Primera Parte
El estereotipo
consiste en un molde sólido (estereo: sólido; tipo: molde)
fácilmente manipulable por parte de quien tiene la habilidad y el poder de
inculcarlo y moldear (o “marcar”) la inteligencia en formación. Independientemente
de su contenido (y aunque en algunos casos resulte aceptable), el estereotipo
cumple la función de modelar la mente a los efectos de encolumnar el
pensamiento y convencer. En tal sentido, los padres y educadores tratan de
“con-vencer” a sus hijos y alumnos acerca de la conveniencia o no de
determinadas conductas y comportamientos. Hasta aquí, la gran mayoría de padres
y educadores acuerda y no cuestiona la legitimidad del estereotipo que utilizan
para fines formativos. Y aquí surge un problema pedagógico de impacto
irreversible en la mayoría de los casos, según hemos podido comprobar en
encuestas y entrevistas a padres y docentes.