El talento en medio de nubes mentales
La insatisfacción es un estado emocional que puede, en ciertos casos, movilizar el talento creativo del artista, del profesional, del comerciante y de todos aquellos que aspiran a salir del estado actual en que se encuentran. Conscientemente advertida, la insatisfacción es un recurso que genera motivación y estímulo, por lo que no es de extrañar que se convierta en un auxiliar y en una fuerza emocional que podría impulsar al éxito. El problema surge cuando la insatisfacción se convierte en una fuerza emocional crónica que anula la lucidez mental y la capacidad de acción en virtud del inmovilismo que genera en una voluntad sin motivación.
En nuestro historial psico-emocional y cognitivo, seguramente encontraremos situaciones y vivencias que nos condujeron a perder la fuerza y el vigor para encarar proyectos por haber sido víctimas de la insatisfacción crónica. A diferencia de la insatisfacción creativa, la insatisfacción crónica busca a la queja y al lamento como aliados permanentes. En ese estado, la mente queda a oscuras y no puede generar el estímulo para mover la voluntad a la acción constructiva. Ello va tejiendo una red de insatisfacciones que la propia víctima la percibe como una red de fracasos que lo mantendrá aprisionado hasta que aprenda a decidir algo nuevo que oxigene y libere su vida de semejante opresión.
Tal percepción llega a ser inevitable si tenemos en cuenta que provenimos de una cultura que siempre hizo hincapié en la caída y no en la capacidad para levantarse, que preparó a la gente para escuchar más el ruido del árbol que cae que el silencio del bosque que crece. Por eso, ante las caídas y tropiezos, quedamos inmovilizados en el dolor de sus consecuencias, emitiendo quejas y lamentos. En lugar de pensar en otras proyecciones y oportunidades de aprendizaje ante el supuesto fracaso, el sujeto queda enclaustrado en una insatisfacción crónica que arrincona el talento en medio de las nubes mentales del pesimismo y el desgano.
La persistencia de ese estado mental pavimenta el camino de una autoestima caracterizada por la falta de confianza en la propia capacidad. Lo cual configura el escenario ideal para que el fracaso y el descontento actúen con el habitual libreto de transformar en pérdida irreparable cualquier obstáculo o adversidad. Así, se incrementa aún más la insatisfacción, la desesperanza y la apatía.
Si observamos atentamente, tales estados emocionales conforman modelos mentales que actualmente aquejan al conjunto de la sociedad a través de las limitaciones que impiden a los individuos resolver con autonomía sus bloqueos personales y sus inhibiciones. De allí que el componente cognitivo de la insatisfacción crónica y de la pérdida de la propia estima, se podrá resolver a través de un cambio de paradigmas, de un nuevo modo de pensar y sentir y de un compromiso con la propia superación y mejora personal.
Pero también ha de exigir, en beneficio de las jóvenes generaciones, que la educación en el plano familiar y escolar contemplen una didáctica generadora de estímulos para aprender y para lograr confianza en la propia capacidad. Ello constituye el cimiento y la piedra basal para construir, desde la máxima pedagógica del conócete a ti mismo, una personalidad que no claudique ni se debilite ante la irrupción del sufrimiento, la desorientación y la adversidad.
Dr. Augusto Barcaglioni
(Agradeceremos contestar la breve encuesta semanal, ya que una simple tilde nos permitiría aproximar nuestras notas y reflexiones hacia los
temas más sensibles y críticos)
La reflexión de Augusto me sirve para tratar de entender en cierta medida el comportamiento dominante de muchos conciudadanos , atados en el pesimismo ,vivimos en la resignación o en la comodidad del "no te metás". Se evapora el talento y la iniciativa de promover cambios que en las conversaciones privadas todos compartimos como necesarias. Una vez más la dicotomia de Ortega y Gasset entre las ideas y las creencias......José Luis Roces
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