Lo que no es creatividad y simula serlo
Es muy difícil responder a la pregunta acerca de nuestra capacidad creativa, pues algunos no creen tenerla y la gran mayoría se considera creativo e innovador. Estos últimos toman como referencia su predilección a sentarse sobre el escritorio cuando dictan una clase, el no usar traje o corbata para desafiar un ambiente formal, el cambiar de menú por el mero hecho de cambiar, o cualquier otra situación que salga de lo común o que muy pocos protagonicen. En rigor, estos comportamientos no miden la creatividad personal. No la miden porque son comportamientos externos que muchas veces conviven con el aburrimiento de quien los protagoniza.
Conforme a lo que hemos venido comentando en nuestras notas anteriores, la creatividad es algo más serio; no pasa por meras conductas extemporáneas, ni por ser llamativos, ni por consumir novedades, ni por la ostentación de alguna cualidad extravagante. Son, precisamente, la ostentación y extravagancia las que le arrebatan al supuesto creativo la cualidad que cree poseer.
El utilizar determinadas técnicas creativas en algunos eventos de capacitación para lograr una mejor comprensión de un concepto, generar relajación o disminuir tensiones, son recursos de apoyatura o soporte didáctico, pero la ejecución de tales ejercicios no configura ni desarrolla el talento creativo. Pues el manejo de instrumentos creativos para inducir comportamientos no provoca la creatividad del sujeto. Dado que tienen un carácter periférico y conductista, no generan creatividad per se.
Si bien quienes ejercitan tales prácticas, tanto en el nivel de quien las induce como en el nivel de los inducidos, experimentan en el momento de la ejecución cierta novedad, ello no es más que la entrada a un campo de sensaciones agradables, aunque provisorias y fugaces. No siempre su utilización significa promover una verdadera actitud creativa ni ser poseedor de una cualidad que no es tal, por ser más aparente que real.
Creatividad es, en esencia, soltar las amarras que no dejan conmovernos ni sentir las cosas tal como son. De allí que constituye un estado de conciencia que permite al sujeto cambiar las modalidades rutinarias del pensamiento y la acción. En este sentido, y a diferencia de las técnicas de la creática, la creatividad esencial, en tanto que alude a la autonomía y a la apertura de pensamiento, refleja y expresa un estado de conciencia acerca de lo simultáneamente posible.
Aplicando los conceptos a que aludíamos en estos días, la creatividad es un estado mental-sensible y un ejercicio de la pregunta que impide dejar respuestas cerradas para siempre. El conformista hace un pacto con la certeza de sus respuestas y, por su parte, el rutinario pacta con la seguridad y la comodidad. Tanto el conformista como el rutinario formarían parte de la familia de aquellos que no quieren enfrentar problemas y que, lejos de buscar nuevas adaptaciones, buscan vivir siempre adaptados.
El vivir adaptado a lo que es siempre igual, a lo que se usa, a lo que se hizo toda la vida, a lo conocido y a la seguridad, sin asumir los riesgos de la renovación, es tener asegurada la inscripción al grupo de los mediocres. Para ingresar a esta suerte de refugio protector del cambio, se requiere pagar con dosis de aburrimiento, y a un costo muy alto, la pertenencia al mismo.
El aburrimiento es la antítesis de la creatividad, una moneda corriente fácil de adquirir apelando a las cuotas que, en pequeñas dosis y gran variedad, generan la falta de voluntad, el desgano, la ausencia de proyectos, la falta de confianza en sí mismo, la comodidad, las postergaciones y el deseo de hacer grandes cosas y no decidir todavía nada.
Indagando y preguntándonos acerca de nuestro estado mental frente al aburrimiento, quizás encontraremos el termómetro práctico para medir nuestra creatividad. A tal efecto, en nuestra próxima nota ensayaremos cómo identificar de manera sencilla nuestra capacidad creativa.
Dr. Augusto Barcaglioni
(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia los
temas más sensibles y críticos)
Me interesó la nota, es creativdad en serio y no esa creatividad trucha que vemos a diario. Quedo con la expectativa de cómo ir identificando nuestra creatividad. Lo trabajaré on mis alumnos.
ResponderBorrarEn mi carrera de diseñador me enseñaron que tener ceatividad consistía en hacer cosas nuevas e innovadoras, es decir crear productos. Pero veo que si no existe un pensar y un vivir creativo que viene desde el primer día en que empezamos a relacionarnos con el mundo y luego con los demás y con nosotros, nuestra producción creativa en el diseño la disfrutarán otros.
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