La importancia del “por ahora”
La propensión del ser humano a creer que todo es permanente, lo lleva a aferrarse a una forma fija de vivir y a buscar cierta garantía de inamovilidad en sus cosas cotidianas. Si bien en teoría comprendemos que el universo está en permanente cambio y movimiento, sin embargo queremos sentir que nada cambia y que todo es estable y previsible. De allí que el futuro aparece a nuestra mente con imágenes de fijeza, buscando siempre, desde una construcción imaginaria, una aparente certeza acerca de cómo ese futuro aparecerá en nuestra vida. Por eso, resistimos utilizar expresiones tales como “quizás”, “por ahora”, “en principio”, ya que dejaría con sensaciones de suspenso e incertidumbre a una mente reacia a los cambios y ávida de seguridad.