Un contagio mental inadvertido
El fenómeno de los contagios mentales tiene como característica el hecho de que impulsan a asumir comportamientos y modos de pensar por imitación inadvertida, al punto que la gran mayoría de las personas dice las mismas cosas, piensa en lo mismo y, sobre todo, asume conductas y hasta postula valores como si fueran propios y sin haberlos sometido a un análisis consciente y autónomo. A ello pertenecen, como sostuvimos en notas anteriores, los llamados estereotipos, generadores de la violencia de la uniformidad. Tal proceso conspira contra la iniciativa personal y afecta la capacidad de los individuos para pensar por sí mismos, provocando un impacto mental uniforme mediante un mensaje colectivo. Este efecto nivelador de la conciencia define el contagio mental, expresado en una suerte de emparejamiento mecánico en el pensar, en el sentir y en el obrar, inducido siempre desde fuera del sujeto.