Inteligencia y aprendizaje

LA MEMORIZACIÓN ES EL TRABAJO FORZADO DE LA MENTE


La memorización mecánica constituye un trabajo forzado de la mente, ya que esclaviza al sujeto que está aprendiendo al sometimiento y dependencia a una información estática e inmóvil. Ello surge cuando la búsqueda natural de convicción, que alimenta la alegría de aprender mediante la verificación de la razón, es sustituida por la memorización mecánica de contenidos cuyo enunciado teórico y sin vida constituye la panacea del proceso conductista.

Así como la memoria utilizada conscientemente permite aportar elementos para una producción constructiva mediante la organización de las funciones intelectivas, la memorización mecánica, contrariamente, somete al sujeto que aprende a la peor degradación: la degradación y parálisis de las operaciones de la inteligencia. En el primer caso, la memoria cumple una función de soporte y de instrumento para llegar a la finalidad del conocimiento. En el segundo caso, en cambio, el proceso mecánico de la memoria se convierte en un fin en sí mismo e impide el acceso de la inteligencia al conocimiento.

Esto explica el aburrimiento de los estudiantes y su resistencia a aprender. Nadie quiere aprender de manera forzada y antinatural y en esto encontramos una de las tantas explicaciones del por qué la escuela se ha convertido en un lugar que no genera placer para aprender. Ya lo planteamos cuando hablamos del aula parasitaria como un lugar de desperdicio del talento.

Ahora bien, si no hay placer para aprender, hay malestar, y si hay malestar la violencia asoma fácilmente a instancias del aburrimiento. Cuando el sistema de aprendizaje desplaza el trabajo de la razón para dar lugar al protagonismo de la memorización mecánica, el proceso de aprender se convierte en una suerte de trabajo infértil que, obviamente, será resistido por todos. 

La comprobación, convicción y aplicación del contenido que se estudia alimenta la alegría de aprender y ello se da en quienes logran mantener su mente activa, sin darle tregua a los procesos mentales de desorganización provocada por el uso excesivo e indiscriminado de la memoria. El bienestar de la íntima convicción que la inteligencia bien usada permite lograr en quien se encuentra en situación de aprendizaje, cede su paso y se impone a la pasividad del pensamiento. Ello impide la sumisión de la mente a contenidos fijos impuestos mediante imágenes estáticas para ser evocados mecánicamente y sin conciencia.  

Surge, entonces, una situación que derriba una serie de prejuicios: cuando el aprendizaje se constituye mediante procesos de íntima convicción, quien aprende acepta la rigurosidad y disciplina del trabajo mental que la tarea exige y todo ello genera acierto y precisión en los resultados. Pero cuando el aprendizaje gira alrededor de la memorización de contenidos sin verificación ni convicción, la indisciplina de la mente y su funcionamiento impreciso impiden el aprendizaje y la construcción del conocimiento.    



Dr. Augusto Barcaglioni


(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia los 
temas más sensibles y críticos)


5 comentarios:

  1. Me encantó la claridad y sencillez con que describe la posición constructivista y lo que debe ser la tarea de los docentes fente a sus alumnos.

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  2. No puedo dejar pasar mi indignación con algunos docentes que, según la metáfora de la nota, me dejan con la sensación de haber torturado a mis hijos en esa maldita burocracia y controles inútiles. A veces la maestra me llama porque mi hijo no está motivado y se distrae hablando con los chicos del fondo. Y cuando le comento a mi hijo me dice que se aburre, que la maestra explica y no le entiende. ¿A quién le creo?
    diferente lamaestra del año pasado, que los chicos la extrañan porque eracomo más humana y sencilla para enseñar.

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  3. Hola Lorena, entiendo tu indignación, pero podrías compensar vos misma esas falencias que notas en el colegio de tu hijo. Siempre vamos a encontrar baches, pero hay que aprender de ellos y no ahogarnos. Desde tu posición abierta y con mucha paciencia, hablando con tu hijo podrás ayudarle a pensar por sí mismo y a entender una realidad que se muestra contradictoria y a veces confusa. Es allí donde tu intervención puede ser decisiva. Ánimo y esperanza...

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  4. Caludia Kirwant Zepeda13 de mayo de 2013, 10:33 a.m.

    Un gran reto sin duda generar aprendizaje en una persona. Surge una inquietud en mi pensamiento ¿cómo lograr en los estudiantes y aún en los docentes el deseo de constituir procesos de íntima convicción para aprender, de tal forma que el aprendizaje sea realizado con disciplina?

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  5. Hola Claudia, tu inquietud acerca de cómo lograr la íntima convicción en el proceso desarrollado por docentes y alumnos, es vital y hace a la esencia de todo cambio educativo.
    Pero debemos acercarnos gradualmente, ya que tenemos paradigmas y modelos mentales muy arraigados que nos impiden llegar a procesos didácticos con disciplina y motivación.
    Un recurso para venir ensayando en lo inmediato es preguntarnos de qué manera vamos a trabajar con el grupo y qué cosas no deberíamos hacer.
    Si generamos objetivos de escucha activa a los alumnos, de proponer hipótesis polémicas que les inquieten, de evitar que memoricen información, de no darles información sino que la vayan a buscar por sí mismos, seguramente vamos a lograr cambios favorables.
    Intentémoslo, pero avanzando de a poco y en pequeños tramos que sepamos realizar.
    Espero tus comentarios. Gracias

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