido, atribuido muchas veces a la fatalidad o mala suerte, que el dolor aceptado por la vía de la comprensión y el conocimiento causal del mismo. De allí que el ser humano puede llegar a la serenidad frente al dolor cuando conoce las causas de su gestación. Y de la serenidad surge la aceptación. Esto explica cómo aquellos que han sufrido pérdidas irreparables puedan sobrellevar el sufrimiento y continuar viviendo con dignidad. 

LA ZOZOBRA DEL TIEMPO

El estado de zozobra es uno de los más temibles en el campo de las vivencias humanas, pues conlleva emociones de angustia, congoja y fuerte preocupación ante posibles obstáculos y problemas. A la inversa de quienes enfrentan con serenidad de ánimo las diversas situaciones hostiles, quienes padecen zozobra agudizan su inquietud por falta de sosiego y quedan sumergidos en el problema que los aqueja sin poderlo superar.

EL NEGOCIO DE VIVIR EN EL LÍMITE II

Segunda Parte

Según vimos en nuestra nota anterior, la costumbre de vivir en el límite tendría, como una de las posibles motivaciones, la pretensión de evadir con cierta justificación y elegancia la responsabilidad y el desafío de cambiar los modelos mentales rutinarios y de acceder a la mejora y desarrollo personal. Salvo situaciones imprevistas e inciertas, vivir en el límite es una de las tantas maneras para no responder a las exigencias del cambio, simplemente por el hecho de estar ocupado y absorbido en muchas cosas. En tal sentido, aquellos casos en los que inciden situaciones de urgencia constituyen el escenario ideal para quien gusta vivir en el límite, pues las condiciones planteadas por la urgencia incitan a un activismo desenfrenado si el protagonista no aprendió a disponer de su tiempo con razonable equilibrio. 

EL NEGOCIO DE VIVIR EN EL LÍMITE I

Primera parte

Se observa con frecuencia que quienes dicen vivir en el límite son considerados como personas activas que no pueden parar ni detener el proceso febril de su propia actividad. También se observa que quienes viven en el límite lo manifiestan con cierta jactancia, como si estuviesen dotados de una gran fuerza de voluntad y capacidad para hacer. Tal jactancia se manifiesta en expresiones tales como “no puedo parar”, “soy un adicto al trabajo”, “estoy a mil”, “mi agenda está colapsada”. 

El ancestral descontento de los argentinos

El inocultable descontento que caracteriza la psicología de los argentinos debe tener alguna explicación lógica. No basta con hacer referencias acerca de un sentir nostálgico expresado con arte y belleza por nuestra conspicua música. Antes de avanzar, queremos aclarar que en esta nota el adverbio “quizás” es fundamental y lo estamos empleando en un sentido probabilístico y tomando cierta licencia por la reiteración de su empleo.

Fundamento pedagógico de la idiosincrasia argentina

Detrás de lo que aparece y vivimos hoy en día en nuestro país, y viendo un poco más allá de la marginalidad y la pobreza, de la insatisfacción creciente de la gente, de la falta de oportunidades del recién graduado y del subempleo que de manera humillante vive el profesional, quizás debiéramos reflexionar en profundidad para comenzar a hacer y promover cambios sin ficción.

PERFIL PEDAGÓGICO DE LA ESTUPIDEZ

A fin de afianzar los conceptos de las dos notas anteriores, presentaremos hoy algo más sobre la estupidez: sus causas y origen. Y no lo haremos desde un enfoque clínico ni psicológico sino pedagógico, al abordar las condiciones ligadas a ciertos aprendizajes defectuosos adquiridos en el pasado, tanto en el seno familiar como escolar y social.

ES LA MENTE, ESTÚPIDO! II

Algunos casos imperceptibles de verdadera estupidez


Cuando se descuida la formación y educación de la mente, tanto en el plano familiar, escolar, profesional o laboral, los cimientos del pensamiento creativo desaparecen y en su lugar aparecen las diferentes formas en que se manifiesta la falta de lucidez mental. Por eso la correlación entre la estupidez y el uso debido de la inteligencia, tal como lo esbozamos en nuestra nota anterior. Allí establecimos que la falta de un método para ejercer la función de pensar conduce a un cierto inmovilismo de la inteligencia que, en tal situación, se somete a diversas formas de condicionamientos. En tal sentido, se observa que la lentitud y la falta de agilidad mental predisponen a la sumisión, a la pasividad y a la dependencia como condicionamientos inadvertidos por el propio sujeto. El conjunto de estos cinco condicionamientos nos da el perfil pedagógico de la estupidez. Veamos cómo funciona. 

ES LA MENTE, ESTÚPIDO! I

Correlación entre la estupidez y el uso debido de la inteligencia


Sin ánimo de apropiarnos del formato de una expresión que hace un tiempo recorrió el mundo mediático tratando de evidenciar la importancia y prioridad de la cuestión económica colocándola como eje central de la vida social, no deja de ser oportuno reflexionar aquí sobre la correlación entre la estupidez y el uso debido de la inteligencia.

EL ARTE DE HACER TODO LO POSIBLE

En el lenguaje corriente cuando alguien, frente a un requerimiento u obligación, manifiesta que va a hacer todo lo posible, ello suele interpretarse como dejadez, negligencia o dilación. Generalmente es una expresión utilizada por quienes tratan de ocultar la falta de voluntad para hacer algo o cumplir con una obligación. Sin embargo, “hacer todo lo posible” es un arte, entendiendo aquí por arte a la capacidad de ubicación frente a las variadas exigencias y oportunidades de la vida cotidiana.

EN LA MENTE TODO ES POSIBLE, EN LA REALIDAD HAY QUE ACTUAR Y ESPERAR

Un análisis sistémico de la diferencia entre la mente infantil y adulta


En la mente infantil todo es posible porque las imágenes se suceden casi ininterrumpidamente, de acuerdo a los estímulos y sin control consciente. Esto explica lo difícil de convencer a un niño que imagina la posesión de una cosa, al punto de exigirla sin escatimar ni regular sus pretensiones. Esto es comprensible, dado que, por inexperiencia, para el niño todo lo que es simultáneamente posible en su imaginación también es simultáneamente realizable en la práctica. La fantasía de la simultaneidad imaginaria y real explica claramente por qué el niño exige y no espera cuando se le ocurren situaciones relacionadas con la posesión de algo. Como dijimos, esto ocurre porque no sabe hacerlo y por falta de experiencia. 

EL AULA PARASITARIA COMO LUGAR DE DESPERDICIO

Una metáfora por la vía de la ironía y el absurdo


El aula parasitaria difiere del aula creativa porque en la primera hay repetición de información y en la segunda construcción de conocimientos, por lo que resulta, respectivamente, que a una le interesa controlar lo que aprende el alumno y a la otra verificar cómo aprende.

POR QUÉ EDUCAR ES UN ARTE

La raíz latina de la palabra educar apunta a dos acepciones: la acepción educare, que significa la acción por la cual el maestro enseña a partir de informaciones que va transmitiendo a quienes se encuentran en situación de aprendizaje. La otra acepción es EDUCERE, relacionada con la acción de extraer el talento y el potencial interno del que aprende. Desde nuestra hipótesis de trabajo, diríamos que nadie podría aprender si previamente no saca de sí mismo su talento para poder comprender y dominar con precisión el contenido que se quiere adquirir. Si no se extrajera el talento, la única manera de relacionarse con determinadas enseñanzas e informaciones sería por la vía de la memorización mecánica. En este caso, el concepto y la acción de educar quedarían mutilados y desnaturalizados.

EL MITO DE LA MENTE EN BLANCO

Si realizamos una encuesta acerca de lo que entiende o interpreta cada persona acerca de la expresión “poner la mente en blanco”, se podrá observar que la misma alude de manera espontánea a dos elementos concretos: uno, que el significado de la expresión es entendible por todos y, otro, que constituye un beneficio muy apreciado y hasta considerado necesario. Así, quien pudiera poner la mente en blanco lograría una aspiración envidiable que prácticamente todos quisieran alcanzar.

Creatividad para el desarrollo personal

CÓMO EVITAR EL ULTRAJE A LA VOCACIÓN Y AL TALENTO PERSONAL



Todos estamos convencidos de que nuestra vocación nos conduce a la elección de lo que nos otorga alegría y placer cuando realizamos aquello en lo que nos sentimos capaces. Aquí encontramos los componentes básicos de la vocación personal: sensación de lograr una capacidad posible, placer en la ejecución y alegría y satisfacción por la actividad. Así, un músico que responde a su vocación encuentra en la ejecución del instrumento elegido un profundo placer y bienestar y lo mismo con aquellos que intervienen en las variadas actividades que ofrece el campo de la actividad humana.

UNA EDUCACIÓN SIN HIPÓTESIS GENERA UNA INTELIGENCIA SIN MOVIMIENTO

Formar la inteligencia es la tarea más sutil del hombre y constituye un objetivo superior y de alto refinamiento dentro del amplio espectro de la actividad humana. Si bien hay un consenso generalizado que adscribe esa tarea superior a los educadores y eruditos, podríamos encontrarnos con algunas paradojas inquietantes cuando la praxis educativa pretende imponer contenidos fijos y estáticos mediante modelos didácticos que fragmentan la unidad sistémica del intelecto y distorsionan la percepción del mundo. 

EL ARTE DE EMPARCHAR PROBLEMAS SIN QUE SE NOTE

La manía de emparchar los problemas sin que se note es un hábito que atasca la búsqueda de las verdaderas soluciones a instancias de la comodidad y del placer del camino fácil. Es un hábito muy vinculado al intento de pretender ejercer la violencia de la uniformidad en las mentes y la sensibilidad de quienes no alcanzan todavía a darse cuenta que hay que saber observar y estar atentos para evitar el consumo de recetas fáciles y demagógicas. 

EL CONSUMO DE ESTEREOTIPOS Y LA VIOLENCIA DE LA UNIFORMIDAD

Segunda Parte

Guía orientadora para identificar y superar estereotipos inculcados 


Conforme planteamos en la Primera Parte, el estereotipo tiene un efecto nivelador de la conciencia y promueve una uniformidad mecánica en el pensar, en el sentir y en el obrar, incompatible con la condición de autonomía propia de la inteligencia humana. En tal sentido, el estereotipo conspira contra la iniciativa personal, pues provoca un impacto mental uniforme que genera la incapacidad de los individuos para pensar por sí mismos. 

EL CONSUMO DE ESTEREOTIPOS Y LA VIOLENCIA DE LA UNIFORMIDAD

Primera Parte 
El estereotipo consiste en un molde sólido (estereo: sólido; tipo: molde) fácilmente manipulable por parte de quien tiene la habilidad y el poder de inculcarlo y moldear (o “marcar”) la inteligencia en formación. Independientemente de su contenido (y aunque en algunos casos resulte aceptable), el estereotipo cumple la función de modelar la mente a los efectos de encolumnar el pensamiento y convencer. En tal sentido, los padres y educadores tratan de “con-vencer” a sus hijos y alumnos acerca de la conveniencia o no de determinadas conductas y comportamientos. Hasta aquí, la gran mayoría de padres y educadores acuerda y no cuestiona la legitimidad del estereotipo que utilizan para fines formativos. Y aquí surge un problema pedagógico de impacto irreversible en la mayoría de los casos, según hemos podido comprobar en encuestas y entrevistas a padres y docentes.

EL RIESGO DE TENER TODO A MANO

Cuando se adquirió la capacidad para hacer algo determinado y existe en el sujeto una disposición para realizar el esfuerzo correspondiente, es seguro que el objetivo buscado se va a lograr y estará a mano de aquél, en proporción directa con la capacidad lograda y con el esfuerzo realizado. Aquí no hay riesgo alguno, simplemente hay evolución personal mediante el desarrollo de aptitudes. De allí que la experiencia cotidiana universal muestra claramente que el éxito fácil no es éxito, dado que debilita los resortes de la creatividad y no permite desarrollar la capacidad que todavía no se ha logrado. Pues aún la meta más trivial e insignificante requiere una pequeña dosis de voluntad y concentración para ser lograda.

HOY LUNES: ¿empezar a trabajar o a estar ocupado?

Hoy lunes, empieza la semana laboral y, según los modelos de pensamiento que gobiernan la mente de quienes tienen que cumplir horarios y realizar las tareas de siempre, algunos sentirán que van a trabajar y otros que van a estar ocupados. No es lo mismo trabajar que estar ocupado y de la comprensión de esta diferencia depende que cada día de la semana transcurra en medio de satisfacciones o de insatisfacciones y quejas.

La uniformidad del pensar y del sentir

Una pregunta habitual e inquietante para la mayoría de las personas se refiere a cómo “llenar” los “huecos” mentales o cómo “vaciar” la mente de aquellas imágenes, prejuicios o pensamientos que, lejos de beneficiar al propio sujeto en cualquier área de su vida personal, en realidad lo complican de una manera a veces molesta y paralizante.

La mayoría cree que la mente se “llena” con ideas, con creencias, con imágenes, con pensamientos vagos o rutinarios. Es así que las diversiones, entretenimientos y fantasías mantienen tanto al adolescente como al adulto “ocupados” mentalmente.

El descontrol de la mente y la violencia cotidiana

Sabemos que la conducta humana proviene del esquema previo que el sujeto elabora y construye en su mente. Este es el enunciado fundamental que en el campo filosófico y pedagógico casi nadie se atrevió a contradecir desde Aristóteles a nuestros días. Quedarse en el análisis y pormenores de las conductas externas, describirlas y formular hipótesis y conjeturas acerca de por qué ocurren, tiene la desventaja de provocar la ilusión y la creencia de haber encontrado las soluciones. Muchas de las hipótesis que suelen proliferar ante un suceso conmocionante, vuelcan el peso de las responsabilidades a la familia, a la falta de valores, a los medios, al consumismo, a la falta de educación, a la situación económica.

Las disfunciones del modo de pensar

La sensación de agobio que aqueja a cada uno de los habitantes de nuestra sociedad responde a un permanente proceso de sobre-estimulación de imágenes que se suceden en fracciones de minutos y segundos. Esta constante proliferación de estímulos de toda índole podría explicar el por qué de las variaciones del estado de ánimo y de los altibajos emocionales de muchos individuos. Así, observamos ese estado de anarquía mental por el que la gente sufre distracciones, desvío de los objetivos propuestos, pérdida del entusiasmo para progresar, apatía, desgano, falta de voluntad, temores y pérdida de la alegría.

UN PROBLEMA FILOSÓFICO Y ESENCIAL

El peor de los problemas es aquel que permanece oculto


En nuestro portal intentaremos trabajar para ir perfilando ese problema que, si bien no aparece de manera explícita, se mantiene oculto en la mayoría de quienes nos preocupamos por la ecología, por la educación, la economía, la política y la calidad de vida de la gente.