Espacio de reflexión e intercambio para ver de un modo diferente lo que se vive todos los días en los lugares de siempre.
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Los aparentes cambios educativos
Una perspectiva de la autoridad escolar
¿Autoridad escolar o autoridad escolarizada?
En cualquier ámbito de la vida social, institucional y organizacional, la experiencia nos muestra que la ausencia de una autoridad inteligente y conciliadora promueve un vacío funcional y grupal. A partir de ese “quiebre”, muchas veces oculto, se transita un camino de fragmentaciones por vía de desconfianza, sospecha, apatía, negligencia o desinterés que conduce a un caos muchas veces irreversible. Pues el caos se gesta en la torpeza de quien ejerce una autoridad excesiva, nula o deficiente al atomizar y desintegrar, por exceso o por defecto, las interrelaciones funcionales y los vínculos personales. Pero también el caos se perpetúa cuando los individuos, sea por reacción ciega, sea por sumisión pasiva o por temor, dejan de pensar con autonomía y de construir ámbitos evolutivos de convivencia y de aprendizaje grupal.
Climas para aprender en bienestar
Hacia una conducción institucional centrada en las personas
Como principio pedagógico básico y elemental, la naturaleza del proceso de aprendizaje reclama estar asociada a condiciones de bienestar y nunca de malestar. De allí la necesidad de crear siempre “climas nutrientes” que permitan y faciliten aprender con alegría y confianza. Se entiende por clima nutriente de aprendizaje ese ámbito dinámico capaz de generar estímulos, confianza en sí mismo, entusiasmo y voluntad de aprender. Lejos del control y la rigidez, durante el desempeño de la tarea didáctica emergen espontáneamente la integración y los vínculos interpersonales, formando parte activa y dinamizadora de un proceso creativo orientado a enseñar y aprender de manera constructiva y artesanal.
Las habilidades convencionales podrían terminar en mala praxis
Hacia prácticas adaptativas y abiertas
La condición racional del ser humano lo impulsa a desarrollar actividades y a promover su desarrollo evolutivo constantemente. Por eso, la historia de la ciencia y la técnica corren parejas con la historia de la humanidad, lo que dio lugar a que en los diversos campos de la actividad humana se fueran instalando parámetros e indicadores acerca de las condiciones básicas para poder llevar a cabo una actividad aceptable, bajo los requisitos de calidad e idoneidad. Esto, desde la más simple de las actividades manuales hasta la más exigente, como sería la actividad de enseñar. Quien enseña a manejar un vehículo desarrolla una actividad mucho más sofisticada que la ejecución del simple manejo, ya que para enseñar algo se debe pasar previamente por su ejecución precisa, bajo riesgo de hacerlo con grandes desaciertos.
Hacia una educación que enseñe a pensar
El camino de la idoneidad docente
Las paradojas de una educación sin nivel
El pilar sistémico de la calidad educativa
El informe McKinsey (2007) relacionado a cómo hicieron los sistemas educativos con mejor desempeño del mundo para lograr sus objetivos, determinó que en aquellos países que se propusieron un cambio en la calidad pedagógica lo lograron en un corto tiempo a través de docentes formados desde nuevos paradigmas y modelos de aprendizaje. Los sistemas que pudieron mejorar su calidad educativa fijaron como meta prioritaria hacer que la gente talentosa se interese por la docencia y, al mismo tiempo, desarrollar a los docentes para mejorar sus prácticas a fin de jerarquizar su función y generar un impacto formativo de calidad.
Adaptación para enfrentar obstáculos y problemas
Adaptaciones ascendentes, descendentes y degradantes
El significado de la palabra temple ofrece una diversidad muy rica de significaciones aplicables a la psicología humana. Connota moderación de la fuerza emocional y conlleva la idea de sosiego y equilibrio de los estados de ánimo. La capacidad que permite al sujeto enfrentar con serenidad las situaciones difíciles o peligrosas constituye su temple y su fortaleza, cualidades que no podrían gestarse si aquél, por falta de confianza en sí mismo y por pesimismo, se vería impedido de una mirada expansiva y confiada de la propia vida.
El estigma sombrío del pesimismo
Violencia blanca que ennegrece y enturbia la mente
Un condicionamiento que se comporta como un verdadero estigma mental, al punto de inmovilizar y enturbiar la percepción de la realidad, es el pesimismo. El pesimismo es otra de las “marcas” mentales que configuran obstáculos que perturban el ejercicio de la autonomía de pensamiento, al impedir al sujeto confiar en su capacidad cuando debe enfrentar un obstáculo, relacionarse o vivir cada día. En total contraposición con el concepto aristotélico de la vida como movimiento y renovación constante, la marca del pesimismo llega a ser indeleble en ciertos individuos, al opacarles la visión de la vida y del futuro mediante imágenes sombrías.
Las violencias del pensamiento
Hipótesis cognitiva sobre la opulencia y la indigencia
Sabemos que los tratados de sociología en general nos brindan abundantes teorías y enfoques acerca de la pobreza, la indigencia y la marginalidad y relacionan los factores y condiciones socio-culturales que provocan las mismas. Pero ello no es suficiente a la hora de encarar soluciones de fondo a los problemas complejos que derivan de tales estados. Es así como la explicación parcial y simplista de la violencia que hoy vivimos encuentra su lugar predilecto en el casillero de la pobreza.
Un análisis de la verborragia sin ejecución
El camino silencioso del desorden social argentino
La capacidad intelectual de los argentinos se evidencia sobre todo cuando nos vemos impelidos a resolver problemas acuciantes que parecieran revestir gravedad y urgencia. Frente a los escenarios tumultuosos, es muy probable que logremos una salida airosa. Pero esta cualidad muchas veces nos coloca en ciertas desventajas. Una de ellas es la elegancia oratoria que, cuando se la practica sin sentido, se transforma en verborragia. Y es esto último lo que hace creer a los propios argentinos que somos seres inteligentes y bien dotados. Seguramente los observadores de otro mundo terminen creyendo lo mismo. Utilizando una ironía, diríamos que si el que escucha a un argentino le cree, ese oyente no es argentino, porque si lo fuera no le creería.
CUANDO EL DOCENTE NO DOMINA LA HERRAMIENTA ADECUADA
Si cuando hablamos de educación estamos pensando en la acepción educare, probablemente pensaremos que la herramienta para educar es el contenido y la información. Pero, según dijimos en una nota anterior, esta acepción es insuficiente, ya que coloca al docente en una situación de proveedor de datos e informaciones y fomenta la pasividad mental por ausencia de hipótesis. En la acepción EDUCERE, por el contrario, debemos pensar en herramientas centradas en el sujeto.
RIGIDEZ MENTAL E INADAPTABILIDAD A LOS CAMBIOS
En oposición a los sistemas cerrados y determinísticos, los sistemas abiertos tienen dispositivos de regulación para intercambiar con su entorno (como se observa en los sistemas biológicos, sociales y organizacionales). Cuando ese mecanismo de regulación se ve afectado, la relación sistema-entorno deja de ser fluida y el sistema pierde capacidad de reacción. En tal caso, se instalan funciones de retardo que pueden conducir a la inacción y a la inadaptabilidad profunda. Ello explica el proceso de la enfermedad en los sistemas vivientes, la burocracia en los sistemas administrativos y por qué ciertos sistemas se transforman en obsoletos o tienden a desaparecer. En tales situaciones, se instala un estado de rigidez, al mantener sin variación estructuras que han perdido su capacidad de transformación y de autorregulación para hacer frente a la dinámica impuesta por la relación sistema-entorno.
Haciendo una pausa en medio del torbellino
TRABAJAR ENTRE LA FATALIDAD Y LA LIBERTAD
Si observamos a nuestro alrededor, todos estamos haciendo algo. Pero de manera diferente; unos ocupados en menesteres importantes, otros apurados, otros en trivialidades, otros soportando necesidades. Lo cierto es que casi todos estamos ocupando el tiempo a un ritmo impuesto por las circunstancias, lo que nos lleva a vivir apurados en un momento, tranquilos en otro o pasivos en otro. Esta forma alienante de vivir podría ser neutralizada si nos imponemos una pausa simple y con costo cero. Sin llegar a una detención del trabajo o tarea que estamos haciendo, podríamos hacer una pausa mental desde la reflexión.
EL CONSUMO DE ESTEREOTIPOS Y LA VIOLENCIA DE LA UNIFORMIDAD
Segunda Parte
Guía orientadora para identificar y superar estereotipos inculcados
Conforme planteamos en la Primera Parte, el estereotipo tiene un efecto nivelador de la conciencia y promueve una uniformidad mecánica en el pensar, en el sentir y en el obrar, incompatible con la condición de autonomía propia de la inteligencia humana. En tal sentido, el estereotipo conspira contra la iniciativa personal, pues provoca un impacto mental uniforme que genera la incapacidad de los individuos para pensar por sí mismos.
EL CONSUMO DE ESTEREOTIPOS Y LA VIOLENCIA DE LA UNIFORMIDAD
Primera Parte
El estereotipo
consiste en un molde sólido (estereo: sólido; tipo: molde)
fácilmente manipulable por parte de quien tiene la habilidad y el poder de
inculcarlo y moldear (o “marcar”) la inteligencia en formación. Independientemente
de su contenido (y aunque en algunos casos resulte aceptable), el estereotipo
cumple la función de modelar la mente a los efectos de encolumnar el
pensamiento y convencer. En tal sentido, los padres y educadores tratan de
“con-vencer” a sus hijos y alumnos acerca de la conveniencia o no de
determinadas conductas y comportamientos. Hasta aquí, la gran mayoría de padres
y educadores acuerda y no cuestiona la legitimidad del estereotipo que utilizan
para fines formativos. Y aquí surge un problema pedagógico de impacto
irreversible en la mayoría de los casos, según hemos podido comprobar en
encuestas y entrevistas a padres y docentes.
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